Un vuelo desafiante hasta el Nido del Pájaro en Beijing

China alberga construcciones maravillosas provenientes tanto de su cultura milenaria como de las joyas arquitectónicas modernas. Una de ellas es sin duda el imponente Parque Olímpico de Beijing, creado especialmente para albergar los Juegos Olímpicos de verano de 2008, y que deslumbraron al mundo con su despliegue tecnológico y su vistosidad sin igual.

Texto y fotos: Randolph Borges

Dentro de este colosal complejo deportivo, y vaya que hablar de colosal en China es una redundancia, destaca el Estadio Nacional de Beijing, conocido también con el acertado nombre de El Nido del Pájaro. Basta observar su majestuosidad y forma exterior para entender el porqué de ese nombre.

Esta construcción es la protagonista de todo este complejo y destaca por la red de acero que se enreda para darle la forma de un verdadero nido. Está cubierto por una membrana especial que refleja los rayos de luz, y que de noche, hace posible que se reflejen en él las luces multicolores que vimos en las olimpiadas de 2008.

Frente al Nido del Pájaro cualquier estructura cercana se ve pequeña. Mide más de 320 metros de largo, 250 de ancho y casi 70 metros de alto. Es el único estadio olímpico en el planeta que ha albergado las máximas justas competitivas de verano, en 2008 y de invierno, en 2022.

Para los habitantes de Beijing, la obra es un motivo de orgullo y quienes transitan por el inmenso parque aún alzan la mirada para presentar sus respetos a una estructura que protagonizó los juegos olímpicos mejor organizados hasta la fecha en la historia de las olimpiadas modernas.

El Cubo de Agua

La primera vez que vimos esta edificación por televisión, no lográbamos entender muy bien de qué se trataba. La idea de quienes lo construyeron para los Juegos Olímpicos de 2008, fue albergar todas las piscinas en un edificio que parecía una piscina.

Estando a pocos metros del fabuloso Cubo de Agua, nos damos cuenta de que su estructura externa está hecha para proyectar imágenes y además darle una textura líquida a las mismas, gracias a las membranas colocadas en el exterior.

Está ubicado exactamente al frente del Nido del Pájaro y, vistos uno frente al otro, no deja lugar a dudas de que estamos ante una de las estructuras deportivas más sorprendentes del mundo, que siguen albergando competencias de nivel internacional y que dejan el nombre de China muy en alto.

En este complejo deportivo, rodeado de muchas áreas verdes y caminerías, también está el Gimnasio Cubierto, donde se llevaron a cabo infinidad de disciplinas en las olimpiadas de 2008, y donde nuestra Dalia Contreras se colgó la medalla de bronce en Taekwondo.

Un mural conmemorativo eterniza en piedra el nombre de los campeones de aquellos juegos.

Orgullo y cuidados para un monumento al deporte

En medio del calor abrasante del verano en Beijing, nos dejamos llevar por las caminerías donde, nativos y extranjeros se fotografían por igual alrededor de las estructuras. En las vacaciones veraniegas muchos chinos pasan por Beijing con la intención de visitar y rendirse a los pies de uno de sus más grandes patrimonios arquitectónicos modernos.

Al mirar con detalle, encontramos jardines muy bien podados, papeleras y contenedores de basura muy bien distribuidos y unos comercios limpios y organizados a lo largo del complejo. Los trabajadores del Parque Olímpico de Beijing se esmeran en mantener unas instalaciones que son parte del paisaje de la ciudad, y que además la divide a la mitad.

Espacios llenos de obras de artes, de amor por el deporte y de la grandeza de su gente que sabe proteger su patrimonio, se encuentran por cada rincón de esta imponente estructura. Seguimos la ruta emocionados por conocer más de un país y una cultura que sorprenden en cada descubrimiento.

 

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