El 63% de los bogotanos está en contra de la decisión de Ordoñez, según una encuesta del Centro Nacional de Consultoría. Incluso el representante de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Todd Howland, le pidió una cita al procurador. Citado por la revista “Semana”, Howland dijo que “el procurador tiene su mandato y está actuando en su mandato, pero también tiene que respetar los derechos humanos. En este caso, podemos hablar de los derechos del alcalde o sus derechos de participar en política, pero yo creo que lo más importante es que tenemos que hablar de los derechos de los ciudadanos de Bogotá que votaron por él”, precisó.
Hace muchos años no se veía tan indignada, tan llena, la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, la capital de Colombia. Desde hace tres días, miles de manifestantes se han concentrado en este sitio para protestar por la decisión del procurador general colombiano, Alejandro Ordoñez, de destituir por 15 años al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
El argumento de Ordoñez es que Petro incurrió en tres fallos graves, el más grave: el caos en la recogida de basuras, un problema que estalló en diciembre de 2012 cuando Petro cambió de modelo y Bogotá estuvo una semana desbordada por las basuras.
“Aquí gobernamos hasta el último día”, dijo Petro -primer ex guerrillero que llega al segundo cargo más importante de Colombia después de la Presidencia- desde el balcón de su alcaldía mientras miles de manifestantes le gritaban su apoyo. Aclaró que le quedan aún dos años para gobernar y que demandará ante organismos nacionales e internacionales la decisión de Ordoñez. No se mueve de su silla, señaló, y llegará hasta las últimas consecuencias.
La interinidad es grave, sin duda alguna, en una ciudad de ocho millones de habitantes que jalona buena parte de la economía nacional. Pero la sensación generalizada es que aunque el alcalde Petro tiene baja popularidad -menos del 50% de aprobación-, Ordoñez abusó de su autoridad.
Elegidos en las urnas
En un artículo sobre los inmensos poderes que ha tenido Ordóñez en los últimos años, “Semana” recordaba cómo justamente la potestad del procurador para destituir a funcionarios elegidos democráticamente ha sido uno de sus puntos más cuestionados.
“Abogado y católico de ideología ultraconservadora, se ha convertido en un azote de los políticos, principalmente de los de izquierda, como Petro, al que, además de destituir por el supuesto mal manejo de una crisis en la recolección de basuras ocurrida en 2012, en la práctica lo inhabilitó para volver a ejercer cargos públicos”, recordaba “Semana”.
La revista recordaba como a los 58 años, Ordoñez fue reelegido en 2012 para un segundo mandato, hasta 2017. “El procurador se ha caracterizado por sus decisiones de corte ideológico en asuntos como el aborto y los matrimonios entre parejas del mismo sexo o contra políticos de izquierdas, como la ex senadora Piedad Córdoba, destituida por supuestos vínculos con las FARC, y el propio Petro, que fue guerrillero del grupo M-19”, decía “Semana”.
No sólo eso. Ordoñez también suspendió al ex alcalde de Bogotá Samuel Moreno Rojas, antecesor de Petro, por un millonario escándalo de corrupción, y al ex ministro de Agricultura del anterior gobierno.