Armando Reverón representa la fuerte afirmación de la más pura interacción del hombre con la naturaleza; de un venezolano con nuestro privilegiado espacio natural. Este pintor de la luz, hizo visible lo que la cotidianidad había invisibilizado, siendo un ejemplo de renuncia ante la concepción material de la vida, expresado en una visión filosófica del arte sin pretensiones, puramente venezolano, con identidad y amor hacia lo que somos y por derecho natural tenemos.
Autora: Andrea Paola Márquez,
Unidad de Investigación y Análisisdel Despacho del Ministro
“La pintura es la verdad. Es la luz, pero la luz ciega, vuelve loco, atormenta,
porque uno no puede con la luz”
Armando Reverón, 1953
Como decreto profético diría Paul Gauguin en una carta a Emilio Bernard en 1888 “el futuro está a favor de los pintores de los trópicos, porque éstos todavía no han sido pintados”; justo un año más tarde nacería nuestro pintor de la luz Armando Reverón, el hombre que hoy nos sigue cautivando con la incandescencia de lo más autentico y extraordinario, expresado en una pintura que parece poesía, sensible, sincera y trascendental, una fuerte afirmación de la más pura interacción del hombre con la naturaleza; de un venezolano, con nuestro privilegiado espacio natural.
Las revoluciones son revoluciones porque simbolizan cambios contundentes de la realidad y de su forma de concebirla. Reverón, fue entonces, un revolucionario de su época, que al igual que otros grandes de nuestra historia, hizo visible lo que la cotidianidad había invisibilizado, dejándolo ante los ojos, tiempo y renovada comprensión como maravilloso.
Ejemplo de renuncia ante la concepción material de la vida, Armando Reverón representa una compleja expresión filosófica del arte sin pretensiones, puramente venezolano, con identidad y amor hacia lo que somos y por derecho natural tenemos, la profunda comprensión del ser sobre las imposiciones que traen los paradigmas materiales importados; su Castillete, es un mundo extraordinario amoldado por el amor y por unas necesidades espirituales especiales que hoy, a 125 años de su nacimiento, con orgullo recordamos y honramos al celebrar la labor del artista plástico venezolano, interprete de nuestro mundo, de nuestra luz.