El ministro del Poder para la Cultura, Ernesto Villegas, participó este martes en la VI Conferencia por el Equilibrio del Mundo en La Habana, organizada por Cuba con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Villegas, tras asistir a la Feria Internacional del Libro de El Cairo, llegó a Cuba e intervino en la conferencia, que se realiza en la Asamblea Nacional del Poder Popular, extendiendo a los presentes el saludo del presidente de la República, Nicolás Maduro.
Texto: Prensa MPPC
El ministro recalcó que el líder cubano José Martí abogó por el equilibrio del universo, al igual que el Libertador Simón Bolívar en la Carta de Jamaica, por lo que reiteró que Cuba y Venezuela son una sola bandera.
Señaló que este encuentro se realiza mientras peligra, tal como lo alertó tempranamente el comandante Fidel Castro en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, la existencia misma de la vida humana en el planeta Tierra.
Luego, unos años después, el comandante Hugo Chávez clamó en Copenhague (Dinamarca) en 2009 “no cambiemos el clima, cambiemos el sistema”, acotó, y denunció que, a la amenaza de un modelo económico contra natura, se ha sumado el resurgimiento del supremacismo de base étnica y xenófoba, especialmente en Europa y Estados Unidos.
“Fascismo, neofascismo y expresiones similares regresan de los infiernos de la historia con nuevos y viejos ropajes. El monstruo dejó sus huevos regados por el planeta y allí quedaron incubándose”, alertó.
Recordó que, en 1939, se reunieron 22 mil nazis en el Madison Square Garden de Nueva York, bajo la idea de una lucha para proteger Estados Unidos de “una raza que no es la raza estadounidense, que ni siquiera es una raza blanca”, en referencia a los judíos.
En el tiempo actual, esos judíos han sido sustituidos por los migrantes ilegales de África, del mundo árabe y América Latina en Europa y Estados Unidos, y paradójicamente, el sionismo internacional incurre en apropiación indebida del holocausto judío y aplica métodos genocidas contra el pueblo palestino con base en su propio supremacismo, agregó, reiterando la solidaridad de Venezuela con el pueblo de Palestina.
Asimismo, indicó que los supremacistas creen que hay grupos humanos inferiores, “pero no, los seres humanos formamos parte de una misma especie, podemos cruzarnos todos y todas y dar lugar a esa hermosa creación que es el mestizaje, sin renunciar por supuesto a cada una de nuestras raíces”.
“Todos los seres humanos somos exactamente iguales, miembros de una misma especie y si queremos la paz, debemos erradicar entre nosotros toda visión supremacista. Ninguna cultura, ningún pueblo, ninguna religión, ninguna clase social debería comportarse como si fuese superior a otra poco”, sentenció.
El ministro subrayó que, como una paradoja, el sistema actual se ufana del desarrollo fantástico de la inteligencia artificial y en paralelo pareciera que la inteligencia humana ha sido enviada de vacaciones, dejando en manos de los capitalistas, los negocios y las corporaciones, las decisiones fundamentales sobre la exigencia humana.
Puntualizó que la religión del capitalismo global ha impuesto al mundo una racionalidad frente a la cual quienes no se someten son tratados como herejes y merecedores de la hoguera.
“Se estigmatiza a los pobres y a los migrantes como criminales y culpables de todos los males. Personajes no electos, pero con fortunas fantásticas, toman decisiones que impactan en la vida de millones, tienen control sobre la inmensa maquinaria de comunicación, entretenimiento y cultura. Millones de seres humanos se informan, entretienen y hasta canalizan su sexualidad a través de las llamadas redes sociales”, apuntó.
Al respecto, comentó que, frente a ese panorama, para que la humanidad logre la paz, debe emanciparse de la dictadura de los mercados y de los algoritmos.
“Venezuela apuesta a la Diplomacia Bolivariana de Paz, al diálogo entre las culturas y la consolidación de un mundo multipolar sin hegemonismos ni fascismo, neofascismo, supremacismo ni ninguna expresión similar. Lo defendió así el comandante Hugo Chávez y sigue siendo la única forma de lograr ese equilibrio del mundo que planteó Martí. Abogamos desde Venezuela como solía cantar Alí Primera por una ‘humana humanidad’, y decimos que frente a ese supremacismo la única vacuna, el antídoto, es la inmensa diversidad cultural con sus colores, con sus sonidos, con sus ritmos, con sus cantos, con su orgullo por sus diversas identidades…”, dijo.
