Cientos de miles de catalanes salieron a la calle en la primera celebración de la Diada o Día de Cataluña, que se conmemora desde el intento separatista de hace casi un año. En la ciudad de Barcelona, la Guardia Urbana habla de un millón de personas en la calle en la convocatoria de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), uno de los principales grupos independentistas, que marchó bajo la consigna “Hagamos la República catalana”.
Texto: Página 12
“Los que estamos aquí recordamos a todos los que no pueden estar. Reivindicamos los derechos por los que ellos luchan desde la prisión y desde el exilio”, afirmó David Bonheví, presidente del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCat), la fuerza del depuesto presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante una jornada en la que se marchó por el derecho a la autodeterminación y la libertad de los dirigentes independentistas detenidos hace casi un año.
La crisis catalana estalló cuando Puigdemont hizo pasar por el parlamento catalán un proyecto de ley para un referéndum independentista, a realizarse el 1º de octubre pasado. Entonces comenzó un tira y afloje con el gobierno conservador de Mariano Rajoy. La votación se hizo, pese a que el Tribunal Constitucional declaró que era ilegal. En base al resultado favorable a la independencia, Puigdemont declaró a Cataluña un estado soberano y suspendió la independencia en forma inmediata para negociar con Madrid. Rajoy respondió con la aplicación del artículo 155 de la Constitución de España, por el cual cesó en forma temporal el gobierno autónomo. Puigdemont viajó a Bruselas y no ha vuelto, mientras la Justicia lo requiere y varios de sus funcionarios están presos.
En ese marco, la Diada, que cada 11 de septiembre recuerda la caída de Barcelona a manos de las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión Española, en 1714, es hoy una manifestación de sectores independentistas que reclaman la libertad de dirigentes a los que consideran presos políticos. En ese sentido, Quim Torra, el presidente de la Generalitat votado por el Parlament tras la normalización de la vida institucional, pidió al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que escuche a los catalanes.
“Aquí hicimos un referéndum el 1-O y declaramos la independencia política el 27 de octubre. Que el señor Pedro Sánchez tenga la valentía de ver el clamor del pueblo de Cataluña. ¿O es que la respuesta de España siempre será la misma, sea el señor Rajoy sea el señor Sánchez?”, planteó Torra, quien responde a Puigdemont. “Yo no tengo la posibilidad de abrir las cárceles”, agregó, al tiempo que anunció que seguirá su hoja de ruta hacia la promulgación de una constitución catalana.
A su vez, Marcel Mauri, de la ANC, estimó que “la única violencia fue la del 1-O contra nuestras abuelas”, y que“ la única violencia es la extrema derecha, votar no ha sido nunca delito”. Mientras, militantes de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), el grupo secesionista más radicalizado, lanzaron tachos de pintura a la sede de la policía catalana y sobre la fachada de los tribunales.
En Madrid, el líder de la oposición ratificó la línea dura de su fuerza. Para Pablo Casado, presidente del Partido Popular, su fuerza “no tiene nada que celebrar, no por la elección de esa fecha en el calendario sino por lo que ha pasado en los últimos años”, y no descartó que se tenga que aplicar de nuevo el artículo 155. “El PP no puede celebrar esta Diada ante la inacción de un PSOE al frente del Gobierno de España que parece más interesado en mandarse señales de humo y códigos simulados con los independentistas que en hacer cumplir la ley”, afirmó.
Las palabras de Casado se producen no sólo mientras se vuelven a ver tensiones con Cataluña, sino además cuando el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, afronta la renuncia de su ministra de Salud, Carmen Montón, que no pudo responder sobre las irregularidades de un Máster que ella cursó. Pocas horas antes, Sánchez la había apoyado públicamente. Sobre Cataluña, el líder socialista dijo que “haremos que se cumpla la ley, pero también apostamos por el diálogo en Cataluña”. Y apuntó que “para nosotros una de los mayores problemas que tiene Cataluña no es la independencia, sino la convivencia”.