El gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, resaltó este domingo de Ramos que la bajada de las palmas a Caracas, además de simbolizar la entrada de Jesús a Jerusalén, es una acción que simboliza la esperanza de un pueblo que busca el bien colectivo.
Texto: AVN
“Cada Semana Santa los Palmeros de Chacao suben al Waraira Repano para buscar las palmas que simbolizan la entrada de Jesús a Jerusalén, acción esperanzadora de un pueblo que aspira y busca el bien colectivo. Comparto con ustedes mi artículo”, escribió Rodríguez, en la red social Twitter.
En el mensaje compartió un artículo suyo, que tituló Las palmas de la esperanza, en el cual recuerda que cada de viernes de Concilio los palmeros suben al Waraira Repano, en una tradición que se ha convertido en la conmemoración de apertura de la Semana Mayor.
Esta tradición tiene su origen de la promesa hecha por el párroco de Caracas en 1770 de bajar la palma real como lo hiciera Jesucristo, con la ayuda de los trabajadores de las haciendas cercanas, con el propósito de acabar con la peste que azotaba el valle caraqueño.
Rodríguez reflexiona sobre el sentido social de dicha tradición y cita un pensamiento del filósofo chino Lin Yutang: ‘La esperanza es como un camino; antes no había, pero cuando muchas personas andan en él, el camino se hace real’.
“Eso es precisamente lo que hemos estado construyendo en los últimos 20 años: un camino hacia una vida de equidad. Un sendero que se ha ido conformando en la medida que cada vez más de nosotros decidimos avanzar juntos”, resalta Rodríguez en el texto.
Allí recuerda que a Venezuela la están construyendo todos juntos con amor, paz y democracia social, con el objetivo de que los pensamientos diferentes no se enfrenten sino que levanten una patria soberana, de bienestar colectivo y justicia.
Destaca igualmente que a pesar de las dificultades e intentos de accionar violencia en el país, el pueblo es mayoría y se mantendrá unido y organizado, para avanzar en pro de reinventar el camino.
“Estas son las palmas para alfombrar nuestro destino. Son un símbolo de la esperanza de una Venezuela que se crece ante los problemas, y la cual saldrá adelante para darle forma a una sociedad corresponsable, participativa y protagónica. Somos el germen del humanismo y el ejemplo de que otro mundo sí es posible”, enfatizó Rodríguez.