La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que formaliza el bloqueo económico, comercial y financiero contra Venezuela, no rendirá el fruto esperado por Washington, como lo es el derrocamiento del presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, ni dará al traste con la Revolución Bolivariana iniciada hace 20 años por el comandante Hugo Chávez.
Texto: NYT, AVN
Así se desprende del artículo de opinión titulado “Las sanciones a Venezuela no funcionarán”, escrito por Michael Shifter y publicado el 8 de agosto en The New York Times, donde se señala que el propósito de la nueva orden ejecutiva de la Casa Blanca es quebrar el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana hacia el Presidente Maduro, aunque hasta el momento ninguna de las medidas emprendidas desde hace dos años contra Venezuela “han logrado persuadir a los rangos más altos del ejército venezolano”.
El articulista manifiesta que este bloqueo afectará a la población al embargarse los activos del Estado venezolano en suelo estadounidense y amenaza con sanciones a entidades públicas y privadas, así como a particulares, que hagan negocios con la República.
“El embargo económico empeorará la vida de los venezolanos. Es más, la historia sugiere que quizá no funcione en lo absoluto. En cambio, podría tener consecuencias devastadoras para el país”, expresa Shifter, al tiempo que agrega que “los venezolanos comunes pueden no ser el objetivo de las sanciones, pero serán los más afectados por las dificultades económicas y el sufrimiento que conllevan”.
Bloqueo afecta el diálogo
El columnista también advierte que estas medidas unilaterales y coercitivas de Washington perjudicarán el proceso de diálogo entre el Gobierno Bolivariano y sectores de la oposición, que se desarrollaba en Barbados y que fue suspendido el pasado miércoles por el jefe de Estado, debido a la nueva escalada de agresión imperialista.
Es por ello, que en su análisis el articulista Shifter manifiesta que “Trump, Bolton y otros altos funcionarios estadounidenses deberían renunciar a la idea de hacerlo todo por su cuenta y unirse al consenso que ha surgido entre muchos países latinoamericanos y europeos de buscar un acuerdo negociado para acabar con la tragedia venezolana (…) poner a Estados Unidos a cargo de la crisis venezolana podría minar la única solución política que tiene posibilidades de éxito”.
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