Una multitud de caraqueños se acercaron el pasado viernes a la Plaza Carlos Gardel, en la estación Caño Amarillo del Metro de Caracas, para disfrutar del Velorio y Tamunague a San Antonio de Padua, actividad en la que participaron el Centro Nacional de Danza, la Compañía Anónima Metro de Caracas, Damas Bolivarianas del Calvario y otras organizaciones comunitarias de la zona, cultores y decimistas. En la actividad participó el viceministro de Cultura, Néstor Viloria.
Texto: Alba Ciudad, FCND y AVN
Fotos: AVN y FCND (Marinera Matos)
Los Sones de Negros o Tamunangue es un baile que se celebra en algunos lugares de Lara y otros estados del occidente del país, como Portuguesa, Falcón y Yaracuy. Además de ser una danza, es una ceremonia religiosa-popular que resultó de un proceso histórico gestado durante la colonización.
El baile consta de siete etapas o sones, La Bella, El Yiyivamos, La Juruminga, La Perrendenga, El Poco a Poco, El Galerón y El Seis Corrío. Cada baile tiene un juego coreográfico que va desde la simulación de diversas formas de cortejo y galanteo, pasando por burlescas caricaturas de relaciones de poder y dominación entre la pareja, hasta la realización de complejas figuras entrecruzadas entre tres parejas de baile.
Los tamunangueros normalmente visten, en el caso de las mujeres, con faldas floreadas y blusas blancas, y los hombres con pantalones, camisa, alpargatas y sombrero. El garrote es un instrumento fundamental en esta danza. Su música es de una gran riqueza rítmica y melódica y se ejecuta con un tambor similar al Cumaco, maracas e instrumentos de cuerda como el cuatro, el requinto, el medio cinco y el seis cordófono muy popular en la región, informó un boletín de prensa del Ministerio para la Cultura.