Nació el 18 de mayo de 1791 en el Hato Curaidebo, situado entre Pueblo Nuevo y El Vínculo de Paraguaná, en el estado Falcón. De joven fue testigo de los acontecimientos del 19 de abril de 1810. En 1821, año crucial del proceso independentista de Venezuela, se alzó con 300 esclavos en el hato de su familia en Paraguaná. Josefa Venancia de la Encarnación Camejo, mejor conocida como Josefa Camejo o La Camejo, heroína del proceso independentista suramericano, puso toda su rebeldía de mujer venezolana, su pasión, su entereza, su amor y vida por la causa independentista, republicana y patriótica. Este 18 de mayo se cumplen 224 años del natalicio de esta heroína de la libertad.
Texto: AVN
Los acontecimientos del 19 de abril de 1810, que se constituyeron en el primer paso de la independencia venezolana, fueron vividos en Caracas por Camejo cuando tenía 19 años de edad, recordó Neyla Bracho Martínez, una de las estudiosas de la heroína falconiana.
Para Bracho, aquellos hechos políticos marcaron a la joven, comprometida para siempre por la consolidación de la independencia venezolana.
Siempre fue una militante activa por la causa revolucionaria. En 1811, cuando vivía en Barinas, región llanera del país, suscribió un documento titulado Representación que hace el Bello Sexo al Gobierno de Barinas.
En este texto, las mujeres firmantes se ponían a las órdenes del ejército patriota para la defensa de la zona, a sabiendas de una invasión que gestaban las fuerzas realistas a través de San Fernando de Apure.
En 1813, Barinas fue asediada por tropas imperiales al mando de José Antonio Puey. El gobernador se vio en la necesidad de trasladar a la población hasta San Carlos, Cojedes.
En esta travesía no solamente intervino Camejo, también su madre, que en el periplo se ahoga al cruzar el río Santo Domingo. Este hecho dejó una huella profunda en la vida de la joven.
Al mando de Urdaneta
Los hombres de Barinas, desalojados de su tierra, se unieron a las tropas de Rafael Urdaneta, uno de los comandantes republicanos más fieles a la causa bolivariana. No aceptaban mujeres. Por esta razón, Camejo se vistió de hombre junto a su amiga Manuela Tinoco, con lo cual pasó desapercibida y pudo unirse a las tropas del general patriota en San Carlos.
Fueron a Nueva Granada. En ese viaje, las dos chicas curaron a los enfermos y a los heridos de guerra. Durante un lustro, Camejo estuvo exiliada en Colombia. Allí se unió a las familias republicanas.
En 1818, a los 27 años, regresó a Venezuela. Viajó disfrazada de vagabundo. Retornó a Coro. En esta ciudad se unió a los alzamientos en contra de las fuerzas realistas, hasta que la importante provincia venezolana quedó liberada por las fuerzas republicanas.
No se sabe con certeza el año de la muerte de Josefa. Tampoco el lugar. Pudo haber fallecido en 1862 o 1863, a los 71 o 72 años de edad.
Se retiró luego de la independencia y pereció mucho tiempo después. Una versión sostiene que se fue a las haciendas propiedad de su familia, donde finalizaron sus días. Otra historia indica que murió en Ciudad Bolívar, al sur del país.
Como testimonio de su lucha en Curaidebo, en el sector Baraived, parroquia El Vínculo, se erige la casa donde vivió la heroína. Este lunes 18 de mayo, como todos los años, esta casa falconiana se llenará de honores por la memoria de una de las mujeres de esta patria que se entregó por la causa de la libertad.
buena mujer