Juan Calzadilla fue homenajeado este lunes: “No me he parado nunca para mirar atrás”

Miguel Angel Pereira

“Durante mucho tiempo he trabajado con un espíritu muy libre, muy al margen de la academia, de la universidad, porque soy autodidacta. He estado caminando siempre. No me he parado nunca para mirar atrás”. Así lo dijo, con la humildad que lo caracteriza, el poeta Juan Calzadilla, centro de un homenaje que le fue brindado el lunes 16 de mayo en la Librería del Sur con sede en el Teatro Teresa Carreño, a propósito de su cumpleaños número 85.

Texto: Prensa MPPC

El poeta, oriundo del estado Guárico, agradeció los gestos de cariño y complicidad de los presentes. Expresó que no se ha detenido ni un momento en su recorrido creativo por el mundo, y que, a pesar de estar al margen de la academia y los centros de la hegemeonía cultural, sigue avanzando.

El evento fue moderado por la presidenta de Monte Avila Editores, María Rodríguez Valera y el profesor Francisco Ardiles. Participaron la directora de publicaciones del Banco Central de Venezuela, María Valentina Arroyo; el fotógrafo y miembro fundador del colectivo artístico El Techo de la Ballena, Daniel González y el escritor Jesús Ernesto Parra.

Miguel Angel Pereira

Agasajo intimista

En palabras de Valera, la convocatoria fue para un agasajo íntimista, en donde no se juntaron especialistas a devanar la obra de Calzadilla, sino amigos y allegados para celebrar la vida de tan importante poeta, pensador, crítico, promotor cultural y artístico, quien desde el siglo XX se ha encargado de revalorizar la cultura venezolana, no solo con su propio arte, sino con el rescate de otros maestros olvidados por los grandes centros culturales del país.

“Desde Monte Avila Editores Latinoamericana, junto al Ministerio del Poder Popular para la Cultura consideramos que hoy es una ocasión para reunirnos a celebrar la vida y la obra de Juan Calzadilla, uno de nuestros orgullos, patrimonio del conocimiento, de la creación artística y literaria de Venezuela”, agregó.

Promotor ilimitado y excepcional

Daniel González se mostró complacido del homenaje que recibió uno de sus más grandes amigos, a quien lo unen además de 50 años de compañerismo y camaradería, las más diversas experiencias en el vasto mundo artístico que, junto a otros entusiastas, iniciaron por la década del 60, haciendo especial énfasis en el Calzadilla promotor de la cultura.

Miguel Angel Pereira

“Durante muchos años estuvimos coordinando y organizando exposiciones artísticas, sobre todo en esos momentos difíciles en que las artes estaban divididas por los ismos, unos importados y otros preocupados por la situación del país (…) yo considero que la mayor preocupación, su mayor aporte no es tanto su obra en sí, como su papel como promotor cultural, sin límites”, dijo González sobre su compañero de mil luchas.

Para el profesor Ardiles, la idea fue lograr abarcar el gran “collage epistemológico de lo que es Juan”, y por ello invitaron a personas que lo conocen, que han trabajado con él y pueden dar cuenta de cada una de las aristas que componen la excepcional obra de Calzadilla.

Privilegia el sentido

Arroyo leyó un texto en el que se paseó por las búsquedas de sentido que se perciben en la obra poética de Calzadilla y afirmó que, como poeta, “antes de privilegiar la forma, privilegia el sentido y la reflexión en torno a la creación poética”.

Miguel Angel Pereira

En un recorrido por varios de sus poemas, por distintas épocas de su proceso creativo y de su vida, mostró la potencia del poeta que no solo indaga sobre la realidad, sino que al borde del nihilismo, se contempla a sí mismo, débil, precario, desprotegido y sin embargo, “persiste en hallar el sentido, a través del absurdo, el humor y el azar”, brindándole al lector poemas en los que se le invita a dejarse ir tras la búsqueda definitiva del poder de las palabras, el pensamiento y la creación.

Evolución del Yo poético

Jesús Ernesto Parra hizo hincapié en la evolución del Yo poético de Calzadilla, quien en la década de los años 60 se caracterizó por una ruptura ontológica con su generación, un distanciamiento claro entre el formalismo y ensimismamiento que cultivaron muchos de los poetas de su época y que no pudo permear en su preocupación creativa.