En el Complejo Cultural Teresa carreño se cayeron a palos, pero no de los “palos” mencionados por nuestros abuelos, aquellos que producían euforia al pasarse a la sangre y generar borracheras. Tampoco fue que hubo una reyerta y corrió sangre por los garrotazos. En el Teresa Carreño los palos llegaron como la representación de un juego ancestral que se fue perdiendo por la transculturación y que de alguna manera se resguardó en Lara, bajo el Tamunangue bailado a San Antonio.
Texto: CiudadCCS (Igor García / Yessirée Blanco) / Fotos: Fundación Museos Nacionales
Sucedió que en las áreas de este complejo cultural se realizó entre el 17 y el 19 de julio el II Encuentro de Jugadores de Garrote, donde se presentaron 11 representantes de patios de juego para dar a conocer sus impresiones sobre la evolución de esta práctica, para recuperar la tradición perdida y para unificar criterios en relación a las normas usadas, las destrezas desarrolladas y la producción y embellecimiento de los garrotes.
Jesús Ramos, en su condición de historiador e investigador de la evolución del juego del garrote en el país, dice que esta era una actividad común y que periódicos como la Gaceta de Caracas de principios del siglo XIX lo mencionan.
Eduardo Sanoja, uno de los más antiguos recopiladores de relatos sobre el particular, señaló que probablemente nuestro juego de garrote sea una simbiosis de acciones parecidas a las ejecutadas en las islas canarias, que llamaron Palo Chico.
Miguel Ángel Cordero, representante de un patio en Agua Viva, en el municipio Palavecino del estado Lara, dijo, por su parte, que antes de ser empleado en el baile del Tamunangue ya se usaba como parte de un sistema de defensa para salvaguardar la honra de la familia o la falta de palabra en algún negocio o trato entre particulares.
TRES DÍAS DE GARROTE
Laura Carrera, directora del Museo Nacional de Arte Popular y parte organizadora de la jornada, explicó que la realización de este evento tuvo su origen en el I Encuentro de Jugadores de Garrote escenificado en Barquisimeto en noviembre del año 2013.
El fin era homenajear, en primer lugar a Ambrosio Aguilar, a Eduardo Sanoja y a Danny Burgos, quienes han tenido una destacada trayectoria en la ejecución de este arte.
Luego estaba la necesidad de integrar a todos los grupos que vienen realizando la recuperación de este juego en todo el país, el unificar criterios en cuanto a la historia, le ejecución y la manera de hacerlo conocer como una forma autóctona de defensa personal que data de tiempos ancestrales.
Por ello, durante los tres días en que se realizó la actividad se presentaron piezas teatrales, videos, talleres de técnicas básicas, técnicas avanzadas, su uso dentro del Tamunangue y la manera de encabuyar y de adornar estos garrotes para el juego.