“Después de 15 años de matrimonio le pedía mucho a San Juan porque quería tener otro hijo. Una tarde estaba en mi casa sentada en el mueble. Frente a mí estaba la imagen del santo. Me le quedé viendo y le dije: cónchale, San Juan, te pedí algo y no me lo has concedido, no te voy a vestir este año. A los tres días, estoy otra vez en el mismo lugar y vi cuando la imagen se vino y cayó al suelo. Me paré para agarrarla y estaba totalmente partida, no quedó ni siquiera para pegarla”, relató Yamileth Hernández.
Texto: Marián Martínez, CiudadCCS / Fotos: AVN
Poco después, luego de comprar una nueva imagen del santo, quedó embarazada y, al tiempo, dio a luz a su hija Anabel. Este hecho reafirmó la fe de Hernández, habitante del 23 de Enero, que año a año venera a San Juan, cuyo culto tiene su apogeo los 24 de junio.
Cada 24 de junio se celebra su nacimiento y, aunque esa fecha fue fijada por la Iglesia católica, la celebración guarda una estrecha vinculación con los ritos mágicos y espirituales de los indígenas y africanos que habitaban estas tierras cuando llegaron los españoles.
“Realmente lo que veneraban nuestros ancestros, africanos e indígenas, era el solsticio de verano que se da el 21 de junio y es el día más largo del año. Adoraban el Sol y a la naturaleza. Los españoles nos impusieron un santo que aceptamos, pero lo mezclamos con los tambores y la maraca indígena, entre otros rituales propios”, explicó Richard Mendoza, de la agrupación tradicional Tambores de San Juan, de Naguanagua, estado Carabobo.
En algunos lugares los toques de tambor empiezan desde el día 21. Es emblemática la fiesta que se realiza en los estados Aragua, Miranda, Vargas, Carababo y Yaracuy.
Caracas también ha adoptado la festividad y en muchas parroquias le tocan y bailan a San Juan. La cultora Marisol Carreño, del 23 de Enero, comenta que en la ciudad se han hecho algunas modificaciones. “La celebración se destaca en los estados de la costa porque era donde estaban arraigadas las haciendas de cacao, lugar al que llegaron los españoles. Aquí en Caracas los cultores mantenemos viva la tradición pero con algunas adaptaciones propias de la urbe. Se hace una fusión y celebramos nuestro San Juan”, dijo Carreño.
En el estado Carabobo la fiesta empieza el 31 de mayo con la aparición de San Juan. Hacen el altar de la Cruz de Mayo y a las 12 de la noche apagan todas las luces, se quitan las cruces, y cuando se encienden ya el santo está en el altar. Se comienzan a cantar sirenas y los toques de tambor.
Los estados Aragua, Carabobo y Yaracuy tienen muchas similitudes en cuanto a los días que lo celebran. En Barlovento son los días 23, 24 y 25. En Yaracuy hacen las entregas de banderas en agosto, mientras que en Carabobo la despedida es el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen.
Los preparativos empiezan el día 23. En Carabobo, por ejemplo, a las cinco de la mañana se le canta el Ave María, la gente de la comunidad se reúne para preparar el altar, con flores, frutas y granos. Los parranderos salen a recibir la misa, después recorren las calles hasta llegar al sitio donde está el altar y ahí amanecen.
El 24 a las cinco de la mañana se trasladan al río. Se bautizan con el santo porque se dice que ese día las aguas están benditas. Siguen en procesión por las calles y aquellas personas que le hacen promesas lo colocan en un altar frente a sus casas, ahí se detienen, le cantan sirenas y golpes de tambor.
En algunas casas les ofrecen sancochos, porque la gente sabe que andan amanecidos parrandeando a San Juan. Cantan, comen, se quedan un rato y así van de casa en casa. La celebración termina a las 12 de la noche cuando llegan al altar de donde partieron en la mañana, lo colocan de nuevo, le cantan el Ave María y se despiden.
TAMBORES Y COLORES
“Aragua, Carabobo y Yaracuy tenemos muchas similitudes en cuanto a los días que lo celebramos. Lo que varía, más que todo, son los ritmos de tambores. El que se toca en Carabobo no es el mismo culo e’ puya o la mina de Barlovento. En Aragua está el golpe de cumaco y en Yaracuy lo llaman corrío, que es más rápido y más jocoso. En Carabobo tocamos golpes de tambor y sangueos”, comenta Mendoza, quien ha mantenido por 40 años la tradición.
Las llamadas mariposas son las niñas y mujeres que van antes que el santo ondeando banderas multicolores al ritmo que les tocan. Ellas limpian y marcan el camino para que pase San Juan Bautista, quien viene atrás seguido por los músicos.
El baile es muy similar en todos los estados. Acostumbran a llevar al santo en los hombros mientras van bailando. Por lo general, las mujeres usan faldas de colores con faralaos, llevan pañuelos en la cabeza y cotizas. Los hombres combinan el blanco y el rojo.
Las sirenas, los golpes de tambor y el sangueo son los cantos que acompañan el recorrido del santo. En los estados costeros lo pasean en lancha.
RITOS ANCESTRALES
Cortarse el cabello para que crezca abundante y bonito es uno de los rituales que se practican el día de San Juan. Mucha gente también le pide para tener fertilidad, mientras que otros esperan que los ayude a conseguir novio o novia. Incluso hay quienes agarran un plato hondo, le echan agua y dos agujas dentro, si se juntan es porque habrá matrimonio o van a conseguir pareja.
“También echan un huevo en un vaso con agua y leen lo que dice. Esos rituales son una mezcla entre la sabiduría indígena y la africana y los hacen las personas que tienen ese don especial, no todos podemos hacerlo”, señala Mendoza.
Para la cultora Marisol Carreño “es un día de fiesta, de gloria y de espiritualidad porque el agua está bendita”.
Mientras Medoza señala que la celebración es una fiesta “comunitaria porque todas las flores que les pongo las recogen los vecinos, concurre toda la comunidad y cada quien aporta un granito de arena. Más que la fe y la devoción que le tenemos a San Juan Bautista, lo que nos ha permitido mantener la tradición por tanto tiempo es la aceptación e incorporación de la comunidad”.
Primo de Jesús
San Juan Bautista, conocido como El precursor de Jesucristo, es hijo de Zacarías e Isabel, prima de la Virgen María. Cuenta la historia que Isabel era estéril, pero cuando ya eran viejos un ángel le anunció a Zacarías que tendría un hijo que se llamaría Juan. Él no creyó y como castigo quedó mudo hasta que nació el niño. Seis meses después, María quedó embarazada, cuando se enteró fue a visitar a Isabel y Juan saltó de gozo en el vientre de su madre. De su adolescencia se conoce poco, solo que se fue a orar al desierto. Dicen que cuando tenía 30 años empezó a predicar un bautismo de penitencia en el río Jordán.
Cuando Jesús acudió para pedirle que lo bautizara, Juan le dijo que era Jesús quien debía bautizarlo a él, pero Jesús insistió y después de recibir el bautismo vieron cómo se posaba el Espíritu Santo sobre su cabeza. Los escritos reflejan que muchas personas iban al río Jordán para ser bautizadas por el precursor.
Aquí aparece el rey Herodes, esposo de Herodías, quien antes había estado casada con su hermano Filipo. Juan le recriminó a Herodes el haberse unido con la esposa de su hermano. Después de un banquete en el que bailó la hija de Herodías, el rey quedó encantado y le dijo que le pidiera lo que quisiera. Ella consultó con su madre y terminó pidiendo la cabeza de Juan, quien fue decapitado para complacer a la joven. Es importante resaltar que a San Juan y a Jesucristo son los únicos santos a los que se les celebra su nacimiento.