Un 27 de febrero de 1989, miles de venezolanos salieron a las calles a enfrentar las medidas neoliberales impulsadas desde el extranjero, y aplicadas por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Producto de esos días brotó la necesidad de transformar esa realidad, cuya fuerza irrumpió el 4 de febrero de 1992, triunfó seis años más tarde y se mantiene hoy al frente de la Revolución Bolivariana. Ese mismo pueblo, rejuvenecido, salió este sábado a manifestarse en Caracas para recordar aquel hecho y demostrar –una vez más- que defenderá esa victoria en las calles, como hace 26 años.
Prensa MPPC (Texto: Laura Farina / Fotos: Gustavo Lagarde)“Fue una masacre bastante fuerte, no es lo mismo contarlo que vivirlo. Yo lo viví. Fue un estallido de energía, la gente estaba como desesperada, con mucha rabia, con mucho odio, con mucha necesidad y arremetió contra los locales, contra los centros comerciales, abastos, panaderías, todo lo que implicaba distribución de alimentos”, aseguró Luz Rivas en la concentración que inició cerca de las diez de la mañana en la Plaza Venezuela de Caracas.
En la tarima que se levantó en ese punto de la ciudad se escucharon las voces de artistas llaneros, cantantes de “latinpop”, salsa y a Omar Acedo, quien, al ritmo del tema Nuestro Comandante, hizo vibrar a la gente y, con la canción Invencible –tema que suele interpretar con Daniela Cabello-, provocó lágrimas y emoción en los asistentes.
En la concentración se presentó el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, quien expresó: “Muchos de ustedes vivieron lo que ocurrió en el país hace 26 años, el pueblo salió justamente a reclamar lo suyo. Aquí se le negaba al pueblo la alimentación, la salud, la educación, el derecho a la vida. Y este pueblo, que hoy está aquí, fue el mismo que salió y sí, es verdad, rompimos unas vidrieras y nos llevamos la comida que nos negaba el sistema capitalista”.
Luego de sus palabras, pasada la una de la tarde, partió la movilización, que se había iniciado en Chacaíto, continuó por las avenidas Libertador y Urdaneta, y llegó hasta el Palacio de Miraflores. Comuneros y comuneras, cultores y cultoras, trabajadores de distintas instituciones públicas, empresas del Estado y privadas, militantes de la revolución, colmaron las calles.
En el medio de esa congregación, se vio marchar a servidores públicos como el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, o el gobernador de Anzoátegui, Aristóbulo Istúriz, quienes respondieron los saludos de los manifestantes.
Desde distintos rincones del país también llegaron aquellos que resistieron los embates de aquel 27 de febrero. “En la parte rural, más lejana, se sintió de manera muy diferente al centro de Caracas, sin embargo siempre estuvimos conversando y activos esperando que algo tenía que pasar, alguien tenía que llegar para darle curso y canalizar toda esa energía que tenía nuestro pueblo acumulada”, contó Alonso Rua, de la comuna Lomas Unidas Cuenca Macho Capaz, de Mérida, y vocero del Consejo Presidencia del Gobierno Popular con las Comunas.
Los que masacraron al pueblo no volverán
En medio de la marcha, la creatividad del venezolano tomó cuerpo en una representación. Un señor sostenía una plataforma circular que estaba compuesta por paquetes de harina PAN, café, leche en polvo, pañales, detergente y medicamentos.
-¿Cuánto cuesta ese café? –le preguntó una señora.
-1500 bolívares y no llega a 800 gramos –le contestó el bachaquero- ¿Se puso brava? No se ponga brava –le repicó.
“Esto es una remembranza de la cadena alimenticia en Venezuela que se nos está yendo por la borda” -explicó sobre el aparato con los envases de alimentos-. “Por eso hice este prototipo del bachaquero que se lleva todo”, agregó Eduardo Yépez.
De esta manera, y tantas otras, las reflexiones acerca de la guerra económica se hicieron presente en la jornada. Conscientes de que el embate amenaza las conquistas obtenidas y los desafíos que aún restan concretar, los voceros y voceras del poder popular no escapan a la responsabilidad de buscar una solución.
“Nuestra propuesta como Red Nacional de Comuneros y Comuneras es impulsar el sistema grancomunal de producción, acopio, procesamiento, distribución y consumo; es decir, todo lo que producimos tiene que llegar de comuna a comuna, del campo al barrio, para garantizar no solo la soberanía alimentaria sino la estabilidad política del proceso”, explicó Alonso Rua, de la comuna merideña.
La contundente movilización de este sábado también sirvió para identificar de dónde vienen las agresiones. Por un lado, se distinguió a las mismas fuerzas económicas nacionales que provocaron, en 1989, un 37 % de pobreza relativa y un 12 % de pobreza extrema. Pero, además, los manifestantes reconocieron a las corporaciones internacionales y a los gobiernos extranjeros como impulsores de esta guerra económica y cultural.
Oscar Contreras, vocero de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, del estado Apure, aseguró que han venido denunciando la conformación de una coalición contrarrevolucionaria internacional, que “tiene su padre y madre en el imperio norteamericano. Vemos las amenazas que han hecho el presidente Barack Obama y el secretario de Estado John Kerry, donde hay un seguimiento y control a la política venezolana. Esto expresa una injerencia que la calificamos de bastarda”, afirmó.
Ya en el Palacio de Miraflores, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se pronunció en este mismo sentido e informó que reducirán el número de funcionarios que trabajan en la embajada norteamericana –más de 100 empleados, en contraste a los 17 que tiene Venezuela en ese país-; el requerimiento de que informen cualquier reunión realizada en la República Bolivariana –conforme a los artículos 41 y 41.2 de la convención de Viena- y la implementación de un sistema de visas similar al utilizado en Estados Unidos.
También explicó que crearán una lista de políticos terroristas que no podrán ingresar a Venezuela, en la cual se encontrarán el ex presidente George W. Bush, el ex director de la CIA, George Tenet, y los congresistas Bob Menendez, Marco Rubio, Ileana Ross-Lehtinen y Mario Díaz-Balart.
Rememorando los hechos que sacudieron al país aquel 27 de febrero de 1989, Maduro anunció que 74 nuevas familias, víctimas de El Caracazo, se sumarán a las 596 que ya han sido indemnizadas por el Gobierno nacional por haber sufrido la represión de los cuerpos de seguridad del Estado.
El Presidente identificó a los culpables de esos asesinatos como los mismos que hoy intentan resquebrajar una democracia que, en base al poder popular, es legítima y participativa. “Cuando fueron Gobierno mandaron a masacrar, torturar y desaparecer jóvenes (…) y ahora que son minoría utilizan el terrorismo”, aseveró el Mandatario. Con sus palabras se cerró una jornada extensa en recorrido, participación, emociones y recuerdos. Un pueblo que, como hace 26 años, salió a la calle a defender lo que es suyo, y hoy continúa luchando, día a día, por la construcción de su patria, su revolución.