El filósofo y escritor mexicano Fernando Buen Abad dedica este artículo a Telesur, uno de los blancos en el ataque golpista frustrado que el Presidente Nicolás Maduro dio a conocer el pasado jueves y que, de haber atacado el edificio, hubiera acabado con la vida de muchos de los 800 trabajadores de dicho medio de comunicación. “Debemos iniciar al lado de TeleSur y de sus trabajadores, una denuncia mundial muy enfática. Exigir que cese toda esa violencia e imponer justicia social abiertamente, públicamente, inmediatamente. Es nuestra obligación solidaria con TeleSur y con sus trabajadores, camaradas nuestros, y exigiremos su solidaridad a todos los colegas que en organizaciones internacionales puedan ayudar a defender a Tele Sur y a todos los que, de igual manera, están bajo riesgo”.
Autor: Fernando Buen Abad
Querían golpear, también, a TeleSur porque les estorba enormemente esa gran táctica de Chávez y Maduro que consiste en divulgar la verdad. El poder de la verdad en la boca de los pueblos. Quedó desenmascarado el ataque perverso contra TeleSur y Venezuela que no han hecho más que fijar como su Norte el Sur. Querían bombardear sus oficinas en Caracas porque la “oposición” nazi-fascista está sumida en un berrinche histérico de impotencia y desesperación. Es odio vetusto de alto nivel dirigido contra TeleSur y el Socialismo.
La verdad y la libertad juegan un papel central para producir información inteligente e inteligible. Es un cometido nodal para ganar posiciones en la experiencia comunicacional revolucionaria. Es un cometido de integración Socialista que Chávez anheló siempre y, por eso, golpearlo implica para los “opositores” nazi-fascistas una forma de golpear a Chávez en algo de lo que más brilla de su legado que son sus tácticas y sus estrategias de comunicación.
TeleSur es una de las mejores fuentes de información en todo el planeta, es una decisión política estratégica de envergadura trascendental en la ruta de cambiar los paradigmas informativos que nuestros pueblos necesitan para la construcción de su independencia y soberanía semántica. Es una televisora cuya complejidad de objetivos debe avanzar en terrenos muy ásperos y no pocas veces peligrosos. En un continente secuestrado por las cadenas mediáticas de la oligarquía, país por país, nada fácil es ser herramienta al servicio del ideal de integración latinoamericana y caribeña. TeleSur es un espejo continental invaluable para mirar nuestros logros y nuestras debilidades más significativos. Sin pasar por el discurso del imperio. Y, además de espejo, es una herramienta de intervención política sobre la realidad por la vía de la información liberada de la dictadura de la mercancía noticiosa.
Su “norte” es, también, la verdad. TeleSur ha transmitido desde un país sitiado mediáticamente, transmitiendo imágenes de todo el mundo a todo el mundo. Es televisión en vivo y en red con evidencias documentales y noticiosas que, a pesar de las amenazas oligarcas, no dejar de transmitir, aunque los días se pongan difíciles, aunque intentaron bombardearla. No cabe duda de que lo que querían hacer, realmente, es una etapa de la “guerra de terror” apoyada los medios burgueses en todas partes. La guerra contra TeleSur es financiada, también, por empresas mediáticas hambrientas de dominar al mundo. No hay que esperar un bombardeo para advertir cuáles son los anhelos de semejante amenaza contra una televisora de la Revolución.
No toleraremos la impunidad
Es preciso movilizar una protesta Internacional que sea capaz, incluso, de frenar esta escalada de violencia y muerte contra los periodistas más comprometidos con la verdad. Se trata de una escalada orquestada por asesinos títere que colaboran con el saqueo de los recursos naturales, la explotación de los trabajadores y la alienación de las masas. No nos acostumbremos al pisoteo. Son miles de periodistas honestos que, a diestra y siniestra, sufren descargas de violencia por informar con la verdad… con su aliento ético innegociable. Son miles los periodistas amenazados para callar las voces que muestran y denuncian la degradación a que son sometidos nuestros pueblos.
No es una casualidad que se trate de una agresión más contra Tele Sur. No es una equivocación, no se trata de una coincidencia… esto es un plan que repite sus patrones de un lado al otro, esto es una arremetida cínica que tiene filos múltiples pensada por las maquinarias de conspiradores asalariados para agudizar conflictos internacionales, poner bozal al periodismo independiente, desprestigiar lo mejor que tenemos en tareas periodísticas… asesinar a la verdad a cualquier precio. Y asesinar al presidente de Venezuela para asesinar a su Revolución Socialista.
No es una “hecho aislado”. Esta agresión tiene significados perversos y ya hemos visto cómo se compartan los lebreles del imperio a la hora de deformar la realidad y suprimir la libertad de expresión. He aquí un caso que los desnuda íntegramente. ¿Quién dio la orden? Esto es una prueba más del drama cotidiano en que vive Venezuela asediada por una “Guerra Económica” y una Guerra del capitalismo.
Debemos iniciar al lado de Tele Sur, y de sus trabajadores, una denuncia mundial muy enfática. Exigir que cese toda esa violencia e imponer justicia social abiertamente, públicamente, inmediatamente. Es nuestra obligación solidaria con Tele Sur y con sus trabajadores, camaradas nuestros, y exigiremos su solidaridad a todos los colegas que en organizaciones internacionales puedan ayudar a defender a Tele Sur y a todos los que, de igual manera, están bajo riesgo de represión y muerte por buscar apasionadamente la verdad para que sirva a la emancipación de los pueblos… a los trabajadores sólo los salvan los trabajadores.
No podrán silenciarnos. Exijamos investigación y sanción con intervención directa de los trabajadores y las organizaciones de periodistas. Investigación y sanción jurídica y política en manos de los trabajadores, también. Acompañamiento solidario y fraternal para sus familiares. Que jamás no se repita. ¡Jamás!