El 24 de marzo de 1854 el Presidente José Gregorio Monagas promulgó la Ley de Abolición de la esclavitud, que poco antes había sido aprobada por el Congreso Nacional. Gracias al Planas, este día queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela. Por entonces se mantenía en tan oprobiosa condición algo más de diez mil venezolanos de ancestro africano, la mayoría de la tercera edad. Gradualmente la esclavitud venía extinguiéndose desde los decretos del Libertador de 1816 y la Ley de Vientres de 1821, así como por los cambios operados, en el marco de la Venezuela Agraria, dentro del aparato productivo del país, y a propósito del tránsito de la economía del café a la del cacao.
Por Néstor Rivero Pérez (nestor5030@gmail.com), historiador, docente y abogado.
Para el Diario Vea
Economía y abolición
La Revolución Industrial y el subsecuente incremento en la demanda de algodón para la industria textil europea, así como de añil, café, cacao y azúcar en los mercados de Europa, dio soporte al régimen esclavista y feudal de acumulación de riquezas, tanto en Norteamérica como en la América del Sur y la región caribeña. Y no obstante que Gran Bretaña aboliese en 1807 la trata o comercio de esclavos, dentro de los países suramericanos la esclavitud se mantuvo por varias décadas más, merced la reproducción interna y la trata ilícita instigada por el interés de los plantadores.
Esclavismo y Revolución Industrial
Lo cierto es que a la par de la injusticia y oprobio que en el aspecto moral conllevala conversión de unos seres humanos en objetos legalizados, al reconocérseles como “propiedad” de otros seres humanos, para la época la institución carecía del impacto en la producción de riqueza global que sirvió de asidero para su pervivencia.
En tanto que los plantadores de algodón del sur de los Estados Unidos mostraban para 1854 su tajante decisión de ir a la Guerra de Secesión si el Congreso de dicha nación aprobaba cualquier ley de abolición, ya en Europa y especialmente en el Reino Unido había comenzado un proceso de mecanización de la producción cuyo pivote fue la aplicación de la energía del vapor a la industria textil y la puesta en marcha de llos sistemas de ferrocarriles.
Dicha revolución industrial requería de mano de obra libre para ser contratada en las fábricas; de allí que la colisión entre economía industrial y economía agraria sustentada en la esclavitud debía colidir, tanto por los intereses encontrados, como por las ideologías en que se apoyaban.
De otra parte debe decirse que la decisión de hacer desaparecer el régimen de esclavitud no representaba el desplome de las economías en las cuales dicho sistema de imponía.
Así se evidenció con la abolición de la esclavitud en Haití por su Presidente Toussaint de Louverture. Al contrario, Haití constituyó en las dos primeras décadas del siglo XIX una pequeña potencia exportadora del Caribe, cuyos ingresos, gracias a la conciencia libertaria de sus gobernantes, mantuvo respaldo material y moral a las causas emancipadoras de Tierra Firme, desde los días en que Francisco de Miranda tocó los puertos de la llamada”República Negra” en 1806 para reclutar marineros en su Expedición de ese año sobre Ocumare de la Costa, hasta el patrocinio que Alexander Petion le brindó en 1816 al Libertador Simón Bolívar..
Bolívar abolicionista
Mediante el decreto de Carúpano y la Proclama de Ocumare de la Costa, ambos textos de 1816, el Libertador Simón Bolívar inició en firme el proceso de desaparición de la esclavitud en Venezuela. Y no obstante que dichos documentos consagraban la eliminación inmediata de la oprobiosa institución, la magna reivindicación fue desconocida tanto por el Congreso Constituyente de Angostura de 1819 y por el Congreso de Cúcuta, también de carácter constituyente reunido en la ciudad homónima en 1821.
Monagas
Sería en 1854 cuando gracias al consejo humanista de Simón Planas, ministro del Interior y Justicia, el Presidente José Gregorio Monagas introduce ante el Congreso el proyecto de Ley que debía poner fin al cruel sistema esclavista en Venezuela, logrando su aprobación y colocando de inmediato su ejecútese, tal día como hoy del año 1854.