Este sábado 7 de febrero, en los espacios del colegio Agustín Codazzi, en la ciudad de Maracay, se desarrolló el I Encuentro del Movimiento “Hecho en Venezuela”, parte de las iniciativas que se han articulado, a través del Poder Popular y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, para convocar a los movimientos emergentes venezolanos. En este caso, se trató de juntar a quienes producen directamente, desarrollan o participan en proyectos que impulsan de alguna forma el aparato productivo del país.
Prensa MPPC (Texto: Javier Bastardo / Fotos: Óscar Arria)
Este primer encuentro contó con alrededor de 40 participantes de los estados Carabobo, Miranda, Vargas y Aragua. A pesar de que la convocatoria incluía a Distrito Capital, los compañeros no pudieron asistir, así que acordaron repetir esta experiencia en Caracas, el día jueves 12 de febrero.
Quienes asistieron compartieron, una a una, sus experiencias productivas, demostrando que hay mucha gente trabajando, haciendo cosas útiles para el desarrollo de la sociedad. Asimismo, a través de este diálogo entre pares, pudieron compartir sus impresiones acerca de las necesidades y dificultades del gremio a nivel nacional.
Entre los puntos álgidos en los que coincidieron resaltó la problemática de la materia prima, ya que, por un lado, la obligatoriedad de la importación se hace de difícil acceso; y por otro, los materiales nacionales tienen costos exacerbados.
Sin embargo, ante estas dificultades se plantearon alternativas de valía, pensadas en pro del advenimiento de una mejora sustancial para las condiciones de los productores. Casas comunales de procesamiento de cuero, empresas socioproductivas de tratamiento de metales, entre otras, fueron algunas de las propuestas para conseguir mayor potencialidad en la producción.
También se señaló la disposición que han de tener para trabajar con los materiales de su medio. “No porque yo no consiga un material específico voy a dejar de producir, allí es donde demuestro mi creatividad transformando la materia que me brinda mi entorno”, enfatizó Alba Castillo.
Como muchos de los que asistieron son artesanos, se detuvieron a pensar la necesidad de tener un mercado especial que les permitiera, si bien no competir directamente con el comercio de mercancías industriales, al menos sí dar a conocer su trabajo, difundirlo y crear nexos de mayor alcance.
Experiencias productivas que van de la talabartería a la siembra y cultivo de la moringa, pasando por experiencias con telares y diversas técnicas de tejido artesanal ancestral, sin olvidar la producción de bombones de chocolate confluyeron en este I Encuentro de la región central de Hecho en Venezuela.
En la reunión se hizo especial énfasis en la necesidad de que este movimiento partiera de una premisa fundamental: socializar el conocimiento. Al tratarse de una red donde confluyen diversos productores, lo que se busca es que todos esos saberes sobre el trabajo manual puedan ser compartidos y difundidos. Los productores allí reunidos reconocieron que, para lograr mantenerse con el devenir del tiempo, las experiencias productivas deben ir de la mano con espacios formativos.
Henán Zamora, quien se acercó a este I Encuentro desde Carabobo, nos dijo que como trabajadores comprometidos con la reactivación del aparato productivo no hay que tomarse la labor a la ligera. “No podemos seguir alimentándole a la gente el estómago, el cuerpo y no alimentarle el corazón ni el cerebro a nivel social con propuestas de solidaridad, de amor, de responsabilidad, como las que estamos haciendo nosotros aquí”, afirmó.
Otra participante, Yicel Soto, nos brindó su opinión crítica para la mejora de próximos eventos, aportando posibles soluciones desde su experiencia: “Me parece que necesitamos muchísima más organización. Para eso, principalmente necesitamos un censo de lo que hacen, quiénes son y de dónde son las personas, porque si no es difícil establecer la conexión”.
En este I Encuentro de la región central de Hecho en Venezuela fueron muchas las inquietudes y propuestas que surgieron, pero lo más importante para quienes asistieron fue la posibilidad de encontrarse para pensarse en colectivo, para reconocerse como comunes y plantearse proyectos que involucren soluciones para todos.