Desde tempranas horas de este jueves 26, en el bulevar Panteón se llevó a cabo una expoferia de muñecas, donde creadoras de diversas partes de la Gran Caracas y sus alrededores se reunieron para demostrar los secretos que se esconden tras el proceso de la práctica milenaria de la muñequería.
Texto: Ciudad Caracas
El evento fue realizado conjuntamente por los Ministerios del Poder Popular para la Mujer y para la Cultura, frente a la Casa Nuestra América José Martí, a propósito de cumplirse 164 años del nacimiento de este líder cubano, quien en 1889 escribió un cuento titulado La muñeca negra.
Al lugar se fueron acercando transeúntes que despertaron su curiosidad ante el material expuesto, una serie de muñecas de distintos tamaños, estilos y formas pero con una sola característica en común: eran negras. Una a una eran observadas las mesas que ofrecían variedad, cada creación exponía su toque de originalidad. El objetivo, más allá de vender, era transmitirle a las personas el intercambio de saberes y los relatos de una vida, plasmados en pequeñas caritas.
Cada realizadora maneja bajo su propia visión la creación de sus piezas, sin embargo todas las muñecas negras están enmarcadas en un mismo concepto, una práctica que ha sobrevivido generaciones y que se niega a renunciar a las culturas heredadas de lo pueblos afrodescendientes.
Abayomi es el término original que hace referencia a estas muñecas. Proviene del Yoruba y significa algo que trae felicidad. Actualmente representan un símbolo de lucha en contra de la discriminación racial.
Lo que un principio nace como una práctica rudimentaria hoy día se ha perfeccionado y ampliado. Existe un mundo de posibilidades al momento de crear las muñecas, algunas realizadoras optan por darles un nombre, una historia de vida y una vestimenta temática; otras sencillamente se inspiran en sus antepasados, mujeres luchadoras que inspiran un relato digno de permanecer en el tiempo.
La coordinadora de Movimientos Sociales del Ministerio de la Mujer, Beatriz Aiffil, una de las organizadoras de esta actividad, en declaraciones ofrecidas a Ciudad CCS, expresó que “las muñecas negras son muy versátiles, sirven como un juguete, como un adorno, son transmisoras de cuentos y pueden ser usadas con fines didácticos que nos permiten hacer cambios culturales. Nosotros creemos en una sociedad de iguales, sin racismo y valorar a la muñeca nos permite valorar a la mujer y a las personas afrodescendientes”.
LA MÚSICA ESTUVO PRESENTE
Con el fin de amenizar la expoferia la agrupación cubana Paradigma, estuvo interpretando al son de las maracas y el bongó piezas musicales como Guantanamera y Aquí estoy yo, arregladas en una fusión cubano-venezolana.
Los músicos se encuentran en Venezuela bajo los acuerdos de la Misión Corazón Adentro, llevando lo mejor de su repertorio a los diversos encuentros de carácter popular, según lo expresó Lilian Brilgara, coordinadora de dicha misión.
LA MUÑECA NEGRA
La obra infantil La muñeca negra es extraída de la colección La Edad de Oro, escrita por José Martí, en ella se exterioriza la visión que los niños tienen del mundo en el que viven.
La protagonista de esta historia, Piedad, vuelca su afectividad a una muñeca negra que nadie quiere, Leonor. Esta historia resalta la identificación del niño con un juguete que en comparación con otros tiene poco valor monetario.
Rosa Córdova
MÁS DE TRES DÉCADAS DE EXPERIENCIA
En su rostro se divisa la pasión y tranquilidad que produce en ella esta práctica. Rosa llegó al mundo de las muñecas de una forma muy peculiar, pues el conocimiento fue transmitido de hija a madre. En sus inicios ella solamente ayudaba en pequeñas labores y un buen día, sin darse cuenta, ya estaba haciendo sus propias muñecas.
Nacida y criada en Guatire, esta cultora tiene un gran arraigo y sentir por la cultura venezolana, asegura que gracias a su diversidad, el mundo de las muñecas de trapo posee un sin fin de opciones, tal es el caso de la Parranda de San Pedro, fiesta proveniente del sector donde vive y de la cual ella ha podido realizar una serie de marionetas que simulan con mucha gracia los movimientos que realizan los parranderos. Por otra parte asegura que esta práctica otorga beneficios al cuerpo y la mente, además de generar un ingreso económico.
“Cuando hago mis muñecas siento una comunión entre la tela y yo, nos complementamos, es como un sueño, uno piensa qué es lo que quiere hacer, y mientras la estás creando es como un parto, a veces sale mal, a veces sale bien, pero después de la primera todo se va dando”, expresó. Cordova.
Maritza Cabello
“CADA MUÑECA TIENE UN PEDACITO DE MÍ”
Aprendió este oficio desde temprana edad, a lo largo de su vida la muñeca siempre jugó un rol fundamental, ha estado involucrada en diversas actividades y realizado varios estudios, pero hacer muñecas siempre ha estado presente, es por ello que en cada pieza busca reflejar un poquito de lo que ha vivido en diferentes momentos de su vida.
“Todo lo que está en mis muñecas es lo que yo pienso, lo que yo creo, el mestizaje, la familia, el amor, las mujeres bajitas, las altas, las que tienen caderas, lo que somos nosotros como venezolanos una gran mezcla de todo”, explicó Maritza al referirse a su colección.
Agrega que esta práctica ancestral, desarrolla la ternura y el cariño por el trabajo propio, por lo que algunas veces se ha enamorado de sus muñecas y decide no venderlas.
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Regina Michel
LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD
Nacida en Cuba, desde muy pequeña siempre optó por hacerse sus propias muñecas, una práctica que conservó para el resto de su vida.
Cuando llegó a Venezuela realizó talleres para mejorar su técnica, sin embargo sus muñecas son consideradas auténticas abayomi, pues están realizadas sin costuras.
“Uno tiene que ver que cosa te hace feliz, yo me encontré con mi linea ancestral haciendo este trabajo, me di cuenta lo mucho que puedo contar con una abayomi, y el uso que puedo darle a nuestras herramientas naturales, las manos, eso a mí me hace feliz”, puntualizó Regina, quien presentó su colección muñecas que hacen referencia a los elementos del mundo, la tierra, el agua, el aire y el oro, explicando la importancia que representa cada una de ellas.
Fragmento
LA MUÑECA NEGRA
…Ven, pobrecita, ven, que esos malos te dejaron aquí sola; tú no estás fea, no, aunque no tengas más que una trenza; la fea es esa, la que han traído hoy, la de los ojos que no hablan; dime, Leonor, dime, ¿tú pensaste en mí?, mira el ramo que te traje, un ramo de no me olvides, de los más lindos del jardín; ¡así, en el pecho! ¡Esta es mi muñeca linda! ¿Y no has llorado?, ¡te dejaron tan sola!, ¡no me mires así, porque voy a llorar yo!, ¡no, tú no tienes frío!, ¡aquí conmigo, en mi almohada, verás como te calientas!, ¡y me quitaron, para que no me hiciera daño, el dulce que te traía!, ¡así, así, bien arropadita!, ¡a ver, mi beso, antes de dormirte!, ¡ahora, la lámpara baja!, ¡y a dormir, abrazadas las dos!, ¡te quiero, porque no te quieren!”.