Este domingo 26 de marzo se cumplen 23 años de la salida del teniente coronel Hugo Chávez de la prisión de San Francisco de Yare, ubicada en el municipio Simón Bolívar del estado Miranda, donde estuvo preso por dos años por liderar la rebelión cívico-militar del 4 de Febrero de 1992, junto a un grupo de oficiales patriotas.
Texto: AVN
Chávez, en compañía de los soldados del Movimiento Bolivariano MBR-200, se rebeló contra el el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, quien bajo órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) implementó medidas que causaron inestabilidad política, económica y social, que desembocaron en la rebelión popular del 27 de febrero de 1989, duramente reprimida y dejando miles de muertos y desaparecidos.
Aquella tarde del 26 de marzo de 1994, portando un liqui liqui beige, Chávez salió en libertad con la convicción de adentrarse en las entrañas del pueblo venezolano, quien lo recibió con amor para construir en conjunto un modelo político de reivindicación de las luchas sociales. “La esperanza en la calle”, era una de las frases que se podía leer en una de las pancartas levantadas por quienes lo recibían.
A su salida, Chávez se dirigió a la multitud y a los periodistas que le esperaban: “Buenas tardes a todo el pueblo venezolano, buenas tardes a todo el pueblo latinoamericano, a todos los compatriotas que me han dado esta bienvenida” dijo. Minutos después, el líder del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) dictó lo que sería la línea de acción política que le llevaría al Palacio de Miraflores en las elecciones de 1998.
“El mensaje del MBR va a la calle, a la carga a tomar el poder político en Venezuela. Va a demostrarle a los politiqueros venezolanos que esta generación militar que tomó el camino del sacrificio va al rescate de su verdadero destino”, afirmó.
Asimismo, mostró su afecto a los hombres y mujeres de la patria bolivariana: “Vamos a hacer un gran frente nacional. Pedimos al pueblo que nos acompañe en la búsqueda de la transformación estructural. Por los momentos voy en movimiento hacia el contacto con el pueblo”.
“Yo estaba muy nervioso ese día, se lo confieso, nervioso. ¿Qué será de mí ahora, Dios? Habíamos planificado una rueda de prensa en Los Próceres, y un grupo de amigos puso una mesita allá, un micrófono y unos periodistas. Venía yo muy asustado, se lo confieso. Me quité el uniforme. Lloré allá en el samán y el roble, en mi querida alma máter. Me puse un liquiliqui claro y salí”, rememoró Chávez, en Las catacumbas del pueblo, palabras que fueron recogidas en el libro Cuentos del Arañero.
Con los nervios a flor de piel, a la pregunta de un periodista: “¿Y ahora usted adónde va?”, contestó: “Me voy a las catacumbas del pueblo”.
Chávez cumplió, y comenzó un recorrido por todos los rincones de la nación, en el que llevó su propuesta política del “árbol de las tres raíces” (Simón Bolívar, Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez), basada en la soberanía nacional, la justicia social, la unidad de América Latina, Fuerza Armada popular, máxima felicidad del pueblo, democracia participativa y protagónica.
Cuatro años después de llevar su mensaje político por Venezuela, Hugo Chávez se lanzó como candidato a la presidencia de la República. Ganó con un aplastante 56,2% de los votos para liderar la última revolución del siglo XX y la primera del siglo XXI, cuyas bases se fundamentan en un proyecto liberador, democrático y socialista.