Este viernes 15 de marzo, un hombre armado abrió fuego en dos mezquitas ubicadas en la ciudad neozelandesa de Christchurch, dejaron al menos 49 muertos y decenas de personas más gravemente heridas, en un ataque sorpresa que transmitió por Internet. La Policía bloqueó el centro de la ciudad e informó que detuvo a cuatro sospechosos, tres hombres y una mujer, uno de ellos de ciudadanía australiana, al que acusaron por los asesinatos.
Texto: VTV y Agencias
El autor de la masacre, según el diario NZ Herald, publicó en línea un extenso manifiesto racista y supremacista en el que se identificó como Brenton Tarrant, de 28 años de edad, nacido en Australia. Además se consideró seguidor de Donald Trump, reseñaron las agencias RT y Sputnik.
El portal Stuff comunicó, citando al expresidente de la Asociación Musulmana de Canterbury, Mohamed Jama, que un hombre armado entró en la mezquita Al Noor en el centro de Christchurch alrededor de las 13.40 hora local (00.40 GMT) y abrió fuego cuando unas 300 personas se encontraban en el edificio.
El atacante llevaba armas automáticas, un atuendo similar al de los militares y varios cargadores sujetos a una pierna. Las imágenes de la masacre fueron difundidas en vivo por el propio atacante a través de Facebook.
En el manifiesto, Tarrant afirmó que el ataque es de su autoría y no fue ordenado por ninguna organización ni servicio de Inteligencia. Añadió que utilizó como armas rifles automáticos para garantizar una cobertura masiva de los medios de comunicación y de esta forma llamar la atención sobre sus actos.
Las armas usadas contenían consignas neonazis e inscripciones con referencias a famosas batallas europeas contra los musulmanes, como la Batalla de Viena de 1683 contra el Imperio otomano.
Además de exponer el móvil de su ataque, inspirado en el rechazo hacia los inmigrantes y los musulmanes, en particular, el individuo grabó su acción en un video transmitido en tiempo real. El hombre armado emitió en directo desde una cámara GoPro instalada en su casco durante 17 minutos.
En las imágenes se ve como dispara varias ráfagas contra las cerca de trescientas personas que habían acudido al templo para la oración del viernes. Las grabaciones en primera persona mostraron al agresor conduciendo hacia la mezquita y sacando armas de fuego del maletero de su auto.
En las redes sociales también se ha publicado un video del segundo ataque contra otra mezquita en la misma ciudad neozelandesa. La policía reconoció que en la red circulan “imágenes extremadamente angustiantes” e instó a no compartir el vídeo.
Tarrant se denomina a sí mismo “etnonacionalista” y racista “por definición”, y admite ser un partidario del presidente de EE.UU., Donald Trump, “como símbolo de una renovada identidad blanca y un propósito común”.
El australiano mencionó entre sus motivaciones “crear conflicto” entre los partidarios y detractores de la política de tenencia de armas en el país norteamericano, con el fin de “promover la división social, cultural, política y racial dentro de EE.UU.”.
El autor escribió que, si sobrevivía, estaría listo para enfrentarse ante la Justicia y se declararía inocente, pero de ser encarcelado tiene esperanza de ser liberado posteriormente. “También espero un eventual Premio Nobel de la Paz”, escribió.
Tarrant precisa que llegó a Nueva Zelanda sin intención inicial de perpetrar un atentado, pero indica que luego se percató de que esa nación es un “entorno tan rico como cualquier otro en Occidente” para realizar un ataque.
Con este atentado latente en su mente, Tarrant afirma que estudió otros casos similares, pero asegura que su “inspiración verdadera” para decidir realizar la masacre fue Anders Behring Breivik, el terrorista noruego de extrema derecha que acabó con la vida de 77 personas en 2011, refiriéndose a él como el “Caballero Justiciar”.
Otro de los mencionados era Josué Estébanez de la Hija, un neonazi español que asesinó a un joven de izquierda en el metro de Madrid en 2007. Estébanez fue el primer sentenciado por la justicia española al que se le aplicó el agravante por motivos ideológicos.
El sospechoso seguidamente escogió objetivos con un número elevado de “invasores extranjeros” para, según afirma, lograr objetivos como “cobrar venganza” por ataques terroristas ocurridos años atrás en Europa —de manos de “atacantes islámicos”—, y reducir las tasas de inmigración “intimidando y eliminando físicamente a los invasores”.
Tarrant precisó que comenzó a planear el ataque hace dos años, y tres meses atrás escogió los objetivos. Añadió que parte de su plan, además de las dos mezquitas, era atacar otros centros religiosos.
Profundizando en los múltiples “objetivos” del atentado, Tarrant escribió sobre “abrir una brecha” entre las naciones de la OTAN “que son europeas” y Turquía —también parte de esa organización—, a la que considera “uno de los más viejos enemigos” de la cultura Occidental. Añadió que esto puede ser conseguido con la “muerte” del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.