Con una capacidad de síntesis extraordinaria, el autor recorre los momentos previos a la llegada de Fidel Castro a la opinión pública, relatándonos las condiciones de Cuba, las razones que tuvo Fidel y su movimiento para luchar contra el Imperialismo, y todo lo que logró a pesar de los intentos del gobierno de Estados Unidos por sabotear la revolución cubana.
Texto: Sergio García Ponce
La independencia de Cuba la inició el inmortal José Martí junto con el general Máximo Gómez y el mulato Antonio Maceo, entre otros grandes héroes, muriendo Martí en combate antes que España cediera tan apetecida colonia antillana a los EEUU en 1898; país del norte que desgraciadamente intervino en este asunto, para asumir una nueva dominación política y económica sobre Cuba, por sesenta años más.
Para asegurar tal coloniaje, los EEUU impuso a Cuba en 1902 una constitución a la medida de los intereses estadounidenses, contentiva de una enmienda propuesta por el congresista Orville Platt que garantizaba el establecimiento de un tratado de reciprocidad comercial con los EEUU y que condujo igualmente a un tratado de arrendamiento de bases navales y carboneras; todo ello con la aprobación de los sucesivos gobiernos dictatoriales mampuestos por el Departamento de Estado, instruyendo a los respectivos títeres, sepultar las ideas revolucionarias de Martí, así como la gesta heroica emancipadora de Cuba desarrollada a finales del siglo XIX.
De esta manera, los EEUU dieron pasos firmes a principios del siglo pasado para constituir neocolonias en el continente americano bajo su total dominio y sometimiento, desplegando todo su pillaje y saqueo de las riquezas existentes; hasta que llegó Fidel Castro oportunamente para echarles a perder este asunto en Cuba y que repercutió con fuerza en otros países, quien en 1953 asaltó el cuartel Moncada de Santiago de Cuba, obstinado por tal sojuzgamiento y entrega de los gobernantes de turno, especialmente por parte de la dictadura de Fulgencio Batista que apenas iniciaba.
Para emprender tal osadía, Fidel se fundamentó básicamente en el pensamiento de José Martí y en los albores de la independencia de Cuba, rescatando las ideas nacionalistas, antiimperialistas y profundamente democráticas, compartidas por cientos de miles de cubanos de esa época; pero, debido a la presencia militar de los EEUU, este fuego emancipador que surgió durante esos años se fue apagando, para quedarse los carbones de libertad aún encendidos y latentes en el pensamiento de los cubanos.
A la salida de Fidel de la cárcel, se continuó fraguando la independencia absoluta y definitiva de Cuba, mediante la creación del movimiento 26 de julio con Fidel a la cabeza; quien estuvo acompañado en sus inicios por Rafael García Bárcenas y Frank País, entre otros jóvenes que reaccionaban frente a la ignominia y la indignidad, para alcanzar el triunfo total, la revolución emancipadora de Cuba, el 1º de enero de 1959.
Desde entonces cantamos la guaracha del cantautor cubano ya fallecido Carlos Puebla: “Y en eso llegó Fidel”, con el estribillo: “se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar”. Sin embargo, el boicot económico, comercial y financiero de EEUU en contra de la hermana República de Cuba, se impuso en 1960. Una política gringa de retaliación como respuesta al entonces proceso de expropiación de grandes empresas y propiedades norteamericanas por parte del gobierno revolucionario de Fidel Castro; política criminal que recrudeció cuando Cuba abrazó el comunismo y se alió a la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS) y otros países del pacto de Varsovia.
En 1961, después del vil asesinato del progresista presidente del Congo, Patricio Lumumba, Fidel Castro anuncia el comienzo de la ayuda internacional militar a los pueblos africanos; comenzando en diciembre de ese año, con el envío de armas al Frente Argelino de Liberación Nacional; en 1965 el envío de tropas cubanas a Zaire y al Congo donde se alistó el Che Guevara. Un año después, varias columnas a Guinea-Bissau y a Angola en 1975 para combatir la invasión militar sudafricana; señalando Fidel que estaba cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudaba al pueblo de Angola, enfatizando en un discurso de diciembre de ese año: “¡estamos firmemente decididos a ayudarlos!”. Dos años después, Fidel envía un contingente militar a Etiopía para apoyar al presidente socialista Mengistu Haile; y en 1978, un grupo de asesores militares a Yemen del Sur.
Volviendo atrás, la guerra fría entre EEUU y la URSS se había extremado a tal punto en 1962, que la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución donde la adhesión de cualquiera de sus miembros al marxismo-leninismo y el alineamiento con el bloque comunista, implicaba la exclusión de su participación en el sistema interamericano. A partir de entonces, Cuba es expulsada de la OEA y el bloqueo en su contra se radicaliza, prohibiendo toda exportación de productos a la isla caribeña. Al respecto, Fidel con su excelso verbo, señaló ese mismo año: “La OEA no es más que un ministerio de colonias yanquis, un bloque militar contra los pueblos de la América Latina”.
A pesar de ello, los países del pacto de Varsovia siguieron comerciando con Cuba, al igual que España, México, Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia y Ecuador; lo que permitió al pueblo cubano mantener con entereza su revolución económica, aunque con ciertas limitaciones. Pero la situación social se agrava en la isla cuando la URSS se desmorona a finales de los años 80 y rompe la ayuda mutua económica (CAME); entrando Cuba en la última década del siglo pasado con lo que catalogó Fidel en septiembre de 1990: “un duro período especial… para salvar el socialismo en Cuba”.
De inmediato se hizo presente la solidaridad, cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) comienza a aprobar sucesivas e ininterrumpidas resoluciones en contra de dicho bloqueo, siendo la primera en 1992 con 59 votos a favor, 3 en contra y 71 abstenciones; haciendo caso omiso EEUU y mantener el embargo hasta el día de hoy. La última resolución aprobada en la ONU, ocurrió hace pocos días con 191 votos a favor de levantar el bloqueo y 2 abstenciones (EEUU e Israel), la cual representó una nueva victoria moral y política de la Cuba de Fidel, y un mayor aislamiento de EEUU con su absurdo, anacrónico y criminal bloqueo.
La gran perseverancia y paciencia del pueblo cubano durante tal “período especial”, fue bien recompensada cuando al salir de la misma, el 30 de octubre de 2000, Hugo Chávez suscribió con el Comandante Fidel, el primer convenio de cooperación Cuba-Venezuela en materia de energía, salud, educación, cultura y comercio; sumándose progresivamente los países del ALBA y UNASUR. Hasta llegar Cuba a presidir en el 2014, nada más y nada menos, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
¡VIVA CUBA SOCIALISTA!
¡VIVA EL COMANDANTE FIDEL!