Las y los boricuas Carlos Roberto Gómez, Marie Ramos Rosado e Yvonne Dennis
Este domingo se realizó un debate sobre “La Mujer y la Afrodescendencia en la Literatura Puertorriqueña”, en la que participó la escritora Marie Ramos Rosado junto a la cuentista, también puertorriqueña, Yvonne Dennis. Ello aprovechando que este año Puerto Rico es el país invitado en la Feria Internacional del Libro en Venezuela (Filven) 2015. Ramos sostuvo que no es fácil llegar a ser escritora. “Cuando uno viene de padres trabajadores bien abajo, pero en un discurso bien contestatario, no domesticable e irreverente, con conciencia para la independencia de mi país, eso te lleva a ser más asertivo, a empezar a trabajar el personaje de la mujer negra en papeles liberadores. Te lleva a preguntarles a las escritoras puertorriqueñas, por qué no está esa negra luchadora ahí. Porque ya entendemos que en pleno siglo XXI el negro no es digno de un papel estereotipado”.
Texto: Prensa MPPC (Texto: Roxana Parra / Fotos: Óscar Arria)
“Para lograr hablar desde este micrófono en donde ustedes me están escuchando ha sido un proceso bien duro, he tenido que pelarme la piel. Llegar hasta aquí no me ha sido gratis”, indicó Ramos Rosado, puertorriqueña luchadora por el reconocimiento de la mujer negra en la literatura.
Añadió que “las mujeres negras también piensan, escriben, dan amor pero desde la libertad, son trabajadoras. Yo lo planteo en Puerto Rico pero la situación es mundial. Eso no ha avanzado porque los gobiernos de los países no han puesto atención a esa dirección políticamente organizada, y al no estar políticamente organizado se queda nada más en celebraciones”.
Aunque en los últimos dos años han salido más de 20 libros que hablan de la negritud de manera constructiva, los periódicos de Puerto Rico se han dado la tarea de invisibilizarlos.
Es por ello que esta escritora puertorriqueña lleva al menos 20 años intentado reconstruir la figura de la mujer negra en la literatura. Puesto que las novelas o cuentos están llenos de construcciones capitalistas en las que se deja por fuera a los de tez oscura, y lo que vende, lo publicitado, está lejos de nombrar al que aún a estas alturas se reconoce como el esclavo.
Comúnmente no hay un personaje negro, y cuando lo hay es para representar a un desvalido. Pero el negro es más que eso, el negro es un trabajador, un hombre preparado que se ha llenado de educación y que lucha por figurar en la sociedad, o mejor dicho, para transformar la sociedad en la cual “la negra es vista como la buena en el amor, la sirvienta o la prostituta”, indicó Ramos.
Esta postura no se separa en ningún momento de la esclavitud, en la que el blanco tiene el poder y el negro es simplemente el objeto, solo que en este caso a quien se cosifica es a la mujer.
“Hay que sacar a los negros y las negras del estereotipo. ¿Por qué si hubo negras luchadoras aparecen en la literatura como las desventajadas?” se preguntó la escritora.
Varios del público no tardaron en hablar de las negras Hipólita y Matea, aquellas que fueron madres del Libertador, quien les agradeció la vida entera. En ese contexto la intelectual aprovechó para reiterar la necesidad de esa literatura que reivindique el papel de la negra.
Durante el debate, se exploraron las posibilidades de transformar la educación puertorriqueña por una que integre al de tez oscura y por donde habría que empezar. Agregó a ello Yvonne Dennis que en las escuelas de Puerto Rico aún se discrimina al niño de piel oscura, “hay diferentes tonalidades de negros, los niños sufren la burla por su color de piel”.
El tema es de gran importancia pues se encuentra en las escuelas el porvenir de las sociedades, por lo que si se comienza desde allí el cambio tendría mayor fuerza.