El sitio web Inmigrantes En Madrid dio a conocer esta historia, escrita por el inmigrante Augusto Piazzola y enviado a su redacción. Piazzola narra cómo, harto de la situación en Venezuela, vendió su apartamento, su camioneta y cerró su empresa de publicidad con el fin de establecerse allá, aprovechando las ventajas por tener pasaporte italiano. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba.
A continuación, el texto completo.
Ya tengo tres meses que me fui de Venezuela, me vine a Madrid con mi respectiva maleta llena de esperanzas e ilusiones, obstinado de tanta Patria, de la escasez, la inflación, las colas, la inseguridad y sobre todo de la pelea política.
Vendí el apartamento, la camioneta y cerré la empresa de publicidad que tenía, consideré que con eso podría sobrevivir en Madrid mientras lograba reabrirla acá y buscar clientes, en una ciudad tan grande no sería muy difícil lograrlo. Tengo pasaporte italiano gracias a mi padre, lo que me ayudó muchísimo con los papeles y me ha permitido vivir legalmente en España sin mayores trámites.
Pero la cosa no es tan sencilla, aquí los costos son mucho más altos que en Venezuela, allá vivía en un apartamento de 180 metros cuadrados en el este, aquí me he mudado a las afueras de la ciudad a un pisito de 45 metros, allá pagaba una estupidez en luz, internet, teléfono y gas; aquí eso es carísimo y según me han dicho algunos amigos, cuando venga invierno será mucho peor porque es casi que obligatorio encender la calefacción.
Ahorita el verano he logrado soportarlo a duras penas, pero no ha sido nada fácil, el calor es inclemente, sumamente seco y agotador, se hace de noche a las 11 pm y amanece a las seis de la mañana, o sea, nunca refresca, no es como en Venezuela que de noche hace fresco, aunque el día haya estado hirviendo.
Alquilar fue sumamente difícil, sin tener nómina nadie quiere rentar y menos a alguien que, aunque tenga pasaporte italiano tiene acento venezolano al hablar, dicen que han tenido problemas con venezolanos que se van sin pagar, destrozan el piso o peor aún, que no quieren salir del inmueble. Al final me tocó pagar los seis meses por adelantado y firmar una fianza y ahora me doy cuenta que un piso completo, así sea de 45 metros es mucho, los costos son muy altos, que siendo yo una persona sola me habría salido mejor alquilar una habitación, al menos mientras comienzo a generar dinero.
La parte de la empresa no es soplar y hacer botellas, los impuestos te comen vivo y la competencia es feroz, ya he gastado más de 25.000 euros y sólo he facturado 150, me han dicho que debo esperar un año haciendo publicidad y relaciones públicas para que los posibles clientes me conozcan, confíen en mí y así comenzar a ver la pasta, que debí hacer un estudio de mercado para saber si era viable el negocio, pero no quise pagar los 1.500 euros que costaba y ahora me está saliendo más caro, debí haber hecho caso.
Aquí es muy fácil gastarse en un mes lo que te tomó años ahorrar y trabajar en Venezuela, debes hacer tu presupuesto y ser lo más austero posible, olvidarte de lujos, de comodidades y del facilismo que aún hay en nuestra tierra.
Mis consejos para que no te quedes sin dinero mientras te adaptas son:
- Alquila lo más barato y que esté amoblado
- Evita comer en la calle
- Come vegetales y productos que requieran poca cocción (ahorro de electricidad)
- Nada de taxis
- Acepta cualquier trabajo legal, incluso aunque creas que no eres capaz de realizarlo
- Busca medidas alternativas para regular la temperatura (evita el uso de Aire Acondicionado o Calefacción)
- Establece un presupuesto mensual y cúmplelo
- Si vas a emprender, combínalo con un empleo para que siempre haya un ingreso
En tres meses, queriendo hacer las cosas como las hacía en Venezuela me descapitalicé y estoy a un paso de perder todo por no hacer caso. Espero no les pase a ustedes.
Augusto Piazzola.
compañero como VENEZUELA no hay.