Cientos de personas se congregaron este jueves en la ciudad de Santiago, capital de Chile, para protestar por la visita que el dirigente de la oposición venezolana, Henrique Capriles, realiza a la nación sudamericana, como parte de una gira a países de la región con el fin de buscar apoyo para impugnar las elecciones que se realizaron el pasado 14 de abril, en las que fue derrotado por el actual presidente Nicolás Maduro, y que han sido respaldadas por toda la comunidad internacional.
Texto: VerdadAhora y PiensaPrensa
La protesta se realiza en el edificio del ex Congreso Nacional de Chile en Santiago, que fue la sede de las dos cámaras del Congreso Nacional desde 1876 hasta 1973.
Previamente, Capriles sostuvo una reunión con el director de El Mercurio, Cristián Zegers, y los integrantes del Consejo Editorial y de Redacción del diario de circulación chilena, informó este jueves Globovisión. Durante el encuentro, Capriles “abordó temas como la realidad política venezolana” y “la solicitud que se hiciera en meses pasados a la Unasur para auditar los resultados de las elecciones presidenciales del 14 de abril” en Venezuela.
La prensa ha confirmado que el gobernador almorzará con dirigentes de la Alianza y se reunirá con la directiva de la Democracia Cristiana. Globovisión agrega que Capriles sostendrá un encuentro con la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, en el Museo Casa Colorada, concluyendo en la tarde con una visita al Monseñor Ricardo Ezatti y una conversación que mantendrá con venezolanos residentes en Chile, en el Antiguo Congreso.
“Seguramente (Capriles y sus acompañantes) tendrán gran cobertura en el diario del fascismo ‘El Mercurio’ y en otros medios al servicio de la dictadura mediática”, anticipaba esta semana el columnista Euribes Guevara.
Como cómplice y encubridor de los crímenes de la dictadura de Pinochet, el dueño de El Mercurio, Agustín Edwards Eastman, es el personaje ideal para apoyar mediáticamente a Henrique Capriles en su campaña de desestabilización contra Venezuela. En las memorias del ex vicedirector de la CIA, Vernon Walters, Edwards es sindicado como “el principal recurso” de la Agencia en toda Latinoamérica.
Según el libro “Legado de Cenizas: Historia de la CIA” del periodista Tim Werner, en septiembre de 1970 Edwards voló a Estados Unidos para juntarse con su amigo Donald Kendall, gerente superior de la Pepsi y uno de los principales financistas del entonces presidente norteamericano Richard Nixon. Tras la cita, el director de la CIA Richard Helms se reunió con Edwards en el Hilton de Washington. Allí hablaron sobre la posible fecha para un golpe militar contra Allende.
En total, la CIA entregó un millón 950 mil dólares (8,5 millones de hoy) directamente a Edwards y “El Mercurio” para levantar una campaña contra el presidente socialista. La fructífera relación de Edwards con la embajada norteamericana en Santiago se mantiene hasta hoy, como continuación de la histórica Operación Sinsonte (Mockingbird) que pretendía reclutar e infiltrar a medios de comunicación, para propósitos de propaganda partidaria a la política exterior de Estados Unidos, en períodos de la Guerra Fría.