Un clamor al ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, “que este trabajo se concluya”, viene de parte de quien armó y restauró tan importante reliquia histórica para Venezuela, como lo es la Imprenta del Correo del Orinoco, se trata del instructor jubilado del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces), Edgardo Rivas, quien contó en entrevista para Alba Ciudad, cómo había sido el proceso de restauración para el año 1974.
Texto: Alba Ciudad (Angie Vélez)
Contó en el noticiero Cultura al día, que la iniciativa surge por la solicitud en Ciudad Bolívar para armar esta imprenta por el ruido que causó y que fue solicitada por los contrarios al Libertador, “tanto fue el acoso que los que se encargaban del Correo del Orinoco, no les quedó otra que enterrar la prensa en un terreno, para que no la encontraran. Ahí quedó la prensa durante más de 100 años”.
Posteriormente, la sacaron de donde estaba para ubicarla por partes en unas láminas de madera, por lo que la directora de ese entonces llamó al INCES para que alguien se encargara de reestructurar a esta imprenta.
Luego de 15 a 20 días de trabajo, Rivas hizo una prueba de impresión con resultados favorables para la imprenta que fue agradecido con documentos incluido al Inces.
Recordó que luego de tener las piezas en sus manos, se tuvo que trasladar a Caracas para construir algunas que faltaban, como los mangos de la manila que estaban deteriorados y no existían, un arduo proceso ya que debía darle la misma tonalidad de envejecimiento de la imprenta original. En este proceso participaron varias personas.
Todo un orgullo
Con orgullo contó lo que significa que haya sido el encargado de tener esta valiosa tarea, donde se imprimió el Correo del Orinoco, que ametralló tanto a la oligarquía en Venezuela hace 200 años. En ese sentido, expresó la necesidad de ir al Museo donde se encuentra la imprenta en Ciudad Bolívar, a culminar el trabajo, ya que considera faltan algunas correas que en el momento de la restauración, no consiguió, “son unas correas para trasportar el carro principal, donde van los tipos y volverlo a llevar al sitio donde se va a imprimir”.
Aseguró que el trabajo de la correa en la actualidad se puede realizar con otro material para luego ponerla a funcionar, “yo quiero que funcione, concluir con la impresión de algo, que se sepa que ahí hay el esfuerzo de una persona que tuvo la gran voluntad de llegar a Ciudad Bolívar a culminar ese trabajo tan hermoso”.
Duró aproximadamente un mes en la restauración, para luego ver el resultado final con gran satisfacción, alguna de las letras que quedaron se utilizaron con unas almohadillas de sello, “humedecí algunas letras y le puse un papel, eso fue lo que hice, probar que había funcionada la máquina”.
Cuando vio la máquina en la plaza Bolívar dijo: esta máquina, hay que concluirla, hay que terminar ese trabajo, yo tengo que terminar la jornada que me tracé, que era terminarla con el objetivo de que funcione. Asimismo, se ofreció para ir hasta Ciudad Bolívar para culminar este trabajo que dejó de hacer en aquella época, esto con el apoyo de los dibujos que hizo para las piezas que tenía que fabricar.
Resaltó la importancia de la iniciativa del Gobierno Bolivariano en la restauración de esta importante imprenta de gran valor para los venezolanos, que Rivas puede decir con orgullo y satisfacción, fue el responsable de armarla.
Para quienes estén interesados en contactar con el señor Rivas, pueden hacerlo a través del 0416-931-4059, 0414-100-4951 ó por el 0212-838-9151.
Finalmente envió un mensaje a la juventud que se acerca a la imprenta, a que se informen de qué es lo que se exhibe y qué ocurrió con aquella gran herramienta comunicacional de hace 200 años, así como también al museo ubicado en Ciudad Bolívar.
Felicitaciones muy orgullosa de ti, excelente trabajo. Mis felicitaciones para ti, siempre has sido un duro en la historia de Venezuela, !!! Así cómo fue interesante el correo del Orinoco y su restauración . Sería muy importante para mí comunicarme contigo. Para ver sí podemos restaurar nuestra relación padre e hija.