El público asistente al auditorio del teatro Teresa Carreño de Caracas, aplaudió y deliró con este nuevo experimento del director de El cabildo del son, Pancho Amat
Texto: Granma (Osviel Castro Medel)
Cuando, en el final de la presentación, después de más de dos horas de contagiosa música, Pancho Amat llamó al joven Miguel Siso al escenario del teatro Teresa Carreño muchos de los espectadores se asombraron.
No entendían cómo un muchacho talentosísimo en la interpretación del cuatro venezolano podría insertarse dentro de una agrupación cubana, nada más y nada menos que acompañar, con su instrumento, al son.
Sin embargo, Siso pasó la prueba, llevado —claro está— por la magia de Francisco Leonel Amat Rodríguez, el verdadero nombre del tresero fabuloso nacido en Güira de Melena y que en este abril cumplirá 64 años.
El público aplaudió y deliró con este nuevo experimento del director de El cabildo del son, quien no se ha cansado de demostrar que la música jamás será rígida en las casillas de sus géneros y que son infinitos los senderos para enriquecer nuestras composiciones.
“Habrá sorpresas, vamos a poner a tocar juntos al joropo y al son”, había dicho horas antes Amat, uno de los fundadores de Manguaré, el grupo fundado en 1971 que probó su versatilidad para interpretar diversos ritmos latinoamericanos y que llevó a Cuba algunos de los acordes de la Nueva Canción de Chile, tras un viaje a ese país andino.
Y en verdad hubo un hermoso “acoplamiento-competencia” entre el tres y el cuatro, para el beneplácito de los presentes en el Teresa Carreño, entre los que se encontraban el embajador cubano en Venezuela, Rogelio Polanco; la conocida cantante Cecilia Todd y el intérprete lírico y actual ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito.
“Me lo quiero llevar (a Siso) para el festival de changüí en Guantánamo”, también había adelantado El Rápido de Güira de Melena.
Por cierto, la presentación de El cabildo… sucedió a la de la agrupación de Ismael Querales (1953), quien exhibió junto a sus músicos las numerosas vertientes del joropo y las inmensas posibilidades de la bandola, la mandolina y, por supuesto, del cuatro. Él y Pancho se sumaron así a la jornada Abril de victorias, que recuerda con diversos eventos la derrota al Golpe de Estado de abril de 2002 en Venezuela y el triunfo de G