El pasado 28 de octubre, el Museo de Ciencias (Muci) de la Fundación Museos Nacionales (FMN), cumplió 143 años. Esta fecha es celebrada como el inicio de la historia de los espacios expositivos en el país, tiempo en que los museos han sido parte fundamental en la exhibición, conservación y restauración de importantes piezas de arte y ciencias que conforman el amplio y rico patrimonio de Venezuela.
Texto: Prensa FMN
No obstante, a pesar de su dilatada historia, el Museo de Ciencias aún tiene cosas que “contar”. Y es que de acuerdo a Hyram Moreno y Evelyn Ramos, jefes especialistas de Colecciones y del Centro de Documentación Walter Dupouy del Muci respectivamente, los anales del Museo deben ser reescritos, ya que han encontrado pruebas fehacientes que señalan la fecha de fundación de la institución no es la tradicional, tal y como se ha venido celebrando.
Pruebas
En ese sentido, Ramos asegura que la verdadera fecha de fundación del Museo Nacional (cuyo heredero directo es el Museo de Ciencias) fue el 11 de julio de 1874. El decreto de creación fue publicado el día 14 del mismo mes en la Gaceta Oficial N° 299, refrendado por el entonces presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Antonio Guzmán Blanco.
“Este decreto no lo tenemos acá, sería interesante ir a la Biblioteca Nacional y hacer el traslado, cuando digo “traslado” es que lo trascribimos o solicitamos un copia digitalizada para mantenerlo aquí como parte de la memoria del Museo de Ciencias”, destaca.
Por su parte, Moreno reafirmó la aseveración de Ramos. Explicó que no existe documento fundacional del Museo Nacional per se. Agrega que si existe un decreto que aun no ha sido revisado, aunque aclaró que si han estudiado la transcripción publicada en Museos de Venezuela, Conac, 1989. O la recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela. 1873 – 1878. “Pero, sin tener en nuestras manos la gaceta oficial señalada”. 
Es de destacar que el Museo Nacional es el punto donde surgieron el Museo de Ciencias, el Museo de Bellas Artes (MBA) y el Museo Boliviano (posteriomente renombrado Bolivariano) que fue el primero en ser separado del Museo Nacional.
Al principio, el Museo Nacional albergaba colecciones de historia natural y etnografía. En el artículo N°2, sección 2, del decreto de 1874 dice que dicha institución se encargará de colecciones de historia natural, especialmente la producción del país y aquellas de otros países que sean de importancia. Limitando su rango de acción a la etnografía histórica e historia natural.
“Es probable que para las celebraciones del centenario del natalicio del libertador Simón Bolívar, efectuadas en 1883, entraron a la colección del Museo Nacional obras de arte, ya que se hizo una gran exposición. Es por ello, que el Museo Nacional también da origen al actual Museo de Bellas Artes”, puntualiza Moreno.
Tramoya
De acuerdo a los investigadores, en un principio la sede asignada al Museo Nacional es la edificación vecina por el lado oeste a la antigua sede de la Universidad Central de Venezuela, denominada en alguna época Corte Suprema de Justicia. Al parecer, el Museo Nacional no llegará a ocuparla y en 1883 sería utilizada para la gran Exposición Nacional, por la efeméride del primer centenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar.
“Había que tener muy ‘bonita’ esa calle porque el 28 de octubre de 1875 se develaría una estatua de Antonio Guzmán Blanco, el famoso ‘saludante’. Todos los actos de ese día giraron alrededor de ese hecho, así como de la inauguración de la Biblioteca Nacional y de la apertura del Panteón Nacional. Para ese día también se abriría el Museo Nacional, sin embargo, sólo fue la pura fachada”.
Entretanto, Ramos recordó el importante papel que tuvo Gustavo Adolfo Ernst en la conformación y consolidación del Museo Nacional. Explicó que el espacio expositivo, surgió como un apoyo y complemento a la Cátedra de Historia Natural de la Universidad Central de Venezuela (UCV) que también funcionaba en el actual Palacio de Las Academias, y es que en ese decreto, se establece que el director del novel Museo Nacional es el mismo quien dirige la cátedra de Historia y esa persona no es otra sino que Ernst.
Relató que a los pocos días de la fecha del decreto, Ernst obtiene el nombramiento como profesor de Historia Natural de la Universidad Central de Venezuela y con esto, la primicia de un curso obligatorio y trienal de ciencias naturales para las carreras de Farmacia, Ingeniería y Medicina.
Aunque Ramos aclara que, de acuerdo a los archivos revisados hasta el presente, tanto por ella como por Moreno, certifican que la designación oficial de Ernst como director del Museo Nacional, ocurrió entre el 27 y 29 de julio de 1876.
Itinerancia
Moreno detalla que fue en el período de Juan Vicente Gómez (alrededor de 1916-1917) cuando ya los museos empiezan a adquirir personalidad propia. Nace el Museo Boliviano (Bolivariano), que fue el primero cuyos archivos históricos fueron separados de las colecciones científicas y de artes. “El Museo de Historia Natural pasa a ser de Historia Natural y Arqueología, se crea el Museo de Bellas Artes”.
El investigador también hace hincapié en la movida historia que hay detrás de la sede del Museo de Historia Natural. Relata que la primera edificación ejecutada con tal propósito (luego de la torre del Palacio de Las Academias) fue atribuida al arquitecto Alejandro Chataing y construida entre los años 1899 y 1900. Sin embargo, como consecuencia del terremoto de 1900, el edificio es destinado a otros usos, hasta que en 1903, se traslada allí la Biblioteca Nacional.
En 1911, allí es instalado el Museo Boliviano. Pero con la mudanza de este museo a otra sede en 1936, el edificio es incorporado a la Gobernación del Distrito Federal, para la Prefectura de Caracas. En la actualidad la construcción forma parte de los edificios sedes del Gobierno del Distrito Capital.
Aunque la historia señala que este espacio no perteneció al Museo de Historia Natural, allí si fueron a parar algunas de las colecciones de historia natural. El resto, las colecciones de arqueología fueron destinadas a otro lugar que aún los especialistas no han logrado determinar.
“Luego todas esas piezas fueron a parar a la avenida San Martín, en un sitio que estaba al lado del Instituto de Geología (creado en 1937 por Eleazar López Contreras), a la altura de Artigas. Esa fue la última mudanza del Museo antes de llegar a las dos sedes que posee en estos momentos: Plaza de Los Museos (edifico de arquitectura ecléctica que combina el neoclásico con art decó, obra de Carlos Raúl Villanueva, inaugurado en 1940) y el edificio de colecciones “Centro Adolfo Ernst” que se encuentra en Roca Tarpeya”.
Mención aparte merece la colección de José María Vargas (mineralogía y botánica), que también recorrieron varios sitios de la ciudad. Su estado era tan penoso que, a fin de salvarlas, las autoridades y expertos científicos de la época decidieron rescatar lo poco que quedaba en buen estado de conservación y remitirlo a un herbario de los Estados Unidos; es de acotar que para ese momento, no existía el Herbario Nacional de Venezuela.
Antiguos
Ramos relata que en el tiempo que estuvo involucrada en la investigación que produjo el libro Museo de Ciencias de Caracas. Fondos documentales más antiguos, las autoridades de ese momento de la Fundación Museos Nacionales le sugirieron realizar ese mismo tipo de estudio con el MBA. “No encontramos documentos del Museo de Bellas Artes del siglo XIX que tengan que ver con colecciones de arte. Eso quiere decir, que los más antiguos los tenemos en el Museo de Ciencias”.
Sobre este punto declara que desconoce la data de los documentos que posee el Museo Bolivariano. “Aun no hemos podido materializar una visita para investigar si ellos poseen documentos del siglo XIX que correspondan al archivo de historia del Museo Nacional. Los documentos más antiguos del MBA están fechados en 1917, cuando es emitido el decreto que crea el Museo de Bellas Artes y el Museo de Arqueología e Historia”.
La investigadora y escritora afirma que los archivos del Muci son muy valiosos, ya que son los más antiguos que hablan sobre el Museo Nacional como la institución primigenia, cuyo carácter fue netamente científico, y que, como ya se ha explicado, generó los actuales Museo de Ciencias, de Bellas Artes y el Bolivariano.
Ramos reafirmó que el Museo Nacional recibió objetos, piezas y colecciones del índole científico y cultural, los cuales se enriquecieron con los aportes hechos por la vinculación que tuvo su primer director, Gustavo Adolfo Ernst, con la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Venezuela -del cual fue su presidente- esta relación alimentó la colección del Museo Nacional con las muestras científicas aportadas por los miembros de esa institución. Además, también fueron sumadas la hoy desaparecida colección de botánica y parcialmente la de mineralogía de José María Vargas que fueron donadas al Museo Nacional.
Además adelantó que están en los primeros pasos para editar una segunda parte del libro Museo de Ciencias de Caracas. Fondos documentales más antiguos, cuyo lanzamiento fue en mayo de 2016.
Museo de Ciencias de Caracas. Fondos documentales más antiguos, es un libro técnico que involucra la recopilación y clasificación de más de doscientos documentos del Museo de Ciencias, generados respectivamente por el doctor José María Vargas (1786-1859), el doctor Gustavo Adolfo Ernst (1832-1899), la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas (1867- 1878) y el Museo Nacional de Caracas (1874 – 1911); personas e instituciones activas en el siglo XIX y principios del siglo XX. Gracias a esos trabajos se tiene constancia de los orígenes del Museo Nacional.
Es por todas estas razones que Ramos asegura que en sus manos hay material documental suficiente para reescribir la historia del Museo de Ciencias. “No se le está haciendo justicia al Museo de Ciencias, se le quita un año de historia al museo más antiguo del país, cuando se dice que su fundación fue en 1875. En realidad, el Museo venía funcionando desde el mismo momento de su creación en el año 1874”.