Primer premio de la Academia para Letonia

“Flow” se convierte en la primera película hecha en software libre en ganar un Premio Oscar

“Flow”, la hermosísima película animada procedente de Letonia, dirigida por el joven director de 30 años Gints Zilbalodis y elaborada en su totalidad con una herramienta de software libre (Blender), ganó este domingo 2 de marzo el premio Oscar como mejor película animada, venciendo a Intensamente 2 (de Pixar/Disney, dirigida por Kelsey Mann), Memorias de un caracol (dirigida por Adam Elliot), Robot salvaje (de DreamWorks, dirigida por Chris Sanders) y la sexta encarnación de la película de stop motion Wallace y Gromit 6, dirigida por Nick Park.

Texto: Alba Ciudad (Luigino Bracci Roa)

Flow transcurre en un mundo donde la humanidad ha desaparecido repentinamente. No se explica por qué, ni tampoco es necesaria dicha explicación. No hay humanos, pero sí los restos y vestigios de su civilización. Y, en medio de ese mundo, azotado además por inundaciones repentinas, un gato negro emprende un viaje junto a otros animales que va conociendo en el camino (un perro golden, un chigüire -capibara o carpincho-, un ave secretaria y un lémur), para sobrevivir y adaptarse a las realidades en las que se encuentran.

Gints Zilbalodis y el equipo ganador del Oscar por mejor animación

La película de 83 minutos no tiene diálogos hablados, pero sí una espectacular banda sonora, y mantiene al espectador pegado al asiento.

Desde su estreno en el Festival de Cannes en 2024, Flow no ha dejado de ganar premios, incluyendo un Golden Globe el pasado mes de enero, el cual se exhibió en el  Museo Nacional de Arte de Letonia y fue visto por más de 15 mil personas.

También ha ganado el premio Independent Spirit Awards a la mejor película internacional, el premio Cesar en Francia a la mejor película animada, dos premios Annie, un premio Lumière, el premio New York Film Critics Online a la mejor animación, entre muchos otros. En su página en Wikipedia se listan 38 premios ganados hasta ahora.

Con esta racha, Flow se convirtió en un símbolo para Letonia, país de menos de 2 millones de habitantes que nunca había tenido películas nominadas en los Oscar o en los Golden Globe, y donde Flow ya se convirtió en una sensación, al haberse convertido en la película más vista en los cines de dicho país.

Esta es una estatua del gatito protagonista de Flow en Riga, capital de Letonia.

La película tuvo un presupuesto de 3,5 millones de euros, y un equipo de trabajo bastante pequeño. Zilbalodis destacó que tardó 5 años en hacerla, pero que la mayor parte de este tiempo lo usó para conseguir el financiamiento. La producción como tal tardó un año.

En este estudio se creó la película, con 4 o 5 personas trabajando simultáneamente.

Zilbalodis, en numerosas entrevistas y en sus cuentas en redes sociales, ha destacado varias innovaciones en su película, como el hecho de que no usó storyboards (guiones gráficos), sino que las secuencias las fue desarrollando a partir del guion, usando el software libre Blender. “En lugar de utilizar guiones gráficos, diseño las escenas directamente en 3D. Esto es necesario debido a las tomas largas en las que la cámara se mueve mucho. Exploro una versión preliminar del set con una cámara virtual y, a menudo, encuentro descubrimientos inesperados, casi como en un set de filmación de acción real”, señaló en redes sociales.

Esto fue posible porque uno de los motores para hacer rendering que ofrece Blender, llamado EEVEE, permite diseñar y navegar las escenas en tiempo real, como si fuera un videojuego, haciendo modificaciones dentro del ambiente, lo que es muy útil para un cineasta que quiere hacer cambios y mejoras constantemente.

El director también ha dicho que no usaron una “granja de renderizado” (render farm, es decir, un centro de computación con conjunto de decenas o cientos de servidores trabajando en paralelo para hacer las imágenes finales). “El render final se realizó en mi PC. No hubo composición, todos los colores se modificaron y ajustaron mediante shaders“.

Cada cuadro tardó entre 0,5 y 10 segundos en renderizarse en resolución 4K con Blender y EEVEE en su computador. Esto sin duda que ayuda muchísimo a bajar los costos de la producción.

Zilbalodis ha dicho en sus redes sociales que le gusta mucho Blender, y que lo va a usar en su próxima película animada. De hecho, ha compartido en Instagram, X y otras redes sociales numerosos videos cortos con tips sobre cómo animó y desarrolló esta película.

Blender, por su parte, es un software de diseño y animación en 2D y 3D, también usado para efectos especiales, que ha estado en desarrollo desde 1994 por Ton Roosendaal, programador nativo de Países Bajos. Inicialmente era un software de código cerrado, pero en 2002 la empresa que lo producía quebró, y Roosendaal crea una fundación para mantener su desarrollo bajo la filosofía de código abierto/software libre.

La aplicación Blender se ha destacado porque, para obtener fondos para su desarrollo, sus creadores generalmente convocan a un proyecto para un cortometraje animado. Logran su presupuesto en parte con financiamiento colectivo (crowdfunding), en parte con financiamiento estatal (fondos estatales que otorgan presupuesto para realización de películas) o métodos similares, que usan no sólo para el desarrollo del cortometraje, sino de nuevas características en el software.

De allí han surgido animaciones como Big Buck Bunny, Sintel, Spring o Charge, entre otros.

Blender puede descargarse gratuitamente de Blender.org, y hay literalmente miles de tutoriales en páginas como Youtube.

Abriendo caminos

Más allá del éxito de este cineasta letón y de su valioso equipo, Flow da un gran espaldarazo y muchas esperanzas a miles de jóvenes aspirantes a cineastas de todo el mundo, que quieren hacer sus propias películas y animaciones pero se desaniman por el excesivo costo del software comercial o porque creen que necesitarán una granja de rendering (cientos de computadores trabajando en paralelo) o un inmenso equipo humano para poder hacer su película.

Igualmente, da un inmenso apoyo al software libre, que a menudo es rechazado o menospreciado por alguna gente del mundo artístico, porque erróneamente lo consideran inferior, menos profesional o poco capaz.

Flow es sólo la más reciente, pero no la única película hecha en software libre.

En 2011 se estrenó Plumíferos, película argentina dirigida por Daniel De Felippo y hecha en su mayor parte en el software libre Blender.

En 2012, se creó el cortometraje Tears of Steel, realizado por expertos en efectos especiales usando Blender, para demostrar que sí era posible usarlo para una producción con este nivel de complejidad.

En 2015, se estrenó en Amazon Prime la serie de televisión estadounidense The Man in the High Castle (“El hombre en el castillo”). En esta serie, ambientada en un mundo donde Alemania ganó la II Guerra Mundial y conquistó a Estados Unidos, se usó Blender para composición, escenarios y efectos especiales.

En 2019, fue estrenada la película J’ai perdu mon corps (¿Dónde está mi cuerpo? o Perdí mi cuerpo), largometraje francesa de animación hecha en Blender, dirigida por Jérémy Clapin y basada en la novela Happy Hand de Guillaume Laurant. En el Festival de Cannes obtuvo el premio de la Semana Internacional de la Crítica, ganó un  Premio Annie a la mejor película independiente y obtuvo una nominación al Premio Óscar en la categoría de mejor película de animación.

En 2022 se estrenó la película de animación para adultos “Unicorn Wars” (hispano-francesa), dirigida por Alberto Vázquez y también hecha en Blender.

También se ha sabido que Blender fue usado en la película Spiderman: Across the Spiderverse (2023). Uno de sus módulos (“Grease pencil” o lápiz de cera, que permite hacer animaciones 2D en ambientes 3D) fue usado para hacer determinados detalles de las animaciones, complementando al software propietario Maya. También se cree que ha sido usado en muchas producciones cinematográficas de estudios grandes y pequeños, para determinados efectos y retoques.

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