El sapeo: la sinceridad de la clase dominante

Nelson Bocaranda

Nelson Bocaranda

Artículo escrito por Maryu Alejandra, de MisiónVerdad.com, denunciando la cacería de brujas que ocurre en estos momentos en las redes sociales a partir de los llamados de personajes como Nelson Bocaranda y Belén Marrero a los activistas opositores, para que “identifiquen” y “denuncien” a los “sapos” y “chavistas” en las comunidades. “Ya dejaron de sugerir campos de concentración para los militantes del chavismo, ahora los señalan públicamente, muestran sus números de cédula, dirección de residencias, números de apartamentos y hasta la dirección de los colegios donde estudian los hijos”.


Maryu Alejandra, Misión Verdad

Crueldad en los señalamientos, en la persecución y el amedrentamiento. No, no estamos hablando de las características personalistas de los militares al mando de Augusto Pinochet durante los 17 años que duró el régimen militar en Chile, aunque se le parece cómodamente. Nuestra memoria histórica cuenta con hechos recientes que dan ejemplo de la semejanza con las palabras y las circunstancias antes mencionadas.

En abril de 2002 durante 47 horas en los que se ejecutó un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez, se vivieron terribles hechos violentos: el inolvidable asalto a la embajada de Cuba junto con aquella promesa de hacerle comer cables y alfombras a los diplomáticos y personal cubano que en ella se encontraban, el encarcelamiento a Rodríguez Chacín, a Tarek Willian Saab y la persecución a Diosdado Cabello así nos lo recuerdan. ¿Quién olvida los carteles con un: “Reconócelo pueblo”, o un “Se Busca”?

La eliminación de todos los poderes públicos, la suspensión de garantías y la remoción de todos los cargos electos por la voluntad del pueblo, sirvieron para que un minúsculo grupo de burgueses hambreados de poder instalaran su versión de terrorismo de Estado. Eso ocurrió en Venezuela hace nada, hace apenas 12 años.

En tan breve período de ataque a la institucionalidad del país, fue extensa la muestra del comportamiento fachorro que tuvo la ultraderecha contra militantes de la revolución.

En la actualidad se está apreciando otra especie de cacería de brujas aupadas por ciertos líderes de la ultra, y algunos generadores de opinión. Todos herederos del pionero: Nelson Bocaranda.

La nueva estrategia manejada por esta gente que expone a través de redes sociales las informaciones personales de los chavistas, no escapa a tener un comportamiento enfermizo de persecución, tal cual como lo hicieron los nazis en su lucha cacería de judíos, comunistas, gitanos, para instalar su supuesta supremacía racial.

Estos avanzados aprendices del fascismo han imitado casi a la perfección dichas conductas. Ya dejaron de sugerir campos de concentración para los militantes del chavismo, ahora los señalan públicamente, muestran sus números de cédula, dirección de residencias, números de apartamentos y hasta la dirección de los colegios donde estudian los hijos.

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Los obedientes del aquelarre venezolano están siguiendo al pie de la letra el mensaje de aquellos nefastos volantes distribuidos por el movimiento nazi (disfrazado de movimiento juvenil estudiantil) JAVU, donde ordenaban: “Haz patria, mata un chavista”.

Impresionante, cuánto pacifismo e inclusión hay en los que van desde ahorcar un muñeco negro, vestido de rojo, y los que ahora señalan la ubicación exacta de algún chavista para que los más dementes salgan a buscarlos y los ataquen. Esa es la sinceridad de la clase dominante, cada vez que salen con un discurso de amor y unidad terminan descubiertos en la mierda que son.

Esta clara muestra del desprecio por el que piensa diferente es dirigida y alimentada por los poderosos, por los que no pueden seguir soportando la idea de ser gobernados por un representante de la clase obrera. Es la puesta en marcha de un libreto escrito por los operadores mejor pagados dentro de esta guerra contra Venezuela, desde Miami, un psicótico Robert Alonso, diseña formas de agresión contra ciudadanos venezolanos, contra instituciones públicas y hace llamados frontales a la desestabilización.

Sin embargo, no podemos olvidar que estos son operarios obedientes a la élite y es en ellos donde recae toda responsabilidad sobre las vidas perdidas hasta ahora y las que pretenden seguir cegando en su desmedida ambición.

Vuelven a ser las redes sociales el instrumento de motivación para la apología del delito, tuíter es usado para exponer con fotos los rostros de las personas tildadas de “sapas”, por estar en desacuerdo contra las guarimbas y la política de destrucción que ha querido instaurar la ultra derecha en Venezuela.

Sapeos

Sapeos

Abril es un recuerdo latente del para qué desea la oposición rancia conquistar la presidencia de la república, y lo que ocurre actualmente es la confirmación de que así lo harían si eso llegase a suceder.

Cada señalamiento contra un chavista es la añoranza viva de ejecutar su propia caravana de la muerte, cada expresión de racismo, de fascismo en general, es el anhelo de ser los directores de una versión venezolana de la Noche de los Cristales Rotos, es la esperanza nefasta de vivificar un colgamiento pero con un chavista de carne y hueso.

La conciencia revolucionaria pasa por tener todos estos elementos claros, la sabiduría de los hijos de Chávez y la agudeza política permitirá sortear este tipo de amenazas, contando además, con la experiencia de un pueblo curtido en la lucha: eso nos mantendrá victoriosos ante todas las arremetidas fascistas. Nosotros venceremos.

¡Ellos no volverán!

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Publicado por Luigino Bracci
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