Culminó con éxito la 59 edición de las Fiestas Populares y Turísticas de Elorza en el estado Apure. Del 14 al 22 de marzo de 2014, en el lugar más criollito del país, se le rindió un inolvidable homenaje al Comandante Hugo Chávez, al rescatar la esencia de las fiestas patronales tal como él las presidió en los años 1986 y 1987.
Para cerrar con broche de oro, en el Rincón del Veguero, frente a la plaza Bolívar, las leyendas vivas del llano: Reinaldo Armas, Orlando “Cholo” Valderrama, Francisco Montoya, José Alí Nieves, Jesús Quintero, Reina Lucero, Santiago Rojas, Cristóbal Jiménez y Antonio Castillo ofrecieron su mejor repertorio.
“He recorrido el pueblo en estos días de fiestas y veo todo muy bonito, organizado y con mucha seguridad. Esta fue la tierra predilecta del Comandante Chávez, porque muchos de sus momentos felices los pasó aquí en Elorza”, argumentó Rafael Arévalo, proveniente de San Fernando de Apure.
El éxito de las fiestas que se realizan en el epicentro cultural del país, es resultado del canto y el joropo; la inmensidad de la sabana; el paso en chalana por el río Arauca; la faena llanera; la calidez de su gente; la alegría al son del arpa, el cuatro y las maracas; el vuelo libre de las aves; la precisión de nuestros indígenas con el arco y la flecha; la siesta en chinchorro; el sabor del pisillo de chigüire, la parranda hasta el amanecer; la poesía y el contrapunteo; entre otros elementos criollos.
Por su parte, la señora Nilsa León, expresó que -como elorzana- se siente orgullosa y agradecida con Dios, ya que ha “tenido la suerte de que el mundo ve aquí las mejores fiestas. Disfruto cada espectáculo, a pesar de la edad que tengo, porque amamos a nuestros artistas. La afluencia de turistas cada año es mayor, ¡es algo tremendo!”.
En Elorza, el Gigante de la Patria impulsó -hasta lo más alto- el folclor, el deporte y la recreación. Por ello, el Gobierno Bolivariano, a través del Ministerio del Poder Popular para el Turismo (Mintur), ratifica su compromiso con el Comandante, quien a su paso por los caminos sabaneros dejó un destello de luz que no se apagará jamás.