La pasada semana, el Gobierno de Venezuela solicitó frenar la subasta en Francia de un fragmento del Estandarte de Pizarro, una de las piezas que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad de Caracas.
Texto: Ciudad CCS
Muchas personas desconocen el valor histórico de esta pieza que llegó a la capital durante la gesta independentista que nuestros próceres iniciaron en Venezuela, pero que se extendió por varios países de Suramérica para liberarnos de más de 300 años de opresión colonial española.
Para entender su valor hay que revisar escritos como los que realizó Arístides Rojas denominado El Estandarte de Pizarro, y el del doctor Juan Ernesto Montenegro denominado El Galafón de Pizarro.
Este último explica que “se conoce con ese nombre, porque la pequeña bandera ornó el desfile triunfal con el cual se posesionó del Cuzco el terrible conquistador Francisco Pizarro”.
Así lo corroboró el profesor Guillermo Durand, cronista de Caracas durante una entrevista con Ciudad CCS, quien agregó que el mismo se encontraba en la catedral de Cuzco cuando el Mariscal (Antonio José de) Sucre pudo doblegar las armas españolas”.
Y es que en 1824, luego de su victoria en Ayacucho, el joven Mariscal llegó a la antigua ciudad de oro y piedra donde le fue obsequiado este estandarte, junto a otras banderas del imperio opresor, las cuales Sucre envía de inmediato a Simón Bolívar, quien se encontraba en Junín. Allí el Libertador las envía a Bogotá, pero da la expresa orden de que “El Estandarte de Pizarro” sea un obsequio para la ciudad de Caracas.
Para Durand la importancia que tiene este símbolo es que pasó de representar al poder colonial para convertirse en un símbolo del poder liberador de los pueblos de América Latina.
El cronista, quien se enteró por la prensa de la subasta, aclaró que la pieza no pertenece al artista plástico Martín Tovar y Tovar.
“Me parece positivo que aquellos símbolos que forman parte de la identidad venezolana, latinoamericana y caraqueña sean protegidas”, señaló, en alusión a la intervención del Estado para que no sea vendido.