Este 27 de noviembre la Aviación Militar Bolivariana (AMB) cumple 96 años de creación y se conmemoran los 24 años de la rebelión cívico-militar de 1992, fecha en la cual la Fuerza Aérea se rebeló contra el paquetazo económico del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, para alcanzar condiciones de vida justas. Esta fecha marca el resurgir de la Aviación Militar y un hito importante en las luchas sociales contra los intereses de la cuarta República, al igual que la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, dirigida por el comandante Hugo Chávez para deponer al gobierno de Pérez, plagado de corrupción y medidas neoliberales contra el pueblo.
Texto: AVN y DifundeLaVerdad
El decreto de creación de la Escuela de Aviación Militar fue emitido por Juan Vicente Gómez el 17 de abril de 1920 y el 10 de diciembre de ese año fue inaugurada en el estado Aragua la sede de la academia de aviación, por lo cual se había establecido esa fecha como aniversario del componente aéreo.
En 2010, el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, mediante el decreto número 7.111, establece el 27 de noviembre como Día de la Aviación Militar Bolivariana, en homenaje al primer combate aéreo en la historia del país, el 27 de noviembre de 1992 y en honor a los militares patriotas que conformaron un movimiento cívico-militar para recuperar la dignidad del pueblo.
Estos hechos históricos marcaron el comienzo de una nueva etapa política en el país, bajo una concepción revolucionaria.
Unión cívico-militar
Para el comandante de la Aviación Militar Bolivariana, mayor general Edgar Valentín Cruz Arteaga, los sucesos de esta época y del 27 de noviembre dieron paso al modelo socialista y a la elección democrática del líder de la Revolución, Hugo Chávez Frías, el 6 de diciembre de 1998.
Cruz Arteaga recordó que el 27 de febrero de 1989, en el movimiento popular El Caracazo, el pueblo cansado de tanto abandono y decida salió a la calle en búsqueda de justicia, y las fuerzas represivas del Estado masacraron a la población. Esto motivó las rebeliones cívico-militares del 4 de febrero y del 27 de noviembre, cuando salió la Fuerza Armada en búsqueda de la reivindicación y justicia social de los venezolanos.
En conmemoración de esa gesta de los hombres y mujeres de azul que salieron a defender la patria y a garantizar la independencia y la soberanía, se celebra desde 2010 el 27 de noviembre como el renacer de los paladines del espacio aéreo.
“Una de las cosas más bonitas es que junto a nuestro Comandante en Jefe hemos garantizado, la paz de la patria y la estabilidad social. Pese a todas las vicisitudes tenemos uno de los mayores logros. Qué bella nuestra Fuerza Armada Bolivariana, más unida con nuestro pueblo porque de allí venimos”, manifestó.
Cruz Arteaga resaltó que la AMB es el componente encargado de garantizar el resguardo del espacio soberano y la defensa integral desde hace 96 años. “Estamos cada vez más comprometidos, con humildad tenemos el honor de seguir sirviéndole a la patria”, expresó.
La primera batalla aérea
Ese día de 1992, las ciudades de Caracas y Maracay se convirtieron en el escenario de la primera batalla aérea en la historia del país.
El movimiento de las tropas rebeldes se inició a las 11 de la noche del día anterior con el objetivo de capturar al presidente Pérez del poder, rescatar a Chávez de prisión, y de establecer una junta cívico-militar como gobierno de transición.
El combate aéreo que se suscitó en el cielo caraqueño fue la máxima expresión de una gesta que comenzó tres años atrás, cuando el Caracazo, momento en el que el pueblo fue masacrado por demostrar su desacuerdo con el paquetazo neoliberal impuesto por el incipiente gobierno de Pérez; rebelión que dos años después llevó a un grupo de comandantes, capitanes y tenientes a un alzamiento el 4 de febrero de 1992.
“Siempre he denominado al 27-N como la prolongación del 4-F. Quizá no tan sorpresivo; fue mucho más previsto, contundente y violento”, comentó en entrevista exclusiva para el Correo del Orinoco, Eliécer Otaiza, entonces capitán del ejército y testigo de estas acciones.
El plan
La movilización de tropas comenzó el jueves 26 a las 11 de la noche, con el objetivo de tomar puntos estratégicos en la capital, como el Palacio de Miraflores, para capturar al entonces presidente y establecer un gobierno a través de una junta cívico-militar.
En esta jornada participaron, los contralmirantes de la Armada, Hernán Gruber Odremán y Luis Cabrera Aguirre; y el general de la aviación Francisco Visconti Osorio, junto a factores civiles de Bandera Roja y Tercer Camino; también el teniente Jesse Chacón Escamillo, quien tuvo la tarea de tomar las estaciones repetidoras de los canales privados Venevisión y Radio Caracas Televisión, en Los Mecedores; además de la sede de Venezolana de Televisión.
El actual gobernador de Portuguesa, Wilmar Castro Soteldo, en entrevista al mismo diario, precisó que el plan de maniobras se definió el jueves 26, en la Comandancia de la Aviación, el cual consistía en la captura de un grupo de generales y el asalto a Miraflores con la infantería de Marina, que llegaría a Caracas por el aeródromo Francisco de Miranda (La Carlota).
En la operación, comandada por Gruber Odremán desde el Museo Historico Militar en La Planicie, Castro Soteldo tomaría la base aérea de La Carlota, donde un avión Hércules aterrizaría con la tropa que luego llegaría al Palacio del Miraflores, para capturar a Pérez. Sin embargo, el plan había sido delatado y las tropas de infantería quedaron retenidas en la base aérea. “Decidimos seguir adelante con los compañeros que estaban en el seno de la base aérea de La Carlota, y con la tropa que teníamos en Maracay”, narra Castro Soteldo.
“Vivan los héroes del 4 de febrero”
A tempranas horas de la mañana del viernes 27 los venezolanos vieron en la pantalla de Venezolana de Televisión al grupo de civiles rebeldes que en repetidas ocasiones anunciaban al país el rescate de la dignidad nacional, pedían el repliegue de las fuerzas leales “al gobierno corrupto e inepto de Pérez” y cerraron su discurso con la frase “vivan los héroes del 4 de febrero, viva el pueblo venezolano”.
Entre las transmisiones de aquel día también se difundió un video de Chávez desde la cárcel de Yare, quien en nombre del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, pedía a las Fuerzas Armadas que se sumaran a las fuerzas rebeldes.
“Los equivocados defensores del gobierno derribado deben deponer de inmediato sus armas y actitudes para sumarse a las mayorías bolivarianas que han tomado el control del destino nacional”, expresó en el mensaje el líder bolivariano.
Mientras, Pérez anunciaba al país, a través de la señal de Televen (canal 10), que dicho evento era un “coletazo” del 4 de febrero de 1992.
Durante la mañana de ese viernes, la lucha tuvo como epicentro el Distrito Capital extendiéndose también a los estados Miranda, Aragua y Carabobo, con la toma de las principales bases aéreas y guarniciones militares.
Un rugido sobre Caracas
Cuatro aviones Bronco, tres aviones caza Mirages, dos T2D y varios Tucán T-27 despegaron desde Maracay hacia distintos destinos del país en la búsqueda de objetivos estratégicos; en Caracas, la base aérea Francisco de Miranda de La Carlota, Miraflores y El Helicoide; en Barquisimeto la base aérea Vicente Landaeta Gil; y en Aragua, la Base Aérea Libertador.
Castro Soteldo ha relatado que los oficiales que estaban en La Carlota pudieron ser apresados, así como grupos comando y el comandante de la Aviación, luego funcionarios de la policía política (Disip) y el Ejército, se habían movilizado desde temprano en los alrededores de la base aérea.
“Resistimos toda la mañana y parte de la tarde, con el apoyo aéreo de los aviones Bronco” recuerda, “hubo varias escenas de combate aéreo en la zona norte de La Carlota”.
El enfrentamiento fue entre aviones Bronco y caza F-16, con mayor capacidad de fuego. “Fue una muestra de mucha gallardía”, explica y destaca que con la acción de los pilotos rebeldes se logró detener a la brigada de tanques que llegaba a tomar La Carlota. “Eso nos permitió resistir mucho más”.
Entre las anécdotas más recordadas del combate aéreo está la del avión F-16, pilotado por Luis Reyes Reyes, que por un momento simbolizó la voz de la insurgencia cuando en un paso rasante sobre la capital rompió la barrera del sonido. Otra, la del teniente Luis Magallanes cuando su avión, un bimotor Bronco OV-10, fue alcanzado por una batería antiaérea, ubicada en Fuerte Tiuna y derribado en la pista de La Carlota, para ser rescatado por otro de los insurgentes, el teniente Nicolás Seijas.
Luego del extenso combate contra baterías antiaéreas y aviones F-16, la Fuerza Aérea derribó dos aviones Bronco al tiempo que un grupo de francotiradores de la Disip asediaban a los rebeldes guarnecidos en La Carlota.
A mediados de la tarde, las fuerzas rebeldes se rindieron; un grupo de oficiales se fue al exilio en Perú y otro se quedó en el país, que juntos sumaron las 196 personas, entre civiles y militares, procesadas por un tribunal militar.
El día después
La esencia de estos hechos evidenció la crisis de dos instituciones que habían sido modelos de estabilidad, los partidos tradicionales Acción Democrática (AD) y Comité de Acción Política Electoral Independiente (Copei), y la Fuerza Armada Nacional.
En declaraciones transmitidas por Televen, el presidente Pérez señaló que el movimiento del 27N respondía a “posiciones civiles de los extremistas, de los que nos hicieron la guerra en 1960, de los que todavía están pensando que existe la Unión Soviética y que es posible todavía en Venezuela movimientos subversivos”.
El entonces Gobernador del Distrito Federal, Antonio Ledezma, afirmó en declaraciones al mismo canal que efectivos de la Policía Metropolitana, la Guardia Nacional y contingentes del Ejército ya estaban en las calles “para repeler cualquier intentona de estos grupúsculos”, a los que calificó como “factores que ni siquiera tienen capacidad intelectual”.
24 años de la rebelión
El general de división Pedro Juliac, actual jefe del Comando Aéreo de Operaciones de la AMB, fue uno de los pilotos que participó en la rebelión del 27 de noviembre, cuando a su juicio se dio un nuevo nacimiento de la Aviación.
“Esa fue una forma de visualizar la vida de manera diferente, hacia el amor y la solidaridad con los más débiles y necesitados. Por eso de alguna manera nos revelamos en ese momento, para presentar un nuevo modelo, que comenzó nuestro comandante Chávez”, dijo.
Juliac, quien para la época se desempeñaba como teniente en el grupo de entrenamiento aéreo de la Base Aérea Mariscal Sucre, en Maracay, contó que el 27 de noviembre un grupo de jóvenes dio su mejor esfuerzo por lograr una Venezuela mejor, por lo cual muchos perdieron la vida en ese movimiento rebelde, orientado hacia la defensa de los intereses del pueblo.
“Visualizamos cómo estaba la situación en Venezuela, ya que de alguna forma no había una condición para solventar algunos de los problemas, por lo que decidimos dar un cambio de dirección a quienes estaban en ese momento gobernando el país”, señaló.
Para este funcionario castrense, la rebelión de los hombres de azul fue un alto para quienes habían abusado de alguna manera del pueblo venezolano, que desde hace 500 años sufre el maltrato y la exclusión de las clases poderosas.
El 27 de noviembre de 1992 fue una fecha transcendental en la historia militar, en la cual se gestó una rebelión cívico-militar en contra las medidas económicas neoliberales del Fondo Monetario Internacional y los abusos de poder de los dirigentes de la cuarta República.
A pesar de que ese grupo de civiles y funcionarios de la entonces Fuerza Armada Nacional protagonizó el alzamiento, no se alcanzaron los objetivos deseados, producto de la traición y deserción de algunos oficiales. Sin embargo, estos sucesos abrieron el paso a la Revolución Bolivariana, encaminada a lograr la dignificación del pueblo.