Texto: Angie Vélez, Alba Ciudad
Desde hace tiempo se ha venido batallando con la guerra económica en nuestro país, motivo por el cual se han desarrollado varios planes para atacarla. Hasta el día de hoy, el pueblo venezolano sigue sufriendo las consecuencias del acaparamiento de las empresas privadas, exponiendo a la comunidad a hacer colas para adquirir los productos básicos de primera necesidad.
Eduardo Samán, docente universitario, farmaceuta y miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), fue entrevistado en el programa Radio Candela de Alba Ciudad el pasado 6 de junio. Asegura que una de las formas de combatir esta guerra económica, es con la producción de materia prima para romper con el modelo económico dependiente: “tenemos que empezar a producir las materias primas, porque cuando tratamos de fabricar, nos topamos con que no hay materia prima, porque las materias primas son importadas y por lo tanto se requieren divisas”.
Apuesta por más unidades de propiedad social directa, donde exista contacto con el productor del campo y donde el estado participe facilitando los medios para que la producción se dé, y así se pueda romper con los oligopolios para darle poder al pueblo, tras ejercer su propia actividad económica.
Todo esto sin dejar a un lado el asistencialismo que se la ha venido brindando a la comunidad, a través de servicios como Mercal casa por casa, ya que no se puede dejar de atender a la población más afectada por la guerra económica. Lo complementa con la idea de que el pueblo tiene que movilizarse y tomar las empresas que estén paralizadas; por ejemplo, Conservas Alimenticias La Gaviota, ubicada en Cumaná, estado Sucre, una enlatadora de alimentos marinos que fue recuperada y se puso a producir, pero ahora está paralizada. “Nadie toma la iniciativa de volver a poner a funcionar la empresa”, acotó.
“Tierra del estado que este baldía, hay que organizarse y tomar esas tierras para producir lo que necesite el pueblo”, expresó Samán.
El tema de economía es arduo; sin embargo, Samán apunta no ser economista, “pero si comunista”, dijo citando al Che Guevara. Recordó cuando el comandante Hugo Chávez decía “que la guerra es muy importante para dejarlo sólo en mano de los militares”; el parafraseaba eso y decía: “la economía es tan importante que no se puede dejar sólo en mano de los economistas”. Es entonces cuando entra el papel del pueblo para defender su economía con la producción, empezando por sembrar desde cultivos organopónicos, hasta los cultivos más grandes a nivel nacional.
El área farmecéutica
Samán es un farmacéutico de profesión. Da clases de química general. No se desarrolló como farmacéutico, pero si ha estado ligado a este tema: él analiza el tema farmacéutico de nuestro país en estos tiempos y expresa cómo ha visualizado el cambio de la profesión, de pasar ser un artesano o galeno que fabricaba los medicamentos en la farmacia, teniendo plena soberanía sobre la producción de medicamentos ya que tenían laboratorios en cada farmacia, a ser meros importadores y revendedores de medicamentos.
Asegura que estamos importando hasta la sal de grado farmacéutico y el agua destilada para hacer suero fisiológico, cuando en nuestro país tenemos la salina de Araya para extraer ese compuesto. “Se traen 290 toneladas de cloruro de sodio grado farmacéutico para la fabricación de sueros y algo peor: importamos los sueros elaborados, la botella de un litro, compuesta por 0,9 % de cloruro de sodio y 99,1% de agua”, lo que quiere decir que también estamos importando agua destilada.
“El sector farmacéutico va más adelantado en el proceso de la globalización. El estudio de este sector nos ayuda a ver por adelantado que va a pasar con el resto de los sectores industriales y el proceso productivo”, explicó. En él comenzaron las fusiones con las grandes corporaciones, el mercadeo comienza primeramente con el tema farmacéutico y después van al resto de los sectores industriales, recordó Saman.
“La industria farmacéutica durante los años cincuenta, en la postguerra, vive un cambio en el modelo económico mundial impuesto por los vencedores de la guerra, la Unión Soviética por un lado y EEUU por el otro. Sufríamos la influencia directa de los EEUU luego de que ellos decidieran aplicar la llamada Doctrina Monroe, y decidieran, desde finales del siglo XIX, intentar anexarse a Latinoamérica. Dijeron: “América, para los americanos: ¡esto es de nosostros!“, y se han metido en nuestros asuntos internos desde esa época: han influido, han conspirado, nos han impuesto cosas”.
En la actualidad, al ser dependientes de productos terminados y ensamblados, requerimos divisas para comprar productos para nuestras necesidades como país. Lamenta que la economía mundial esté bajo el control de lo que ejerce Estados Unidos (EEUU) a través de su aparato comunicacional, de la publicidad, de los patrones de consumo, que son patrones culturales.
Diferencia entre una economía socialista y una capitalista
“La gran diferencia entre el capitalismo y el socialismo, es que en el capitalismo se acepta la explotación, se acepta a que una persona se apropie del trabajo ajeno, que se apropie del fruto de la plusvalía de lo que produce el otro. En la ética capitalista se ve eso normal. En el capitalismo, si se tiene una fábrica que está produciendo zapatos y producen 100 pares diarios, resulta que con 50 pares se pagan todos los gastos y los otros 50 pares vendrían siendo las ganancias. Pero no hay una distribución equitativa de esa riqueza, el trabajador las primeras 4 horas trabaja para pagar todo y las otras 4 las trabaja para regalo al patrón. Eso es lo que en economía es la explotación”, sentenció Samán
Desde el punto de vista ético, visto por el socialismo, la explotación es mala, “porque si no existiera la acumulación, no necesitaríamos trabajar todos 8 horas, porque trabajando todos, sin desempleos y sin acumulación, sino disfrutando de la riqueza que se genera, hubiese bienes y servicios suficientes para todos los habitantes del planeta”.
“La diferencia entre el socialismo y el capitalismo es romper con la relación de explotación , en eso consiste la revolución”.