Este sábado 25 regresó el Circuito Escénico de Caracas, desarrollado por la Alcaldía de Caracas a través de la Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte), esto después de haber culminado la 5ta edición del Festival de Teatro de Caracas el pasado 19 de junio. La Perinola Mágica, Buenaventura Chatarra y Simón, El Luna fueron las piezas presentadas este fin de semana en los Teatros Nacional y Municipal por el módico precio de Bs250.
Texto: Prensa Fundarte (Catherine Quinan)/ Fotos: (Albert Cañas)
Una de las opciones presentadas para este fin de semana fue el Taller-Montaje Buenaventura Chatarra, obra del maestro César Rengifo que fue adaptada por la Compañía de Títeres Tuqueque con la colaboración de la Alcaldía de Caracas. Esta obra tomó las tablas del Teatro Nacional la tarde del pasado sábado y recreó la belleza y el humor titiritero bajo la dirección de Elaine Méndez.
La trama se centra en la historia de Jabino Buenaventura, quien luego de 45 años laborando en un almacén, queda desempleado tras la muerte de su jefe, su única esperanza es una carta de recomendación que lo lleva a encontrarse con una sociedad en crisis. Este montaje se hizo en el marco de un taller de formación de titiriteros al que asistieron estudiantes universitarios de Unearte y el Pedagógico de Caracas. A lo largo de nueve meses se formó en sensibilización al teatro de muñecos, manipulación, realización y puesta en escena.
Diseñada para el teatro de títeres para adultos, la mayor parte de los muñecos son del tamaño humano. Las cabezas partieron de las esculturas de David Morales y Elaine Méndez. Los rostros se deben a los pintores Omar Cruz y Edgar Guerrero.
Elaine Méndez, directora de esta propuesta teatral, explica que esta pieza es producto de un programa de formación de Fundarte: “Esta concebida para los actores y hemos recogido la esencia del texto original para colocarlo al teatro de títeres, estamos muy complacidos con el resultado, y ahora más con esta presentación en el Circuito Teatral de Caracas”.
Por su parte, Gabriel González, quien participó como asistente de dirección de esta obra, resaltó el riesgo que representa esta propuesta creativa: “Fue una experiencia muy bonita, donde nos arriesgamos con un montaje muy original, utilizando títeres de tamaño humano. Es una obra muy dramática, humorística, de mucho movimiento, es muy interesante para los espectadores y antes no habíamos visto una puesta en escena de esta naturaleza”.