Por ser la creación artística una respuesta a un sentir que lo pide a gritos, en muchas ocasiones, el arte es celebrador de vidas. En esa misma tónica, creadores y creadoras se apostaron, con su amor y sus obras, en la Plaza Bolívar, lugar en el que se reunirán hasta este martes, para honrar y recordar la vida del Comandante Chávez, a cinco años de su siembra.
Texto: Ciudad Caracas
Uno a uno se fueron instalando en el ala este de la plaza, artistas plásticos y artesanos, todos con el amor intacto, unidos para jamás olvidar al Eterno Líder.
La artista plástico Emperatriz Vásquez fue la primera en llegar, montar su caballete y ponerse a pintar. Una obra de grandes dimensiones ya boceteada, muestra en el centro el rostro de Nicolás Maduro, escoltado por los de Jesús y Chávez, y al cuido de Bolívar y del pueblo, bajo una clara e imponente luna llena.
La pieza, para Vásquez, es un homenaje a ese momento clave en el que Chávez ordenó al pueblo continuar su legado a través de Maduro y simboliza a la gente que lo sostiene y a su ideal Chavista y cristiano.
Al lado de Emperatríz se apostó Nelson Colmenares, mejor conocido como “Don grafito”, un artista que conmemora día a día al Comandante, de quien realiza retratos a diario, en las gradillas de esta Plaza, incluso desde antes de que llegara a la presidencia y hoy lo celebra con la figura número 1.077 que plasma de él.
“Para mí él es una inspiración todos los días, Chávez es un maestro que a diario nos enseña, Chávez lo es todo y dentro de ese todo está el ser artista, era un cultor y nosotros como artistas plásticos debemos recordarlo en todo momento (…) eso me hace sentir más como él”, dijo.
Solo por amor
Frente a los pintores y pintoras de la patria, los artesanos mostraron sus piezas, todas dedicadas al Arañero de Sabaneta.
Maggie Acevedo fue una de las artesanas presentes. Sus tazas, elaboradas en gres con la mirada del Gigante Chávez, atrajeron a todo el que pasó frente a ella. Sobre este trabajo, la creadora relató que nació con la partida física de Chávez, “por amor, sólo por amor”, dijo con un nudo en la garganta esta artista que trabaja únicamente piezas de él.
“Esto es un compromiso porque yo quiero que la gente no lo olvide, así como yo. Esto es desde la pasión, desde el amor, que yo trabajo a mi Chávez, con eso que nos hace sentir, esa locura”, añadió.
Orfebrería, libretas y bisutería, muy bien acabadas también son ofrecidas a precios muy módicos al igual que las y los populares muñecos de trapo.
Bolívar, Zamora, El Ché, Alí, Negro Primero, Manuelita, entre otros personajes patrios son parte de la muestra, en la que el visitante se deleitará durante estos tres días.
Como parte de esa muestra se realizó un taller de confección de muñecos de trapo alusivos a Chávez, dictado por la también creadora Lerida Ortega, a partir de material reutilizable.
Los ocho participantes del taller realizaron la figura en tamaño miniatura, vestida de uniforme militar.
Ortega, indicó que hacer su figura así como el hecho de compartir los conocimientos con el pueblo, es un homenaje del que quedarán las figuras y el aprendizaje.
Día del Artesano
Julio Oropeza, artesano y miembro del Frente Revolucionario de Artesanos de Venezuela, recordó la importancia de emular a Chávez en cada labor que emprendamos para defender a Venezuela y junto a Luis Piña, invitaron al pueblo y a los artístas plásticos a celebrar este 19 de marzo el Día Nacional del Artesano, fecha que se celebra desde hace cinco años con un encuentro sencillo entre creadoras y creadores chavistas, comprometidos y que se instalará en la Plaza Bolívar una vez más, a partir de las 10:00 am.
Las batallas de Zamora se libraron en el Nacional
Con diálogos tan imponentes como sus acciones en batalla, el dramaturgo venezolano Aníbal Grum trasladó a la escena la vida heróica del General Ezequiel Zamora, interpretada la tarde de ayer sobre las tablas del icónico Teatro Nacional.
La muestra, titulada Obra Teatral Zamora, contó con un amplio trabajo escenográfico que fusionó la música, el teatro y el arte audiovisual bajo la dirección del maestro Carlos Arroyo, cuya intención fue abordar momentos históricos poco conocidos en la vida de Zamora.
“La obra no va solo sobre la historia, sino que intenta trabajar sobre lo lúdico, sobre la música, tiene una manera muy didáctica de contar lo sucedido para que sea una verdadera representación teatral”, explicó el director.
Vistiendo atuendos de la época, el escaso elenco atrapó la atención del público con su fluido relato, que ambientado por los arreglos musicales de Keudy López, se adentraron en la Rebelión del 46, la Batalla de Santa Inés y la muerte del General. “Aníbal y yo tuvimos una larga discusión sobre qué íbamos a elegir para contar, evitamos que fuese una clase de historia sino el teatro en sí”.