Este viernes 16 de septiembre el Museo de Ciencias (MUCI) de la Fundación Museos Nacionales (FMN), abre sus espacios a uno de los deportes más tradicionales de Japón: el Karate Do, y es que desde las 11:00 a. m. hasta las 12:00 p. m. El sensei Alejandro Mata dará una exhibición de este milenario arte marcial, en un evento gratuito que estará abierto a pequeños y grandes.
Texto: FMN / Foto: Referencial
La exhibición deportiva se llevará a cabo en los jardines del MUCI, espacio ubicado entre el edificio neoclásico del Museo y el edificio administrativo. Se recomienda a quienes deseen asistir usar tapabocas y mantener la debida distancia de prevención sanitaria.
Para este evento, Mata –quien es 2do dan y pertenece a la organización Inou-ha de Venezuela y se especializa en Shito Ryu- mostrará sus habilidades en este arte marcial, muestra que irá acompañada de una charla en las técnicas que la integran, a saber: karate-do, kata y kumite.
Originario de las islas Ryukyu (Okinawa), el germen del kárate-do se inició en el siglo XVI. En esa época estuvo caracterizada por el uso de los puños llamadas Te / to-de / tuidi, combinado con otras técnicas de la lucha nativa o tegum); e influenciado por algunos estilos de las artes marciales chinas como el kung-fu y, en menor medida, por otras disciplinas provenientes de países como Tailandia, Filipinas e Indonesia.
El término “kárate”, procedente de un vocablo japonés, se puede traducir como “mano limpia”, que está compuesto por dos componentes léxicos nipones. Por un lado, tenemos “kata”, que significa “limpio”, y por otro “te”, que quiere decir “mano”.
En el siglo XX el kárate-do fue influenciado por varios conceptos técnicos, tácticos y filosóficos procedentes de algunas de las artes marciales japonesas modernas, como: el kendo, el judo, y el aikido. En un principio, El “Te” siendo el arte antecesor del karate moderno surgió de la necesidad de los guerreros nobles de la isla (llamados pechin) de proteger al último rey de Okinawa, Sho Tai, y a sí mismos de los abusos perpetrados por los guerreros samuráis, quienes integraban parte de los invasores del clan Satsuma, que en el siglo XVII llegaron al archipiélago Ryukyu.
Poco a poco, el “Te” fue desarrollado en el reino de Ryukyu, y posteriormente se expandió: se enseñó en Japón después de la era Taisho (siglo XX), donde fue renombrado como Karate-Do, como consecuencia de los intercambios culturales entre los japoneses y los habitantes de las islas Ryukyu, incorporándose a la cultura de las artes marciales tradicionales del Japón.
El kárate-do moderno se caracteriza por el empleo de golpes de puño, bloqueos, patadas y golpes de mano abierta, donde las técnicas reciben varios nombres, según la zona del cuerpo a defender o atacar. Sin embargo, el kárate-do no restringe su repertorio sólo a estos, ya que además incluye varios barridos, algunos lanzamientos y derribos, unas pocas luxaciones articulares; además de golpes a puntos vulnerables, y a puntos nerviosos.
De hecho, el kárate-do ha evolucionado en diversas técnicas, que ya se cuentan por decenas, aunque las más célebres son el shotokan, el kyokushinkai, el wado ryu, el goju ryo o el shito ryu.
Para mayor información de este y otros eventos en el MUCI pueden visitar las redes sociales de la institución @museo.ciencias, (Instragram); Museo de Ciencias en Facebook y @museo_ciencias en Twitter, además están las RRSS de la FMN: @fundacionmuseos, así como la página web www.fmn.gob.ve