Septiembre se traduce como festivo para el Museo de Ciencias (Muci), ya que el primero del referido mes en el año 1993 fue declarado Monumento Histórico Nacional por la diversa riqueza de sus múltiples colecciones, las cuales alcanzan a un patrimonio de unas 150.000 piezas aproximadamente.
Texto: Prensa Fundación Museos Nacionales
Pero no solo el conglomerado de piezas custodiadas y preservadas para la promoción y divulgación del conocimiento científico son las que otorgan valor a este museo, también es un tesoro patrimonial la belleza arquitectónica de sus instalaciones emblemáticas, donde se fusionan la naturaleza con el arte de dos icónicos maestros: la arquitectura neoclásica y elementos decorativos art déco de Carlos Raúl Villanueva con la estética plástica de Francisco Narváez.
El Museo de Ciencias fue fundado el 28 de octubre de 1875, con el nombre inicial de Museo Nacional. Luego en 1930 por iniciativa de un crítico de arte llamado Enrique Planchart, se proyectó la construcción de los edificios Museo de Bellas Artes y Museo de Ciencias Naturales, inaugurados en 1938 y 1940, respectivamente.
Las colecciones del Muci son diversas, variadas y profusas, es un patrmonio conformado por: antropología física, arqueología, etnografía, herpetología, ictología, invertebrados, mineralogía, ornitología, etnografía, paleontología y teriología entre otros. Dicho de otra manera, este museo resguarda, conserva y exhibe tanto animales como reptiles, mamíferos e insectos, entre otros, como huesos, cestería, cerámica, minerales y muchas piezas más.
En el Muci destacamos la colección de paleontología con fósiles que nos llevan a millones de años en el tiempo, a la megafauna que existió en el estado Falcón, a Uruma la tortuga gigante, al tigre dientes de sable, al purussauros o género extinto de cocodrilo de enormes dimensiones.
Los dioramas africano y de Los Llanos son otras piezas de gran valor en este museo científico. El diorama africano fue realizado por Imberman -Nicky Imber – (fotógrafo, escultor y pintor), de origen judío nació en Viena, Austria, 1920, era de ascendencia judía y tomó las fotografías en Kenia, África, en las cuales se inspiró para hacer el mural. Estos dioramas y la fauna taxidermizada nos dan a conocer la importancia y el valor de nuestra biodiversidad.