José “Cheo” Reyes: Tocar Cuatro tiene su “caída”

Foto: Redes Sociales

La Escuela de Formación Musical El Niño Simón, dirigida por Edmundo Pérez “Mundito”, es una institución formadora de talentos infantiles y juveniles en lenguaje musical, armonía, piano, cuatro, percusión afrovenezolana, percusión latina, guitarra, violín, trompeta, trombón, canto y otros  instrumentos de cuerda y viento. José “Cheo” Reyes es el profesor de Cuatro de los niveles principal e intermedio. Sus alumnos tienen entre seis y 16 años de edad.

Texto: VEA y Todas Adentro

-¿Cuál es su estrategia para que se apasionen en el aprendizaje de este instrumento?

-Lo primero es interesarlos en la venezolanidad, ya que el Cuatro es el instrumento más representativo
de nuestra cultura. Segundo, con las canciones. Estas motivan bastante; ejemplo, Corre caballito, los temas  decembrinos, los calipsos. El Cuatro es muy versátil, ya que con el podemos acompañar diferentes géneros, incluyendo los internacionales. Empezamos con los más básicos, para que de una vez canten, toquen y se sientan estimulados a estudiarlo.

-Hasta grupos de rock internacionales lo están usando.

-Sí. Actualmente este lo hemos sabido aprovechar en Venezuela. Tenemos una gran camada de cuatristas, sobre todo solistas. En la Escuela damos Cuatro acompañante, que permite que los demás instrumentos también se luzcan.

-En una oportunidad entrevisté a un muchacho, que llegó en el puesto 17, de una competencia organizada por la Siembra del Cuatro, que tenía una agilidad asombrosa; sus dedos recorrían el diapasón con una velocidad extraordinaria. Yo me preguntaba: si este es el decimoséptimo, ¿cómo será el que ganó?

-La Siembra del Cuatro ha hecho un trabajo encomiable, ha enamorado a los jóvenes para que lo estudien, en esa misma onda está la Escuela de Formación Musical El Niño Simón. El Cuatro es un instrumento hermoso, en verdad se los recomiendo; nos sirve para toda la vida.

-¿De cuánto es la duración de cada uno de los niveles en los que da clases?

-Seis meses, dependiendo de la evolución de los niños, niñas y adolescentes e incluyendo la asistencia. A veces fallan en este tema debido a las otras actividades que pudieran tener en la educación formal.

-Cuando cursaba primaria mi padre me retiró de la Escuela Superior de Música José Ángel Lamas, ya que poco faltó para que no aprobara el sexto grado. Mi pensamiento era música, más música y solo música.

-Indudablemente que la prioridad son los estudios básicos, el Cuatro viene a ser un complemento, pero uno que edifica, que modifica la forma de ser, de interactuar con otras cosas, permite además conocer otra parte de nuestra cultura, que igualmente es muy importante.

-¿Después que pasan los dos niveles, la Escuela hace la articulación para que continúen alumnos y alumnas la formación musical?

-Sí, tenemos enlaces con la Casa del Artista y el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Cuando están en el nivel más avanzado muchos de ellos pasan a formar parte del grupo estable de la Escuela. Ya nos hemos presentado tanto en la Fundación del Niño Simón como en otras instituciones a las que nos invitan. Siempre tenemos conciertos adaptados al calendario festivo
venezolano, que lo respetamos bastante. Trabajamos en función a este.

-¿Cómo es el tema de la inscripción?

-Interesados e interesadas pueden a acudir al departamento de Administración de la Escuela, ubicada en el piso 6 de la sede de la Fundación El Niño Simón, avenida Andrés Bello, entre las calles Real de Sarría y Tejería, Caracas. La secretaria atiende de lunes a viernes, de 9:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Ella aportará la información, como requisitos y horarios.

-¿Cuál ha sido la formación musical del profesor José “Cheo” Reyes?

-Mi primer instrumento fue el Cuatro. Mi primera profesora, mi hermana Sonia Vasconcellos, a los
cinco, seis años de edad. Después estudié música formalmente con un profesor español, Ramón Codina. Luego formé parte de grupos de gaitas, más que todo con el bajo que fue con el que inicié mi trayectoria
profesional.

-¿El de pecho?

-Sí, el bajo eléctrico; más tarde aprendí a tocar el baby y el contrabajo. Posteriormente me interesaron piano y guitarra. Igualmente hice estudios avanzados, como el de armonía -con el profesor Gerry Weil- y haciendo arreglos, que es lo que más me interesaba a lo largo de mi carrera.

-¿De qué géneros?

-Venezolanos, como los que hice para la cantautora Daisy Gutiérrez -en varias producciones- y el de la Ópera Salsa, que fue la primera que se hizo en Latinoamérica en el año 1996, con letra del maestro Luis Britto García, que igualmente fue montada en teatro por el Grupo Rajatabla. Tuve el honor de hacer toda esa música, 14 canciones. A mí me dieron el libreto y tuve que inventarme los temas, así como los arreglos para toda la orquesta. De verdad que me siento orgulloso de ese trabajo. Por otra parte, también me he movido en el género del rock con el maestro Casino. He tocado el bajo con muchas orquestas de salsa, a las que les hecho bastantes arreglos.

-Tiene un prospecto en la casa.

-Mi hijo José Gabriel Reyes está siguiendo mis pasos. Canta y toca piano y guitarra.

-Sabemos que es su mayor orgullo.

-Así es. Me emociono al hablar de él porque, aparte del amor y el cariño innato, estoy agradecido con Dios, porque es un buen muchacho con valores y principios.

-¿A él, por voluntad propia, le gustó la música?

-Lo he dejado libre. Desde pequeño nunca lo he obligado a que toque, a que me acompañe, no, no, no. Me veía en la casa practicando y así se fue interesando. Inclusive me ha sorprendido gratamente cuando  dice que va a hacer un video cantando y tocando, cosa que no le he enseñado sino que él ha aprendido  investigando. Se ha preocupado y eso me llena de orgullo.

-Dicen que cuando el papá de uno nos dirige es más severo que con los extraños. ¿Es cierto?

-(Risas) Ahorita estamos en ese proceso, practicando canciones, yo como arreglista y él como intérprete.

Hijo emocionado

José Gabriel Reyes dice que tener a “Cheo” Reyes como mentor ha sido increíble. Hubo un tiempo en que no estuvo apegado a la parte musical, pero confiesa que el verlo con la forma como ejecuta los  instrumentos, palpar su profesionalismo y el tiempo que dedica al estudio de la música no podía dejar  pasar por alto esto.

Es su referente y el tenerlo en casa lo aprovecha al máximo. Da gracias a Dios de tenerlo como padre.

-¿Aparte de la música qué otra cosa haces?

-Soy estudiante de Contaduría Pública en la Universidad Santa María.

-¿Vas bien allí?

-Sí, falta poco para graduarme. Tengo pensado tanto ejercer la contaduría como el mantenerme conectado con la música.

-La música es matemáticas.

-Así es, guardan relación. El mantenerme en los estudios me ha ayudado con la música y viceversa.

Temas:

Publicado por Luigino Bracci
Suscribirse
Notificar en
guest

0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios