El líder de Podemos, Pablo Iglesias, acusó este martes al dirigente de Ciudadanos, Albert Rivera, de ir a Venezuela con la intención de hacer campaña para los comicios del próximo 26 de junio. “Da la impresión de que Ciudadanos (partido español de derecha al que pertenece Rivera) se va a gastar un poquito más de dinero en su spot de campaña, que lo va a rodar en Caracas y que no va a hablar ni de España ni de los españoles”, expresó Iglesias. Analistas creen que la estrategia de Rivera era venir a Venezuela e inmiscuirse en sus asuntos internos, para ser echado del país y aprovecharse del escándalo resultante.
Texto: Alba Ciudad, con información de Hispantv
El domingo 26 de junio de 2016 se celebrarán nuevamente las elecciones generales en España, luego de que las fuerzas políticas de ese país, que fueron a elecciones en diciembre de 2015, no pudieran ponerse de acuerdo en la elección de un nuevo jefe de gobierno. Y pareciera que la visita de Rivera a Venezuela, quien arribó este martes, no es otra cosa sino una extensión de la campaña electoral ibérica, pero en las tierras liberadas por Simón Bolívar del dominio español hace casi 200 años.
“Da la impresión de que el partido español Ciudadanos se va a gastar un poquito más de dinero en su spot de campaña, que lo va a rodar en Caracas y que no va a hablar ni de España ni de los españoles”, expresó Iglesias, líder del partido de izquierda Podemos. Por eso, recomienda buscar un sistema de mediación tal y como lo han pedido el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, o el papa Francisco, y ha vuelto a aplaudir el intento de diálogo del expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Pablo Iglesias (Agencias)
En este sentido, pidió que no se convierta el grave “enfrentamiento institucional” entre el Gobierno bolivariano de Nicolás Maduro y la oposición en un asunto de “política interna” española. Señaló que los europeos deben preocuparse más por lo que está ocurriendo en Europa, en referencia a las elecciones de Austria, donde la extrema derecha ha obtenido prácticamente la victoria, y de la amenaza de que el ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen pueda “convertirse en el primer partido” de Francia.
Iglesias se esfuerza por no mostrarse cercano a Venezuela, en un país cuya derecha, preocupada por su rápido crecimiento en las encuestas, lo acusa constantemente ―sin mayores evidencias― de ser financiado por el gobierno venezolano. Probablemente esa es una de las razones por las que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, cope los titulares de la enorme mayoría de sus medios impresos y televisivos con informaciones negativas, exageradas, tergiversadas o manipuladas, dejando las noticias locales para un segundo plano.
El dirigente de Podemos declaró que sus relaciones con Venezuela entran dentro de “una responsabilidad de Estado”, ya que como político que aspira a ser presidente del Gobierno, lo sensato es intentar que exista buena relación con todos los países iberoamericanos.
Albert Rivera en Venezuela
Rivera, líder del partido español Ciudadanos, llegó el lunes a Venezuela en medio de bienvenidas, por un lado, y duras críticas, por otro. Manifestó que tiene como objetivo poner su “granito de arena” para que se abra el diálogo entre el Gobierno de Caracas y la oposición venezolana. Sin embargo, las autoridades venezolanas han manifestado en reiteradas ocasiones su rechazo a la visita “irresponsable” de Rivera al país.
Foto: Agencias
Los medios venezolanos e internacionales le han dado una amplia cobertura a todas sus actividades, palmo a palmo, en las 48 horas que ha pasado en Venezuela.
Sus declaraciones siempre han apuntado a exigir la celebración de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, la liberación de los llamados “presos políticos”, y acusar a Podemos de no apoyar los esfuerzos por “lograr la democracia” en Venezuela. Cabe preguntarse qué le ocurriría a cualquier líder político venezolano, si viajara a España a exigir cualquier cambio en su sistema político, la destitución de su presidente, el fin de la monarquía o la independencia de cualquiera de sus regiones autónomas.
Rivera fue acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, y por muchos otros diputados y polìticos de la derecha venezolana. Impartió discursos y charlas en el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento venezolano, a la sombra de tres inmensos retratos del líder independentista Francisco de Miranda, quien luchó por liberar a la América entera del dominio español.
Diferentes políticos de la derecha venezolana no perdieron la ocasión de fotografiarse con él.
También un grupo de ciudadanos españoles que manifestaban en contra de su visita fueron desalojados del Palacio Federal Legislativo. El personal de seguridad, a las órdenes de Ramos Allup, los echó reventando sus pancartas.
Este miércoles, Rivera, permanentemente escoltado por Lilian Tintori ―esposa de Leopoldo López― y por numerosos periodistas, se quejó de que no permitieron visitarlo a él ni a Antonio Ledezma, quien cumple arresto domiciliario.
Origen de Rivera y de Ciudadanos
El partido Ciudadanos es una organización que se autodefine como “progresista” y de “centro-izquierda”, si bien defiende la liberación de la economía, la reducción del gasto público, la aplicación de políticas neoliberales, y cuenta entre sus asesores con el profesor Luis Garicano, economista que estuvo siempre en la órbita del Partido Popular.
El partido se opone a nacionalismos, federalismos ni mucho menos independentismos, a pesar de su origen catalán. “Ciudadanos, mejor unidos” es su lema, una frase mucho más amable que esa otra tan vigorosa “España, una grande y libre”. Se opone al aborto y niega el derecho a la salud a quien no sea residente español.
Rivera junto a Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López
Para muchos, Ciudadanos es una versión más potable del Partido Popular, que busca atraer a aquellos votantes decepcionados de personajes como José María Aznar o Mariano Rajoy, pero que no quieren tener nada que ver con partidos que dicen ser socialistas o de izquierda. Ha asumido el papel de contrarrestar el rápido crecimiento de Podemos.
Rivera procede de una familia de clase media y es abogado. En 2002 decide unirse a las Nuevas Generaciones del Partido Popular, permaneciendo allí hasta 2006, “en plena Guerra de Irak, en el año de la reforma laboral o cuando las costas gallegas se llenaban de petróleo” por el desastre del Prestige. Luego se desvinculó, solicitando la anulación de sus datos personales. Es fanático de la tauromaquia.