El atuendo de los diablos danzantes, en cualquiera de sus 11 cofradías, no sería el mismo sin la presencia de la tradicional máscara, pieza elaborada a base de materiales tales como plástico, papel periódico y piedras, que los diablos utilizan dentro del ritual religioso de Corpus Christi, 60 días después del domingo de resurección de la Semana Santa. Las máscaras, de varios tamaños y distintas formas, reflejan con tonos fluorescentes la imagen de un demonio, con ojos profundos y cachos pronunciados, son usadas por promeseros, cajeros, capataces y arrieros de las cofradías para rendir honor al Santísimo Sacramento, agradecer los favores y milagros concedidos y demostrar una vez más, al ritmo del tambor y las maracas, que el bien sobrepasará por siempre a las fuerzas del mal.
AVN (por Arianne Cuárez / Fotos: Ricardo Herdenez)
Su elaboración en San Francisco de Yare data desde hace 200 años, y su técnica fue heredada de manos de afrodescendientes y comunidades indígenas, hasta la actualidad.
En relación con su elaboración, Guillermo Velásquez, quien trabaja en el taller de máscaras de Juan Manuel Sanoja, en Yare, estado Miranda, explicó que la base de todas estas piezas debe ser de piedra, para luego forrarse en papel maché (papel periódico), cartón, plástico para sus cachos y cuernos de vaca —de ser posible naturales— para la cabeza.
“Las máscaras pueden tener el rostro de un gato, un perro, culebra, o cualquier otro animal. Una máscara pequeña —similar al tamaño de la mano de un adulto— se puede terminar en un día, pero una más grande puede demorar desde una semana hasta un mes”, explicó el creador en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias.
Indicó que cada máscara es distinta: aquellas que tienen un cuerno en el medio, justo en la frente, son usadas por los arrieros quienes con su danzar son los encargados de guiar a sus compañeros durante la procesión de Corpus Christi. En cambio, aquellas que llevan cuatro cachos son para los capataces, para los jefes superiores.
En cuanto al color, este puede aplicarse con la técnica del aerosol o con pintura al frío, de acuerdo con las preferencias de su creador.
Con respecto al peso de estas piezas, Velásquez comentó que este puede variar desde uno y hasta cinco kilos, sin embargo, no siempre los diablos las lucen sobre sus cabezas, pues la tradición establece que cada uno de los promeseros debe bajar sus máscaras ante el Santísimo Sacramento y luego atarlas a una tela roja, bajarlas hasta casi arrastrarlas y de esta manera danzar ante Dios en señal de rendición.
“Casi siempre llevan las máscaras arrastrándolas, así es como debe usarse”, afirmó.
En relación con las celebración del Corpus Christi en San Francisco de Yare, acto que se inició este miércoles con la solicitud de permiso de los promeseros ante las autoridades eclesiásticas y la visita a más de 40 altares en veneración de la cruz, el artesano detalló que la celebración continuará este jueves con una misa y la danza por las calles de la localidad, para cerrar el sábado 6 y 7 de junio con una gran fiesta.
“Se van a venir —los diablos— desde Ave María, en Ocumare del Tuy, hasta Yare, danzando, y ese es el cierre de la fiesta”, dijo.
Los precios de las máscaras oscilan entre los 800 bolívares para las más pequeñas, y 5.000 bolívares para las piezas más grandes.
Mientras esperan el evento principal, artesanos de San Francisco de Yare, en el estado Miranda, muestran su talento a través de piezas diversas, alusivas a los Diablos danzantes de Yare, una de las 11 cofradías creadas en Venezuela que con su danzar y su música se rinden ante Dios para venerar su poder, siempre superior a las fuerzas del mal. En los alrededores de la plaza Bolívar de Yare, artesanos han instalado una pequeña feria en la que se exhiben productos que van desde zarcillos hasta maracas, tambores, imágenes y collares referentes a los diablos danzantes, con colores predominantes como el amarillo, el negro y el rojo.
Uno de los artesanos presenten en esta feria es Teresa Lira, quien lleva más de 30 años viviendo en San Francisco de Yare y que ha tomado como suya esta tradición, reconocida en diciembre de 2012 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en inglés).
Desde pequeña , cuenta la creadora, “comencé a hacer cursos de muñecas, de arcilla, porque siempre tuve mucha curiosidad de hacer cosas con las manos. Todo lo elaboro sin moldes establecidos”, explicó Lira en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
En relación con la celebración del día de Corpus Christi, fecha que los diablos toman las calles de esta localidad para dar gracias al Santísimo Sacramento por los favores concedidos, la artesana comentó que se espera la presencia de más de 20.000 personas de todas partes del país y del mundo.
“La tradición de los diablos danzantes es lo más grande para nosotros, y por eso yo trabajo para mantener esta bonita cultura. Muchas de mis piezas han viajado fuera de Venezuela, incluso han llegado hasta China”, expresó en declaraciones a AVN.
Cada una de las piezas de Lira se comercializan a precios accesibles que van desde los 60 hasta los 200 bolívares.
“Mañana —4 de junio— será un día muy especial. Deseamos que mucha gente venga a conocer nuestro trabajo, y conozcan, sobre todo, la tradición de los Diablos danzantes de Yare”, agregó.
Que hermosas las tradiciones culturales de los pueblos! Gracias presidente por rescatar nuestra cultura popular.
que lindo es los diablo de danzate de yare