El Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos (Celarg) dio inicio al mes de julio con el foro “Redes, Mentiras y Bloqueos”, un espacio para reflexionar sobre el papel de las redes sociales, la desinformación y los bloqueos en la actualidad. Este foro estuvo conducido por la periodista Tania Díaz, rectora de la Universidad Internacional de la Comunicación, y los periodistas Miguel Ángel Pérez Pirela, conductor de La Iguana TV, y Rolando Segura, corresponsal de Telesur.
Texto y foto: Prensa MPPC (Alfredo Tamayo)
El presidente del Celarg, Pedro Calzadilla, dio las palabras de apertura destacando el título del foro como una alusión del film de 1989 de Steven Sorderbergh “Sexo, Mentiras y Videos”. Asimismo, la oportunidad fue propicia para presentar el nuevo diseño del logotipo de la institución cultural y literaria que cumplirá 50 años de fundada el próximo 30 de julio.
Una universidad para comunicar la verdad
Tania Díaz comenzó reconociendo el desempeño ciudadano en la jornada del simulacro electoral del día domingo “gesto que sirve para desbloquear cualquier bloqueo económico, político, territorial, e incluso simbólico”.
Seguidamente, presentó un avance de los proyectos de la Universidad Internacional de la Comunicación (UICOM) que posee una matrícula de estudiantes nacionales registrados de 5.527 y 119 internacionales. “Tenemos una generación humana joven muy potente que también está siendo agredida por las medidas”.
Agregó Díaz: “Es una batalla que pasa por la anulación total del contrincante. Abrirán un diplomado de la IA desde el Sur para hacer un frente de defensa desde los entornos digitales. Resaltó el papel de Hugo Chávez en este contexto al rescatar las ideas de Bolívar y la identidad nacional. No es una universidad de puertas cerradas, es una universidad popular”.
Van a abrir, también, una maestría en defensa cognitiva. Asimismo, presentó una serie de servicios que ofrece la UICOM que van desde el diseño de imagen hasta marketing político.
Díaz destacó que en este contexto de guerra simbólica, cultural y mediática “la verdad siempre está enmascarada. Nosotros vimos aquí a un tipo que era diputado suplente y que se autoproclamó presidente, y lo nombraron presidente. Pero él no era presidente. Ahorita estamos viendo a una que no es candidata, pero actúa como candidata. Se presenta como candidata. Pero eso es el principio del engaño, porque la confusión es una materia prima fundamental para lograr el objetivo”.
En este escenario destacó la necesidad de re-educar. “Primero, decirle a cada cosa su nombre, y después organizarnos, incorporarnos en materia de redes sociales, aprender la herramienta, no tenerle miedo, conocerla, estudiar, ver sus secretos más profundos, quienes manejan los hilos, cómo funcionan los algoritmos, porque un algoritmo me muestra esto y no me muestra lo otro”.
Una comunicación más humana contra la dictadura del algoritmo
Miguel Pérez Pirela ofreció sus impresiones sobre el nuevo ecosistema mediático digital que se aceleró con la Pandemia. “Detrás del proyecto del 2.0, detrás del proyecto de la dictadura digital, no se encuentran elementos solamente de ingeniería, de matemática o de tecnología, sino también elementos de antropología, de sociología, de filosofía, de psicología, de política, de geopolítica”.
Agregó: “Y si nosotros sumamos estos elementos a la comunicación que estamos haciendo, quizás podamos resolver el acertijo de romper con la dictadura del algoritmo y con una comunicación robótica, aplastante, que en estos momentos estamos viendo con las redes sociales y los medios de comunicación”.
El entramado digital de la generación de datos cotidianos ha convertido a cada individuo en una fuente de datos constante, según Pirela: “Nos conocen mejor que nuestra pareja y que nuestra madre porque nosotros le damos desde la geolocalización (…) en estos momentos ellos saben dónde estoy, si pago con una tarjeta (…) resulta que este aparato (el teléfono) se convirtió en un embudo antropológico del ser humano. Es decir, todo lo que hacemos y lo que no hacemos pasa por ese aparato, que es como un embudo”.
Agregó que la forma en que nos referimos a las redes sociales, a la comunicación digital se hace como si fuera “algo etéreo, fantasmático, metafísico y resulta que son empresas privadas nada más y nada menos, y casi todas se encuentran en un mismo país”.
Expuso como ejemplo el caso de la industria cinematográfica. Antes de la pandemia, Hollywood se negó a ceder sus contenidos para que fueran transmitidos en la internet 2.0. “Después de la pandemia, Disney Plus, HBO Plus, ESPN, etc., tuvieron que agarrar todo el contenido de las películas y cederlo a través de plataformas como Netflix, como derecho de distribución a Silicon Valley”.
Destacó que la comunicación debe tener cuatro cualidades indispensables: debe ser buena, de calidad, coherente, verdadera, corroborable y estéticamente bella. “Sin la belleza una verdad no se va a comunicar, así como una verdad que no se comunica es un dogma (…) la verdad debe convencer y una verdad que no tenga erotismo, atracción es una imposición”.
Telesur y la apuesta por las comunidades digitales
Rolando Segura, hizo un recuento de la evolución y adaptación de Telesur como canal de televisión a los nuevos tiempos de la comunicación y sus dinámicas. Consideró las nuevas condiciones para producir contenido televisivo tradicional con los entornos de las redes sociales y la importancia de reconocer que son plataformas tecnológicas extranjeras.
Repasó las funciones de cada una de cada una de las redes sociales actuales y sus diferenciaciones. Para Segura, la configuración de comunidades virtuales alrededor de América Latina ha sido una prioridad estratégica porque ha permitido visibilizar conflictos. “Interactuar en el ecosistema donde está la audiencia de Telesur es clave para crear comunidades digitales”. Asimismo, mencionó la significación y desafío que tuvo la transmisión de los contenidos de Telesur en inglés.
El foro “Redes, Mentiras y Bloqueos” fue un espacio para el debate y la reflexión sobre temas de actualidad, permitiendo a los participantes comprender mejor el papel de las redes sociales, la desinformación y los bloqueos en la sociedad venezolana actual.