Colectivo “Los Chamos de la Cuadra”: hacer el barrio con las manos de sus niños

En el sector Los Frailes, en pleno Catia (Caracas), hay una casa que inspira la curiosidad de cada vecino y vecina. Siempre está llena de niños, niñas, chamos que están aprendiendo mientras hacen diversas cosas, mientras ahondan en sus intereses y potencialidades de creación. Son precisamente “Los Chamos de la Cuadra”, que ahora además de jugar juntos, también se hicieron construcción colectiva de una cultura nueva.

Clara “Apolonia” Guilarte, dueña de la casa donde se reúnen “Los Chamos”, explica que el proyecto de “La Cuadra” es precisamente “aprender constantemente con los chamos, de los chamos, y que también aprendan de las cosas que nosotros tenemos que ofrecerles”.

¿Qué pueden ofrecer? Apolonia es productora, su esposo (Sakou) es rapero, pero no son sólo ellos dos: “Afortunadamente conocemos muchas personas, tenemos muchos panas que les provoca venir para acá y hacer cosas”. Así explican ante la mirada del ministro de Cultura, Reinaldo Iturriza, quien acompaña la experiencia este sábado 27 de octubre.

De ese intercambio ha surgido su hacer. Proyectos tienen muchos. Por ejemplo, la producción del video clip para uno de los temas de Sakou, “Papalote”. Los niños participaron, son protagonistas del audiovisual.

Además, planean la construcción de una casa pequeña, en pleno árbol del patio trasero. Se trata de “una zona de tranquilidad”, como comenta entre risas Franmery Reyes, de 11 años. Esta iniciativa es en conjunto con un grupo de arquitectos que prestan sus conocimientos, pero no imponen dinámicas ni proyectos: enseñan para que los mismos niños puedan hacerlos.

“Con los carretes donde se enrollan los cables, se le puede abrir un hueco, rellenarlo y hacer un mueble, un sillón”. Es nuevamente la voz de Franmery, que se impone sobre el resto, impetuosa como ella misma es. También tienen pensado intervenir en la zona de la terraza. “Como eso es descubierto, no te puedes asomar mucho porque te puedes caer. Entonces, lo que estamos pensando es hacer como unas cercas que sean bien resistentes, para nosotros podernos inclinar y ver hacia abajo o lo que sea”.

Juan Tenía, de 14 años, también “Chamo de la Cuadra”, añadiría que la cosa no queda ahí: “En la parte de atrás tenemos pensado hacer como un techo, unas escaleras, y en la parte de arriba podemos hacer conciertos acústicos, como a nosotros nos gusta cantar, nos guata rapear”.

Sobre la importancia y las dinámicas de los proyectos a ejecutar, habla uno de los arquitectos, Adolfo Otero: “Este es el núcleo, un piloto de cómo lo privado se transforma en público, una cosa súper compleja para nosotros”.

“De experiencias como esta, queda una platabanda por acá, por allá un garaje, que la gente pueda empezar a trabajar en dinámicas de sociabilizar y generar comunidad en el mismo barrio, a través de crear espacios públicos dentro de lo privado”, agregaría. Y es precisamente porque en los barrios, normalmente, no hay mucho espacio. “Está la calle, la acerita, y la casa. Entonces, cuando no hay espacio hay que buscarse las formas de encontrar esos lugares de encuentro”.

“La idea es también repensar y reformular cómo vivimos realmente, qué es lo que significa calidad de vida para nosotros”, diría luego Apolonia, que además tiene conciencia de que ese debate debe tocar temas como la cultura, el entretenimiento.

Pero por otra parte el de la alimentación, la producción, lo que se consume. Por eso han tenido también talleres de huertos y piensan trabajar en conjunto con la Fundación Ciara (Capacitación e Innovación para Apoyar a la Revolución Agraria), por ejemplo.

Porque ese hacer comunidad que decía antes Adolfo no pasa sólo por volver más amable el entorno, sino por generar cambios profundos en cómo nos relacionamos. Así lo entienden, y de ahí la complementariedad de lo que hacen, y de los proyectos que vendrán para “La Cuadra”, sus chamos y sus amigos.