La décima edición del Festival Mundial de Poesía llegó a su fin y para su despedida un puñado de poetas internacionales y criollos desfilaron, con sus versos, por la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño. La música no faltó. Con las palabras del Ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito, se inició el acto de clausura. Celebró la década que cumplió el Festival y aplaudió la labor de uno de sus antecesores, Francisco Sesto, por impulsar la creación de este evento.
Texto: AVN
Fue justamente Sesto quien empezó a leer poemas, pero en su caso los llamó “Salmos”. Advirtió que los suyos, a diferencia de los de la Biblia, estaban despojados del elemento religioso porque no cree en dioses ni en sus designios. “Estoy escribiendo un libro que se llama Territorio humano y son salmos terrenales en homenaje al comandante (Hugo) Chávez, y les voy a leer los primeros seis”, dijo, no sin antes advertir que sus cantos son dirigidos a los seres humanos y sobre todo cuando cree que son como los dioses o mejores que ellos.
Jorge Riechmann, Hugo Mujica, Jairo Rojas Rojas, Devorah Major, Louis-Philippe Dalembert, Luis Darío Bernal (uno de los más aplaudidos), Limam Boicha, Daniela Camacho y Edmundo Herrera, fueron los encargados de las lecturas, en las que hablaron del amor, la libertad, la paz y los sueños.
El poeta español Jorge Riechmann leyó sobre Las artes de lo imposible y explicó que una de estas artes puede ser “el llegar a ser humano”, porque según dijo “estamos seguros de habernos hominizado pero habernos humanizados es harina de otro costal”. Le siguió el poeta argentino Hugo Mujica, calificado como uno de los más vitales de la lengua castellana, y luego leyó el merideño Jairo Rojas Rojas. La música no faltó.
Uno de los poetas homenajeado apareció en una gran pantalla en la sala, armado con su cuatro y su voz: Chelías Villaroel. El cantautor estaba acompañado por el presidente de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, William Osuna, y soltó sus versos melodiosos.
La estadounidense Devorah Major recitó un poema en inglés y otro en español. El último terminó en gemidos dijo: “Sí a la lucha, sí al amor, sí, sí, sí”. En el primero se refirió a los que libran guerras, a los compran y exportan muerte y desean apoderarse de todo, pero también habló de los pacíficos, que se unen cada vez más; y se preguntó ¿Quien heredará la tierra? Para responder con sus versos: “Nosotros, permaneceremos recordando lo que hemos perdido a lo largo del camino, todavía heridos y tambaleantes. Nosotros los pacíficos heredaremos la tierra, sacaremos nuestra reserva de semillas y comenzaremos a sembrar de nuevo”.
La música volvió a aparecer para acompañar la voz de la cantante Lucy Ferrero, quien invocó un poema de Federíco García Lorca: Sobre el amor.
Este año el Festival tuvo como lema Canto común, y rindió homenaje al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez. “El más nuestro de los nuestros”, como lo ha llamado Osuna. También fueron agazajados Carlos César Rodríguez, docente y estudioso de la lengua, así como al profesor José Antonio Escalona Escalona.
A este encuentro de la palabra asistieron poetas de tierras tan lejanas como Corea del Sur o China, y de naciones más cercanas como Ecuador, Bolivia y Perú. También, el Festival tuvo un acento particular con invitados que pusieron ritmos urbanos en sus recitales como la poeta palestina Saffa Hathot, quien cantó hip-hop; el criollo Truko y Ami Karim, proveniente de un barrio de Francia con una forma de poesía conocida como Slam.