Cuando Juan Guaidó fue entrevistado por CNN en enero negó haberse reunido con dirigentes del Gobierno venezolano antes de su autoproclamación, sin embargo, un video presentado por el Vicepresidente para la Comunicación, Cultura y Turismo, Jorge Rodríguez ante los medios de comunicación en el Palacio de Miraflores desenmascaró al diputado en desacato.
Texto: AVN (por Yuleidys Hernández Toledo)
En esa oportunidad, Rodríguez hizo un breve análisis psiquiátrico del comportamiento de Guaidó en su diálogo con la periodista Patricia Janiot, mostrando expresiones y uno que otro “signo patognomónico de cuando una persona está diciendo una mentira”.
Esta mentira se evidenció en un video donde aparece con una capucha ingresando al hotel Lido en el este de Caracas, para reunirse con Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente.
Mentiras, falacias, contradicciones y falsas expectativas han compuesto el discurso de Guaidó ante los medios de comunicación y redes sociales para sostener su estampa de “presidente encargado” en 60 días de autoproclamación.
Lo hizo desde el mismo día 23 de enero, cuando se autoproclamó e hizo la promesa de convocar elecciones basándose en el artículo 233 de la Constitución Bolivariana, que aplica cuando hay falta absoluta del Jefe de Estado, causales que no existen porque el presidente constitucional Nicolás Maduro, ejerce sus funciones.
Difundió su promesa durante varios días en declaraciones públicas y entrevistas a medios, entre estos BBC Mundo, donde aseguro que la elección presidencial del 20 de mayo no fue válida y que por tanto en Venezuela existe una dictadura, argumento con el que justifica su “interinato”.
En adelante su campaña se basó en lavarle el rostro a EEUU y atacar las denuncias hechas por Venezuela ante la comunidad internacional respecto a las medidas coercitivas que EEUU aplica a Venezuela desde el gobierno de Barack Obama y ahora con Donald Trump.
“No es cierto que haya un bloqueo, hay sanciones a funcionarios corruptos y ladrones”, declaró días después a Russia Today y sostuvo que tales sanciones habían empezado hacía “una semana”, aunque son conocidas desde 2014.
acusó también al presidente Nicolás Maduro como responsable de que supuestamente la producción de Pdvsa se redujera de “3,5 millones de barriles diarios a un millón”, cuando cifras de la Opep, citadas por Russia Today, demuestran que antes de llegar Maduro al poder, no sobrepasó los 2,4 millones de barriles diarios.
Con estos argumentos niega que las medidas coercitivas unilaterales contra Pdvsa, Citgo y otras instituciones del Estado han generado pérdidas al país, entre 200.000 y 300.000 millones de dólares.
Quedar bien con EEUU también es afianzar su línea de aislar al gobierno de Venezuela. “Es mentira que Rusia y China los apoya, a la administración de Nicolás Maduro, ellos están solos”, citó el pasado 14 de marzo el diario El Impulso.
El comentario pretende soslayar cómo en reiteradas oportunidades los gobiernos de estas dos naciones han manifestado su respaldo al presidente constitucional, Nicolás Maduro.
Incuso aseguró que el Consejo de Seguridad de la ONU manifestó su “respaldo del proceso que estamos llevando”,para referirse a la reunión del 28 de febrero, donde Rusia y China vetaron la resolución propuesta por EEUU contra Venezuela, en la que exigen nuevas elecciones presidenciales bajo supervisión internacional.
Guaidó dice que sigue “ejerciendo funciones, nombrando embajadores en el mundo, solicitando ayuda humanitaria, congelando fondos de Venezuela”, sin embargo, no explica cómo siendo “presidente encargado” no ejerce su competencia como Ejecutivo Nacional.
Sus contradicciones se demuestran con el tira y encoge de sus ataques contra la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a cuyos miembros propuso una supuesta ley de amnistía, al tiempo que trató de sugerir una presunta división interna con informaciones de supuestas fuentes militares.
El 3 de febrero aseguró que los militares planes robarían la “ayuda humanitaria” que EEUU y sus aliados en la región intentarían ingresar al país desde Colombia .”Van a secuestrarla para distribuirla a través de los Clap”, citó en esa oportunidad El Nuevo Herald.
En la entrevista con Russia Today aseguró que la supuesta “ayuda humanitaria” que entraría desde Colombia permitiría atender “300.000 venezolanos a punto de morir”, cifra considerablemente superior a la declarada a Blu Radio, cuando estimó que los recursos enviados alcanzarían para beneficiar a entre 10.000 y 20.000 personas.
Cuando llegó su momento de promover la agresión a la soberanía nacional, en Twitter aseguró que “ya entró el primer cargamento de ayuda humanitaria por nuestra frontera con Brasil”, información desmentida por Telesur y CNN.
Con su falso positivo al hombro, acusó a Maduro de quemar el camión con la supuesta “ayuda humanitaria”, hecho que como se demostró a través de videos y un reportaje del The New York Times, fue una agresión causada por una bomba casera lanzada por grupos violentos de derecha.
Otro momento fue cuando el ataque cibernético contra la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, que ocasionó la interrupción del servicio eléctrico de agua potable el 7 de marzo, durante más de 72 horas.
En esa oportunidad señaló como falsa la denuncia del hackeo al sistema que controla la Red Troncal de Transmisión. “Todos los técnicos coinciden en que eso es imposible por una razón simple: es un sistema analógico”, señaló en un tuit.
Sostuvo que “fuentes vinculadas a Corpoelec confirmaron que un incendio de vegetación registrado afectó tres líneas entre Guri y las subestaciones Malena y San Gerónimo B, versión no verificable difundida por algunos medios.
Ese mismo día mintió al denunciar una supuestas muertes en hospitales durante el sabotaje eléctrico. “Hay 17 muertos confirmados, 15 de ellos en Maturín”.
Guaidó es investigado por su presunta participación en el sabotaje al Sistema Eléctrico Nacional, su secretario Roberto Marrero, fue detenido al conocerse que lideraba una célula criminal que planificaba asesinatos selectivos y sabotaje a servicios públicos. Mientras tanto sus mensajes en Twitter cierran con la etiqueta: “#Vamos bien”.