La fiesta de carnaval más antigua y famosa del país se realiza en la pequeña población minera de El Callao, en el sur del estado Bolívar y es sin duda alguna una de las actividades culturales que más difusión y fama ha obtenido en los últimos años dentro del mundo turístico nacional. Pero, a diferencia de otros carnavales del país, esta fiesta no empieza hasta que se realiza la tradicional “Misa de las Madamas” en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de El Callao.
Texto: AVN (por Oscar Ossa)
En esta iglesia, ubicada en el lado sur de la plaza Bolívar, se congregan desde tempranas horas todas las jóvenes que han cumplido 15 años, así como mujeres adultas y adultas mayores, ataviadas con trajes a la usanza de las antiguas matronas caribeñas que formaban parte de la población inmigrante de El Callao en el siglo 19, que en su mayor parte provenían de islas como Saint Marteen, Trinidad-Tobago, Martinica y otras dependencias francesas y británicas de ultramas.
Su nombre proviene de la palabra francesa “Madam” y originalmente se denominaba así a señoras contratadas por las familias pudientes y empresas extranjeras para atender casas de gente acomodada o a gerentes y personajes de alto nivel.
Las mismas dominaban tanto el idioma inglés como el francés y eran expertas en todo tipo de cocina europea y caribeña, lo que llevó a que muchas se asentaran en la zona e iniciaran trabajos propios en el área de la costura, la repostería, música, docencia e incluso como amas de llaves o institutrices.
Estos trajes son hechos con telas brillantes y coloridas y en la cabeza las damas usan turbantes multicolores y se adornan con joyas y collares de todo tipo.
En la misa, las asistentes dan las gracias a la Virgen del Carmen, patrona de El Callao, por las bendiciones recibidas y piden protección para los padres de familia que diariamente exponen sus vidas trabajando en la minería aurífera, tanto en minas de galería a muchos metros bajo el suelo como en selvas y ríos, donde se practica la minería aluvional.
A más de un siglo de su arribo a El Callao, estas damas siguen tienendo un gran peso social y cultural, pues gracias a una nueva generación de ellas, entre las que se encontraba la famosa Isidora “La Negra” Duncan, este carnaval se salvó de desaparecer a mediados del siglo 20 cuando la emigración de los jóvenes hacia las zonas petroleras de Monagas y Anzoátegui en búsqueda de trabajo obligó a suspender las fiestas por varios años y amenazó dejar en el olvido las tradiciones de esta comunidad minera.
Al término de la misa, las madamas se agrupan en las puertas de la Iglesia y salen con parsimonia hacia la plaza Bolívar, donde se ubican al frente de lo que será la primera comparsa de los Carnavales Tradicionales de El Callao.
Allí inician un baile al ritmo del calipso, música típica de esta zona, interpretada por diversos grupos locales, seguidas por grupos de “Negros Medio-Pinto” y grupos de “Diablos” conformados por jóvenes y adultos de una docena de “escuelas” que existen en esta población.
Los “Negros Medio-Pinto” son hombres de diversas edades con sus cuerpos pintados de aceite, quienes “amenazan” con abrazar y manchar a quien no les regale un “medio”, especie de vacuna que se cobraba en los primeros carnavales hace más de una década.
Por su parte los “Diablos” son niños, jóvenes y adultos ataviados con trajes enterizos de distintos colores y grandes máscaras con numerosos cuernos, que pertenecen a las 13 escuelas o cofradías de diablos que existen en la localidad.
Estos diablos golpean el piso con largos látigos, llamando a los “pecadores” a expiar sus faltas.
Este primer baile encabezado por las madamas recorrrerá un circuito por toda la ciudad, marcando una fiesta que durará 3 días consecutivos, en los que niños, adultos y adultos mayores, tanto locales como turistas de todo el país, bailarán por las calles de El Callao sin pausa.
Aunque algunos pensaron que la figura de las madamas no perduraría, la realidad es que en pleno siglo XXI es imposible concebir un carnaval sin esta figura y esto conllevó a que en el año 2014 el Gobierno Nacional inaugurara la plaza de las Madamas en la entrada de El Callao, con dos gigantescas estatuas que representan a Isidora Agnes y Lulú Basanta bailando al son del calipso.
Por tal razón, se considera que la Misa de las Madamas no es solo un acto litúrgico de agradecimiento a la Virgen del Carmen por el bienestar de esta comunidad, sino también un acto de reconocimiento a la importancia de estas damas en la conservación de la identidad y cultura de este pequeño pedacito del estado Bolívar, donde se mezclan las culturas de Venezuela, el Caribe, Francia e Inglaterra.
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