Un libro bautizado con quinchoncho y mañoco, en vez de flores. Tres mujeres y un hombre haciendo su presentación. Tierra, mujeres y hombres libres, de la Editorial La Estrella Roja, habla acerca de las relaciones de género dentro de una organización, el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora (FNCEZ). En sus páginas, Liz Guaramato recoge la lucha contra un sistema que las intenta oprimir dos veces: por ser campesinas y por ser mujeres. Orión Hernández, editor del libro, destacó que la publicación inaugura la serie Sororidades de la colección Construyendo en Comunas, cuyo objetivo es visibilizar la organización de las mujeres en la larga lucha contra el capitalismo y el patriarcado hacia la construcción del Poder Popular.
Fotografías: Milángela Galea, MPPC
“Nos quisieron en casa, zurciendo, obedeciendo, pariendo con dolor / Aguardando la hora final, diciendo: sí, padre; sí, esposo; sí, dios”, enuncia parte del poema que se presentó en el Campamento Latinoamericano de Mujeres de Movimientos Populares, realizado en Los Caracas, estado Vargas, en noviembre de 2009, y que Aura Bastidas recitó este sábado en la Librería del Sur del Teatro Teresa Carreño.
Un parto. Así lo definió una de las protagonistas de esta historia en la presentación colmada de interesadas e interesados. Un libro que habla de las desigualdades de género dentro de un colectivo combativo, donde también el machismo es práctica común de ellos y ellas.
En voz de Aura Bastidas, campesina y militante del FNCEZ: “Este libro es un parto que ha salido de las entrañas de nosotras las mujeres que militamos en la lucha campesina. La mujer campesina vive encerrada por este sistema, sin posibilidad y sin muchas puertas abiertas para decir lo que vive como mujer, como militante, como comunera”.
Desde una Epistemología Feminista Latinoamericana, como fundamento de su mirada, y desde la Etnografía como metodología de trabajo, Liz Guaramato decidió centrarse en el quehacer cotidiano de las mujeres que hacen vida en la Comisión Nacional de Género del FNCEZ.
“Es un debate urgente no sólo de las grandes organizaciones, como el Frente Campesino, sino en las comunas que estamos construyendo quienes creemos en este proyecto de país, un proyecto liberador impulsado por el primer presidente que se ha declarado feminista, como lo fue Chávez y ahora Maduro”, concluyó la autora. “No hay otro libro, no hay otro escrito que diga cómo es la realidad de las mujeres que militan al interno de un movimiento mixto que pretende luchar por la construcción de ese feminismo popular socialista. Éste es el único”, expresó Bastidas entre los aplausos de quienes participaron en la actividad.
“Y aquí nos tienen con los ovarios plenos como granadas / Como banderolas y municiones en vez de escapularios y rosarios / O con todo a la vez, pero dignas, ya no calladas, marchando”, continúa el poema que se escuchó en la Librería del Sur.
El libro no refleja lo que dicen los intelectuales —“con el perdón de los intelectuales si a alguno ofendo”, aclaró la campesina—, sino lo que las mujeres viven, construyen, hacen. Experiencias que se complican para las que viven en el campo y que se enfrentan al “machismo cara a cara”, agregó.
“La compañera interesada en el tema”, como dijo Bastidas que la definen, relató los conflictos internos que ha generado la práctica liberadora de la Comisión Nacional de Género, y sobre todo la concreción de este escrito, donde se exponen los vínculos desiguales y sus resistencias. Es que la lucha no es sólo para lograr la liberación de las mujeres, sino también la de ellos, en masculino, porque “este sistema utiliza a los hombres que amamos para oprimirnos”, asumió Bastidas.
“Nos querían calladas, y ahora cantamos / Nos querían surcos de lágrimas y ahora somos ríos / Nos querían concediendo y ahora resistimos, avanzamos y damos combate”, sigue el poema.
La de Yolanda Saldarriaga es otra de las voces que circulan en el libro, quien con emoción latente expresó que la obra es producto de una larga lucha, pero producto no terminado, sólo un por ahora. “Debemos utilizar este libro como herramienta para la crítica, para la comprensión de otras realidades, para la autocrítica de quienes militamos en organizaciones mixtas. Cómo hombres y mujeres reproducimos el patriarcado y el machismo”, manifestó.
Frente a la actualidad, hizo un llamado a la unidad de todos y todas: “El chavismo es chavismo indígena, chavismo feminista, chavismo afrodescendiente, chavismo obrero, todo eso es chavismo, y somos hermanos y hermanas de lucha”.
Es decir, éste es un libro para fortalecer al colectivo, no para denigrar a ningún compañero. “Si no juntamos las gotas no vamos a poder hacer el aguacero que necesitamos”, dijo —ya con la voz entrecortada— Saldarriaga. “A construir, a organizar, el feminismo popular”, fue el canto unánime en la sala, al que le continuó: “Mujeres y hombres luchando en equidad, así se construye Poder Popular”.
Y entonces, se vuelven realidad los últimos versos de aquel poema recitado en 2009, repetido en la Filven 2015: “Nos querían brisa callada, ahora somos viento”.
