La Cinemateca Nacional, ubicada en el Museo de Bellas Artes, se convirtió en el epicentro de la celebración del legado de la cineasta venezolana Margot Benacerraf. Durante tres días, del 14 al 16 de agosto de 2024, se llevó a cabo un emotivo homenaje que no solo conmemoró su trayectoria artística, sino también le rindió tributo a Benacerraf como persona.
Texto y fotos: Prensa Cinemateca Nacional
Los asistentes tuvieron la oportunidad de disfrutar sus obras más emblemáticas: “Reverón” (1952) y “Araya” (1959), dos joyas del cine venezolano que han dejado una huella imborrable en la historia del séptimo arte. Además, se proyectó “Palabra de Mujer” (2005), una obra realizada en su conmemoración por el cineasta César Cortez y “Madame Cinéma” (2018) de Jonathan Reverón.
El evento también contó con un conversatorio enriquecedor, donde personalidades del cine y la cultura compartieron sus experiencias y anécdotas sobre su colaboración y relación con la directora. Figuras como Juan Calzadilla, César Cortez, Asdrúbal Meléndez, Luis Alberto Crespo y Alexandra Cariani ofrecieron valiosas perspectivas sobre el impacto que tuvo la cineasta venezolana en sus vidas y carreras. Sus relatos íntimos iluminaron la esencia de una mujer que no solo fue pionera en el cine, sino también una fuente de inspiración para nuevas generaciones de cineastas.
Luis Alberto Crespo indicó que la película Araya es “una lectura donde presento al hombre en su desnudez absoluta”. Asimismo, Cariani afirmó que Margot Benacerraf deja “un legado muy importante no solo como cineasta de vanguardia, sino también como difusora de la cultura audiovisual”.
La elección de la sala de la Cinemateca Nacional, como escenario para esta celebración, no fue casual; este espacio ha sido un puente vital para conectar al público con el legado cultural y artístico de su fundadora Margot Benacerraf. En cada proyección, los asistentes se sumergieron en las historias narradas por esta maestra del cine, recordando su capacidad única para capturar la esencia de Venezuela a través del lente cinematográfico.
El homenaje a Margot Benacerraf no solo celebró su vida y obra; también dejó claro que su legado continuará floreciendo gracias a instituciones como la Cinemateca Nacional. Es crucial proyectar sus obras en salas como esta para garantizar que las nuevas generaciones tengan acceso al brillante trabajo de una de las mentes más creativas de Venezuela. Con cada proyección, se siembra una semilla que permitirá que el espíritu innovador y valiente de Margot perdure en el tiempo.
Así, este homenaje se erige no solo como un tributo al pasado, sino como un faro que ilumina el camino hacia el futuro del cine venezolano. El legado de Margot Benacerraf sigue vivo y vibrante, invitando a todos a descubrir su magia y profundidad.
Tributo de un legado cinematográfico
Con una proyección y conversatorio especial el pasado viernes 23 de agosto, la sala de cine de la Cinemateca Nacional MBA del Museo de Bellas Artes se convirtió en un espacio de reflexión y celebración al proyectarse el documental “Madame Cinéma” (2018), dirigido por Jonathan Reverón. Este documental es un tributo a la vida y obra de Margot Benacerraf, quien no solo es considerada de las mejores cineastas del cine venezolano, sino también una de las gerentes culturales más relevantes de la contemporaneidad en el país.
Jonathan Reverón compartió su experiencia de vida con Margot, destacó la importancia de profundizar en el impacto cultural de la cineasta, a quien describió humildemente como “nuestra gran dama del cine” y una “filósofa de Venezuela”. Agregó como fue su proceso creativo como una colaboración íntima entre el director y su protagonista, donde se negociaron los contenidos para lograr una narrativa auténtica “un aprendizaje sobre la paciencia, Margot me dijo: ““Esta es tu película, pero es mi vida”.
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