Es un retrato cinematográfico que no solo conmueve al espectador, sino que también revitaliza el legado musical de “Alí Primera”
Autor: Daniel Marín
Llevar al cine la vida de un ícono galvanizante de masas era un desafío que exigía una aproximación cuidadosa y respetuosa. Su legado musical y su compromiso social lo convirtieron en una figura emblemática, cuya influencia trasciende las fronteras de Venezuela. La película “Alí Primera” asume este reto con una propuesta cinematográfica innovadora que busca no solo contar su historia, sino también evocar su espíritu y su mensaje.
Por ello, el director Daniel Yegres Richard hace uso de la ficción para traernos esta película biográfica sobre el cantautor venezolano, quien fue conocido como el “cantor del pueblo”. En ella el realizador nos narra eventos históricos que llevaron a “Primera” al camino del liderazgo del mayor movimiento de artistas venezolanos comprometidos con la causa de los desposeídos.
La imagen con una estética hipnótica
El cuidado para cada toma y para cada secuencia es notable, Juan Carlos Yegres Richard a cargo de la fotografía no deja nada al azar. Esto se evidencia desde el primer momento cuando nos presenta al personaje y desdibuja lo que viene entre matices, con planos detalle, luces, colores y sensaciones.
Por ello la fotografía es ese personaje omnisciente en la narrativa, al transportarnos dentro de la vida y a la Venezuela de “Primera”, el uso de la colorización para evocar épocas, sentimientos, circunstancias y acciones; se presenta tan importante como el cuidado en la paleta de colores para identificarlas, creando sincronías como las del movimiento de un caleidoscopio.
Los ejemplos más evidentes y sin hacer “spoiler” son: las secuencias de las caminatas por los médanos coreanos bajo un sol abrasador, o la frescura en el pórtico de la casa de Mama Pancha, donde como en muchos otros planos fijos se nota la influencia de temáticas pictóricas del realismo social que recuerdan obras como “Éxodo campesino” (1939) del gran César Rengifo, ¡lo que no es casualidad!.
Los contrastes presentes entre los momentos alegres y los no tanto, son evidentes también al observar colores cálidos y vibrantes hacia tonos más fríos, permiten a los paisajes venezolanos cobrar vida en la pantalla, haciendo que sintamos el polvo de las calles, el calor del sol y la humedad de la lluvia.
En cuanto a la dirección de arte recrea fielmente la época en la que vivió “Alí Primera”, con una cuidada recreación estética en vestuarios, objetos, peinados y maquillaje que nos transporta a la Venezuela de diferentes décadas.
Otro punto resaltante que no se debe dejar de lado son los efectos visuales al servicio de la narrativa. Dicho sea de paso de alto nivel, dispuestos inteligentemente y con tanta precisión que pueden pasar desapercibidos, estos fueron usados sin caer en excesos y para recrear momentos históricos dando un toque más épico a algunas escenas, sin opacar las actuaciones ni el arco narrativo principal.
Actuaciones que te conmueven
Con un gran casting actoral y una dirección igual de comprometida tenemos figuras de alto nivel como Aura Rivas, Pedro Durán, Jorge Reyes, Adolfo Cubas, Alberto Alifa, Carlos Manuel González, Richard Clark, Miguel Suárez, Pedro Medina y Dimas González, además de Michelle De Andrade, Jericó Montilla, Gerardo Valentín, Amaranta Pérez, Carolina Herrera y Simón Díaz García. No podían faltar tampoco los familiares del recordado cantor: su esposa Sol Mussett y sus hijos Sandino Primera y Juan Simón Primera.
Pero son los cuatro “Alí” los cuales nos sumergieron en cada etapa de la vida del cantautor, siendo los intérpretes más jóvenes quienes se roban el corazón, al imprimir su inocencia y naturalidad, en dichos papeles nos contamos con las actuaciones de Mervis Mosquera, de 3 años de edad, quien da vida al Alí niño, conocido como “Yiyo”; Víctor Manuel Amaya, un brillante actor revelación del estado Falcón, quien interpretó al Alí adolescente; Mauricio Celimen, otro joven talento del teatro y del cine encarnó al Alí joven; y Eduardo González, productor e intérprete del protagonista en su etapa adulta.
Este último, pero no menos importante tuvo la tarea más difícil. La de encarnar al “Alí” más recordado y que la mayoría conocemos, dándonos una interpretación en ocasiones conmovedora que permite ver como un espejismo a ese “Primera” real.
Las particularidades del guion y la historia
Yegres y su grupo de guionistas (Carlos Tavares, Eduardo González, Juan Carlos Yegres y Álvaro Cáceres) apelando a las nuevas narrativas y a un público joven, juega de manera acertada en la presentación de varios arcos narrativos disruptivos entre características de “minitramas y antitramas”, alejándose de las típicas formas lineales, segmenta el discurso audiovisual en una estructura no lineal con saltos temporales, siendo este recurso poco frecuente en las biopic y en general en el cine venezolano, hace que el espectador se sumerja en puntos claves y sustanciales de la cinta, se contextualice con el momento y el sentimiento, formando así junto a la cinematografía y el apartado sonoro una triada narrativa bien lograda.
Todo esto sucede gracias a que se erigió al personaje como el hilo conductor y no a un hecho per se alrededor de él, es decir, comenzamos y terminamos con un punto y un hecho: “el personaje” da inicio puntual a la narrativa y circula como una rueda por la trama, siendo las diferentes “minitramas” presentes los rayos que las sostienen.
Lográndose todo esto gracias a la investigación de más de tres años a cargo de Nayauri Jiménez; los hermanos José Antonio y José Luis Varela, y Carlos Pérez.
La música, el alma de la película
¿Cómo hablar de Alí sin hablar de su música? La banda sonora es un viaje emocional que nos hace cantar, llorar y bailar junto al protagonista. Las canciones icónicas del cantautor se entrelazan con la narrativa de una manera orgánica, enriqueciendo cada escena y recordándonos por qué su música sigue siendo tan relevante hoy en día.
Podemos encontrar retratadas canciones significativas como “Canción mansa para un pueblo bravo”, “Mamá Pancha”, “Alma Mater”, “Humanidad”, “La canción del Lunerito”, “América Latina obrera” o “Techos de cartón”, por nombrar solamente algunos elementos de una banda sonora.
En resumen
Es así que desde la perspectiva de la ficción y sin crear clichés baratos llenos de performances, Daniel Yegres y Humana Cine han logrado un retrato cinematográfico que no solo conmueve al espectador, sino que también revitaliza el legado musical de “Alí Primera”. La película es un homenaje a un cantautor que trascendió las fronteras de su país, convirtiéndose en un ícono de la canción protesta latinoamericana.
Es una película para inspirarse, para dar un inicio en el conocimiento de este personaje, nos invita a reflexionar e investigar sobre él, sobre la Venezuela, Latinoamérica y al mundo que le canto.
Por ello, te invito a disfrutar de esta obra cinematográfica que desde ya se encuentra en 58 salas comerciales de Venezuela… ¡récord histórico de estreno nacional!