Chávez puso patas arriba la interpretación tradicional de nuestra historia y la liberó. Obró una épica cultural de grandes proporciones: interrogó, dudó, cuestionó toda las verdades establecidas, dadas por ciertas. Y se metió con el meollo del asunto… los paradigmas. A veces creíamos que era en broma, que se movía en lo anecdótico, pero en realidad andaba jugando pelota caribe, duro, en el terreno de la memoria colectiva.
Dos gestos políticos dejaron profundas huellas culturales entre nosotros. La primera fue el mismo 4 de febrero de 1992, al colocar a Bolívar como capitán de la rebelión cívico militar. Al hacerlo, liberó al reo más preciado de las oligarquías de todos los tiempos; el Libertador volvió a fundirse con su pueblo y recobró vida nuevamente en el corazón de los humildes. Diez años después mete el dedo en la otra llaga. Firma un decreto el 10 de octubre de 2002 (entre el golpe de abril y el sabotaje petrolero) que puso en serio aprieto el sustrato todo del sistema interpretativo de nuestra historia. Volteó la tortilla, es decir, cambió la cámara de posición, cambió de anteojos.
El 12 de octubre de 1492 ya no debe ser más el Día de la Raza, ni el Día del Descubrimiento, ni siquiera el del Encuentro de Dos Mundos, nos retó. Ahora vamos a fondo: ¡Día de la Resistencia Indígena! y nos invitó a desactivar la médula del dispositivo de la dominación ideológica y cultural ¡Día de la Resistencia Indígena! En un instante reconocimos 15 mil años de historia del pueblo venezolano, de la historia de los pueblos indígenas como materia viva y actual.
Chávez hizo lo que le tocaba, lideró hasta donde la vida le alcanzó la inmensa tarea de descolonizar nuestra historia y nuestra memoria. Todavía oímos voces que como una muletilla repiten las viejas lecciones y no se sorprenda cuando en una cartelera escolar encuentre la frase: “12 de octubre Día de la Raza” Es la insolente longevidad de las viejas nociones.
Nos toca persistir, completar juntos esta tarea decisiva para la reafirmación del Proyecto Nacional Simón Bolívar y para alzar la patria buena, la patria socialista. Sigamos escribiendo y reescribiendo la “historia insurgente”
Pedro Calzadilla
Caracas, 12 de octubre de 2020.