Del cuerpo humano se trata, de pintarlo, de tatuarlo, de perforarlo; pero siempre el cuerpo como hecho u objeto artístico. Bajo esa premisa se encontraron tatuadores, perforadores y pintores corporales este martes en los espacios de la Galería de Arte Nacional, en Caracas. “El cuerpo es el templo, es el eje donde nace nuestra vida, es lo único verdaderamente nuestro, palpable. De lo único que tenemos control, es de nuestro cuerpo”, expresó Gisel Soto, perforadora de Aragua.
Prensa MPPC (Texto: Laura Farina / Fotos: Milángela Galea)La artista considera que hace un arte vinculado a lo tribal porque utiliza joyería de vidrio, la cual tiene una tradición de 5 mil años en Egipto. De esta forma, reconoce que sus creaciones son adaptaciones actuales de una práctica milenaria. También sostiene que el legado de los pueblos originarios de América fue interrumpido por la colonización española, pero que es la raíz de lo que está presente.
“Cuando nos formamos como perforadores corporales modernos lo hacemos bajo regímenes completamente actuales; en un sistema capitalista donde la pieza ya no es de bambú manufacturada por el indio sino que es de acerco, de titanio o niobio”, aseguró Soto.
De estas y otras cosas conversaron cerca de cincuenta artistas de la región central de Venezuela (Distrito Capital, Vargas, Aragua, Miranda y Carabobo), quienes se reunieron con el objetivo principal de organizarse para poder proponer políticas culturales y defender sus derechos como trabajadores de la cultura.
Así es como sugirieron revivir encajonados proyectos de ley garantes de unas condiciones laborales dignas, prestaciones sociales y seguridad, tanto a los creadores como al público que destina su cuerpo para ser intervenido: medidas de sanidad que hagan viable este oficio.
“Con el boom que hay con el tatuaje, hay mucha gente que está experimentando ser tatuador de un día para otro. Por eso es necesario que se cree conciencia. Que esto es algo delicado, que lleva tiempo de aprendizaje, que uno se tiene que especializar en ciertas cosas…”, expresó Leonel Castro.
En cuanto al contenido de los dibujos, la mayoría de las y los asistentes resaltó la diferencia entre ser un mero tatuador y ser un artista del tatuaje. En ese sentido, es esencial que haya una conexión entre el “cliente” y el que va a realizar la obra, explicaron.
“Que la gente entienda que tenemos unas raíces, y valorarlas, entender que esto es algo más que sólo lo monetario. El tatuador tiene que buscar un valor cultural al tatuaje y apartar un poquito lo monetario. Y el que se tatúa también tiene que entender eso”, aseguró Castro.
Uno de los temas más importantes fue la preocupación por garantizar la trasmisión de conocimientos. Que el arte corporal venezolano, considerado de muy buena calidad, no muera en unos pocos exponentes, sino que sea accesible a otros y otras. Para eso, propusieron crear espacios de capacitación en escuelas como la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte).
La iniciativa no es crear un pensum, sino realizar talleres, seminarios o charlas donde participen artistas internacionales, pero sobre todo venezolanos.
En cuanto a la adquisición de los insumos, tanto para tatuar como para realizar perforaciones o pintar un cuerpo, la definieron como “un milagro”. “Los que traen materiales traen la peor calidad, y lo venden al mayor precio”, sentenció Javier Maestre. Las ganancias rondan al 1.600 por ciento.
La solución: apropiarse de los medios de producción. Crear una fábrica de productos en base a los conocimientos que ya existen –¿cómo los pueblos originarios realizan sus pinturas?– e incorporar los que sean necesarios. Por ejemplo, haciendo uso de los convenios con China o Brasil, a través del Mercosur.
“Lo importante es que nosotros podamos organizar los movimientos artísticos que no están tan ligados a la cultura tradicional”, concluyó Gustavo Reinaldo Colman, tatuador y músico.
Con estos primeros pasos se busca conformar un movimiento nacional de arte corporal que garantice mejores condiciones –tanto para los clientes como para los artistas–, reconozca esta práctica como parte del acervo venezolano y, en un año de retos económicos, fomente la producción nacional.
Éste fue el primer encuentro, el cual continuará su viaje por la región oriental (Anzoátegui, Nueva Esparta, Sucre, Monagas) el próximo 6 de febrero en la ciudad de Barcelona. Para más información, puede comunicarse a través del Twitter: @RedArteCorporal o el Facebook: redvartecorporal.