Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información y vicepresidente de Comunicación, Cultura y Turismo, se solidarizó este lunes con los siete altos funcionarios de Venezuela, que fueron sancionados de manera ilegal y unilateral por la Unión Europea.
Texto: Prensa Mippci
Las sanciones fueron emitidas contra el constituyente venezolano Diosdado Cabello, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena; el Fiscal General, Tarek William Saab; el ministro de Relaciones Interiores, Néstor Reverol; el Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno; al director del servicio bolivariano de inteligencia, Gustavo González López; y al excomandante de la Guardia Nacional Bolivariana, Antonio Benavides. Implican medidas restrictivas, que incluyen una congelación de activos y la prohibición de viajar al bloque.
Advirtió además que estas sanciones no detendrá el derecho de los venezolanos a ser libres, soberanos y demócratas.
“Vayan preparando más sanciones porque lo que viene son más elecciones, más democracia, más consultas y ejercicios plenos por parte de todo el pueblo venezolano de su derecho, por más que nos sancionen, por más que nos agredan, por más que nos bloqueen”, expresó este lunes en declaraciones ofrecidas desde el Palacio de Miraflores, en Caracas.
Golpe al proceso diálogo
Rodríguez alertó que estas sanciones responden a órdenes dadas desde el país norteamericano, con la intención de agredir la Patria venezolana y de atacar la mesa de diálogo, que viene desarrollándose en República Dominicana, entre representantes del Gobierno y de la oposición.
“La Unión Europea ha perpetrado una bochornosa acción. La élite que gobierna la Unión Europea obedeció sumisamente los designios que le diera la administración de Donald Trump“, aseguró.
Recordó que el pasado 13 de enero, día en que se esperaba la firma del acuerdo de diálogo, comenzaron las “presiones harteras de los centro de poder que odian ver y notar como los venezolanos dirimimos nuestros asuntos por vías constitucionales, pacificas y electorales”.
Esta acción fue calificada como un “golpe al diálogo al diálogo de paz” y como “una bofetada contra el presidente Zapatero propinada por estas élites que dominan la UE”, pues, ha sido unos de los acompañantes más insistentes en el proceso de búsqueda pacífica para solucionar la controversia entre ambas partes.